Allá por 1982/83 supe de Délfor B. Méndez por boca de mi
admirado Carlos Antonio Moncaut, cuando en una de nuestras entretenidas charlas
sobre la historia del “Viejo Pago de la Magdalena”, me inquirió: “-¿No lo conoce a Méndez…? Tiene que leer su
novela ‘Silvano Ponce’”, y por suerte tiempo después pude adquirirla en una
“librería de viejo”, como llamamos a aquellos locales dedicados a textos
antiguos o raros. El amigo Mario Lenzi me la consiguió.
Ahora bien, resulta que dicho autor
-abogado de profesión, y por muchos años y por vocación, columnista del diario
“El Día”-, había tenido trato amistoso con mi abuelo Desiderio Espinel, e
incluso solía llegar a “Los Ombúes” en el paraje “El Zapata”.
(Lástima grande que entonces yo no
tuviera edad para recopilar los datos que me permitirían hoy, cubrir ese bache
que es lo poco que sobre él se conoce).
El 3/08/1998, el diario “El Día” de La
Plata, me cedió el espacio para unas líneas tituladas “Un Recuerdo Para la Obra
de Délfor B. Méndez”, y ellas motivaron que un prestigioso periodista de dicho
medio, el Prof. Juan José Terry, se comunicara conmigo para contarme, que
cuando el 18/julio/1969 se impuso, en un acto académico llevado a cabo en la
Municipalidad de Magdalena, el nombre del escritor al Club Literario local, había
tenido a su cargo las palabras evocativas.
Para entonces ya habían transcurrido 19
años de su fallecimiento (acaecido en 1950), y si enumeramos que a más del
aludido profesor hicieron uso de la palabra el Secretario de Gobierno
municipal, Sr. Félix Gorrasi, y el Director de Cultura de la Provincia Prof.
Horacio Carballal, contándose con la asistencia al citado acto del Director de
Cultura de La Plata, funcionarios de la Subsecretaría Provinciales, el
presidente y vicepresidente de la Sociedad de Escritores de la Provincia (SEP),
salta a la vista que su importancia intelectual era mucha.
La obra aludida al principio “Silvano
Ponce – La novela de un mensual”, publicada en 1938, es una exquisita pintura
de costumbres, ambientada en una estancia magdalenense que el autor denomina “El Sarandí, de Don Rudecindo Llanos”,
en la que Silvano nace en “la población
de la costa, denominada ‘El Descanso’”, el puesto que ocupaba su padre.
Sin duda es su obra cumbre, novela con la que
obtiene el Primer Premio Provincial de Literatura; indudablemente es un genuino
homenaje a su pago natal, demostrando un profundo conocimiento de su ambiente
rural.
Con anterioridad había publicado:
“Flores de Luz” (1913), “Caminito sin Fin” (1919), “Vida - cantos de juventud,
de amor y de optimismo” (1921) y “Tibieza de Nido” (1923), todos
de poesía; “La Hierra” -narración- (1934), y posteriormente,
ya como póstumo, “Viñetas Platenses” -prosa- (1950).
Permanecen inéditos: “La Canción Buena”
(poesía), “Tientos Trenzados” (poesía gauchesca), y las novelas: “Corazón
adentro” (novela breve), “El Vasco Aguirre o El Vasco Martín” (sobre los vascos
en el país), y “El Agregado” (sobre el peón de campo y los viejos saladeros),
por lo que
se sabe, las dos últimas vinculadas a su
querido terruño natal.
En 1993, otro admirado que me distinguió
con su trato, el historiador Fermín Chávez, incluía en su antología “Aquí Me
Pongo a Cantar”, las cuartetas de Méndez
tituladas “Facón”.
Délfor
B. Méndez nació en Magdalena, provincia de Buenos Aires, el
24/08/1894.
Realiza
estudios superiores en La Plata de cuya Universidad egresa como Doctor en
Leyes.
Desde
muy temprana edad se manifiesta en él, el gusto por la poesía, al punto que
escribe a los 15 años su primer libro que publicará cuatro años después.
Mozo
de 21 años, escribe el himno deportivo “Gimnasia y Esgrima”, y años después
compone el tango deportivo para piano “Mens Sana”, dedicado a su club. En este
rubro musical, digamos que, entre otros temas, es letrista con música del
violinista Hugo Galli, del tango “La Fulana” que el dúo Magaldi-Noda estrena en
Radio Belgrano. El reputado historiador del tango platense, Don Juan Cendoya,
nos ha informado que en los cinco temas
de su autoría registrados en SADAIC utiliza el seudónimo de “Delfín
Mendizabal”, como que también compuso una zamba titulada “Vidita Mía” que
también fue grabada.
Desarrolla
una intensa actividad cultural y literaria, publicando con asiduidad; y como
ocurrió con otros platenses de su tiempo, también frecuentó el movimiento de la
Agrupación Bases, y a la disolución de ésta se integra a la naciente Sociedad
de Escritores de la Provincia (SEP), donde, entre 1948/49 lo encontramos como
directivo.
Integra
la redacción del diario “El Día” de La Plata, y en oportunidades es jurado de
certámenes literarios.
Con
jóvenes 56 años falleció en la ciudad Capital provincial, el 29/10/1950
No
debemos olvidarnos de citar que en diciembre de 1973, la Biblioteca de la
Escuela Nº 60 “Hugo Stunz”, fue designada con su nombre, acto en el que
estuvieron presente sus hijos Susana y Manuel.
A 125
años de su natalicio, bien se merece este recuerdo.
La Plata, 15/marzo/2019
Fuentes:
-Diario El Día de La Plata, edición del 21/03/1993
-“Aquí me pongo a cantar” -Antología-, de Fermín Chávez
(1993)
-“Los Profesionales y el tango”, por Juan Cendoya (Rev. Colegio de Veterinarios)
-“Diccionario Biográfico de Escritores Costumbristas Platenses”, de C. R. Risso (2010)
-Diario El Día de La Plata, edición del 21/03/1993
-“Aquí me pongo a cantar” -Antología-, de Fermín Chávez
(1993)
-“Los Profesionales y el tango”, por Juan Cendoya (Rev. Colegio de Veterinarios)
-“Diccionario Biográfico de Escritores Costumbristas Platenses”, de C. R. Risso (2010)
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