LR 11 – Radio
Universidad – “CANTO EN AZUL Y BLANCO”
Micro Nº 87 – 09/09/2018
Con su licencia,
paisano! Acomodado en la cocina grande, junto a la ventana para tener mejor
luz, mientras gustamos un mate, vamos a ver si compartimos “Decires de la campaña”.
“Siempre
un gaucho necesita / un pingo pa’
fiarle un pucho”, dice Fierro en ‘su libro’.
Y es que el caballo ha sido
un elemento fundacional en la existencia del gaucho, y éste, a un buen animal,
solía distinguirlo con esa expresión: “pingo”.
La palabra existe en el habla
de la “madre patria”, pero con significados muy dispares al que le damos
nosotros, por ej.: harapos, jirones que cuelgan, una vestimenta fea o que queda
mal, una mujer promiscua…, recién en una 5ta. acepción agrega la expresión ‘flete’,
y define “caballo de muy buenas cualidades”
Indudablemente en los países
del sur de esta parte de América (Uruguay, Paraguay, Chile y Bolivia), “pingo” pasó a ser sinónimo de
“caballo”. Curiosamente en el libro santafesino “El Caballo y el Recado”, se trae la referencia que da Rafael
Schiaffino en su trabajo “Guaranísmos. Ensayo Etimológico”, quién da a la voz “pingo” origen guaraní, derivándola de
la palabra “pinu o ngo”, que él define como “caballo vivo, ligero”.
Lo cierto que en nuestra
campaña, el solo decir “pingo” es
señal que se está hablando de un caballo, pero éste no es un caballo
cualquiera, sino, un animal superior que hace se lo defina con la voz “pingo”.
El ya citado en otras
oportunidades “Diccionario del Lenguaje Argentino”, del año 1875, plena época
del “Gaucho Martín Fierro”, recoge la palabra y la define: “Pingo: Caballo brioso, bueno para todo trabajo, caballo de paseo (…) y
agrega: el caballo bueno y brioso, de
linda forma y presencia”, y más o menos ese es el sentido que se le da en
nuestro campo.
Quince años después, Daniel
Granada, quien compilara el “Diccionario Rioplatense Razonado”, prácticamente
coincide porque también dice: “Caballo
vivo, ligero, de buenas cualidades”, y al mismo tiempo aclara que en Chile
se refiere a un caballo ruín, todo lo opuesto a nuestro decir.
En nuestra campaña, aún hoy
es una palabra vigente, y si entre dos paisanos actuales, conversando, uno dice
“Qué pingo, hermano!”, sin más
explicación el otro sabe que está hablando de un buen caballo, porque es una
palabra elogiosa, ponderativa, que resalta cualidades y destaca.
De allí que al analizar las
palabras y frases utilizadas en el “Martín Fierro”, Francisco Castro explica: “Caballo de muy buenas condiciones
generales: de líneas armoniosas, ligero, guapo, fijo, de buena boca y buen
andar”, justo lo que “siempre un
gaucho necesita / un pingo pa’
fiarle un pucho”, como dijimos al principio.
Ilustramos con esta breve
composición elogiando a un caballo en plena faena campera, que me pertenece y
he titulado “Qué Pingazo!”, (Se puede leer en el blog "Poeta Gaucho")
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