domingo, 16 de diciembre de 2018

JINETE


LR 11 – Radio Universidad – “CANTO EN AZUL Y BLANCO”
Micro Nº 97 – 16/12/2018
Con su licencia, paisano! Acomodado en la cocina grande, junto a la ventana para tener mejor luz, mientras gustamos un mate, vamos a ver si compartimos “Decires de la campaña”.

Para cualquiera de las muchas culturas ecuestres desparramadas en el mundo, decir “jinete  es nombrar a una persona que anda a caballo, o quien monta uno en una carrera, o en cualquier otro deporte; en cambio entre nosotros, sobre todo en los tiempos de la Patria Vieja, cuando en la estancia cimarrona se enseñoraba el gaucho, decir “jinete” donde todo el mundo, desde los niños hasta los viejos eran de a caballo, era referirse a quien era muy destacado sobre el lomo de los yeguarizos. En aquellos años en que no existían fiestas de destrezas criollas, era una fiesta en sí, cuando un domador agarraba en una estancia una tropilla de 13 o 15 potros para hacerlos caballos, y la primera acción era, con recado completo, montarlos uno por uno para desfogarle todas sus ansias libertarias, y esa labor la realizaba con un ayudante, y hasta solo muchas veces. Ese era un gaucho “jinete” y domador, ya que después de aguantarle todos los corcovos, debía volverlo manso y de andar.
En su Fausto (publicado allá por 1866), Estanislao del Campo utiliza la palabra en aumentativo como dándole mayor importancia al ser “jinete”, y dice: “Mozo jinetazo ¡ahijuna! / como creo que no hay otro,…”; también Hernández usaría la expresión en su Martín Fierro, cuando el personaje recordando años idos evoca: “¡Ah tiempos! – Si era un orgullo / ver ginetiar un paisano-”. En ambos casos se usa la voz en forma destacada, con admiración, que ser buen “jinete”, era cosa que despertaba respeto, y justamente admiración.
Tito Saubidet que publicara allá por 1943 ese ya famoso “Vocabulario y Refranero Criollo”, no se juega mucho ni es muy claro en la definición, ya que solo dice: “Hombre muy diestro en la equitación”, pero Don Ambrosio Althaparro, que por la misma época editara “De Mi Pago y de Mi Tiempo” arriesga que “jinete” es “El que es capaz de soportar los corcovos del potro sin ser desmontado”.
Andando el tiempo -que nunca se detiene-, y más o menos en la primera década del Siglo 20, comienzan a organizarse en la ya pujante Capital Buenos Aires, “concursos de doma”, que eran en realidad espectáculos de “jineteadas”, para los cuales se convocaban de importantes estancias del país, a sus hombres más de a caballo, más “jinetes”, para que midieran capacidades y valores, teniendo allí origen esto tan común hoy, aunque todavía no ha recibido el reconocimiento de deporte, que es el espectáculo de destrezas criollas, donde son número central las “jineteadas”.
Hoy, hablar de “jinete”, es referirse a ese hombre que ha hecho una actividad deportiva del hecho de aguantarle los corcovos a un bellaco, y donde resulta que hablar de un “jinete” es referirse a un profesional del mundo de los ruedos de jineteadas.
Recordando a un mentado “jinete”, “Chichín” Gómez de Saravia, ilustramos poéticamente con las décimas de “Jinetazo”, que me pertenece. 
(Se puede leer en el blog "Poeta Gaucho")

No hay comentarios:

Publicar un comentario