El despropósito de algunos “aficionados” al tradicionalismo gaucho, suele mostrarnos en reuniones del ambiente y desfiles, algunas cosas que no resisten el más mínimo análisis respecto del encuadre de “usos y costumbres tradicionales”.
Por ahí,
antes de continuar, sería bueno recordar que las tradiciones no evolucionan,
son estáticas, se ubican en una época, un período; si se quiere, son como una
foto de momentos del ayer.
Se ha
hecho casi común ver alguien que ensilla y prende la manea en el lazo, y como
si fuera poco, le anuda el bocado, y para estar completo le pone ‘pulseritas’ a
las manos del pingo (por supuesto que los trabajos son muy buenos, nuestros
artesanos son de gran calidad).
Las pontezuelas han pasado a formar parte
de los estribos, y se suelen ver unas macucas alzaprimas sosteniendo los
facones, cosas estas que nunca existieron en tiempos del gaucho.
Todo estos dislates se amparan en una
simple frase que bien podría ser: “el
paisano hace lo que quiere, o lo que le gusta!”. Entonces me pregunto: ¿Y
las tradiciones… dónde quedan…? ¿Quiénes las custodian? ¿Quiénes las respetan y
las valoran? ¿…Los gringos de otras naciones…?
Como dirían los chicos de hoy: ¡Estamos al
horno!
Pero pretendo ahora referirme a un tema en
particular: el mate en el tirador.
¿El gaucho, lo portó de tal manera…? ¿Se
usó así?
Si bien no hay pruebas fehacientes puede
decirse que sí, y que en aquellos hoy lejanos tiempo, el mate fuese de guampa,
por su resistencia a los golpes en la azarosa vida de aquellos hombres que
‘tropeaban’ grandes puntas de hacienda vacuna, y antes tropas de mulares con
destino al norte argentino.
Cuando en el Siglo 20, hasta el desarrollo
del sistema ferroviario, a aquellos trabajadores ecuestres se los comenzó a denominar
‘reseros’, y estos siguieron usando 'el mate al cinto’, pero ahora el mate,
ante el avance industrial, eran los económicos jarritos de chapa (algunos
enlozados), con una o dos asas, tan resistente a los golpes como ayer lo fuera
el de ‘guampa’.
Para paquetear, no para el trabajo, se
usaron calabacitas de las llamadas ‘galleta’, en todos los casos con trabajo de
platería en la base y boca, teniendo ésta por lo general, tapita, de cuyo
centro, asida a un ojo del mismo metal, salía la cadenita con que se lo
sujetaba.
La bombilla no se llevaba en el mate (en
ninguno de los casos hasta ahora enumerados), porque se habría perdido
rápidamente. La más de las veces ésta se portaba en la caña de la bota, aunque
había algunas con un quiebre en la mitad (como una bisagra) que permitía
doblarla y así poder llevarla en un bolsillo abotonado de la blusa.
Esos que hoy vemos, de calabazas,
retobados, con montones de decoraciones, inclusive y como ¡disparate superior con
la bombilla retobada en cuero!, y ésta puesta en el mate, nunca existieron ni
son gauchos, más allá que los trabajos del artesano sean maravillosos.
A las tradiciones no las generamos
nosotros; apenas si podemos tomarlas del ayer cada vez más lejano, y tratar de
reproducirlas de la forma más auténtica.
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Las fotos que acompaño, son de la década
de 1950.
Una corresponde a Don Pablo González,
paisano oriundo de Salto Argentino, como él llamaba a su pago, y que según
contó, en su juventud (era nacido en la última década de 1890) había manejado
unas chata “allá por el oeste”, con la que arrimaba durmientes de quebracho
para la extensión de las vías férreas. Fui agraciado siendo solo un ‘niño
gauchito’, con poder tomar en un fogón, los amargos que él cebaba en ese mate
que llevaba prendido al tirador.
La otra corresponde al paisano de
Chascomús, Don Andrés Barreiro, quien vivía en la Estanzuela “La Trinidad” de
ese pago. Este hombre era el padre de la cantora criolla, bautizada en la
audición “Amanecer Argentino”, como “La Calandria Sureña” Nélida Barreiro, la
que más adelante, al casarse con el tradicionalista de “La Agrupación la
Montonera”, José Jaca, se radicó en Ensenada.
La foto fue tomada en “El Prado” de
Montevideo.
Don Pablo González - Foto de 2/07/1950
Don Andrés Barreiro (de ropa clara) con Salvador Buriñigo - 04/1958
La Plata, 15/Diciembre/2023