Ocurre a veces, que al hablar de nuestra
historia un poco ‘a la ligera’, se deslizan errores, que repetidos terminan en
convertirse ‘en verdades’.
Algo así ocurre con el “Pacto de
Cañuelas”, el catre de Rosas y la siesta de Lavalle, y la distracción ante
esto, de la multa que le estaba preparando la lechada a su patrón.
Pues bien, la estancia del histórico encuentro
se encontraba en el Partido de Cañuelas; llamada “La Caledonia”, era propiedad
del escocés John Miller que había comprado esos campos dando lugar a su
establecimiento ganadero, en 1823.
Por lo tanto descartamos a la estancia
conocida como del “Virrey del Pino”, en el actual partido de La Matanza, muchas
veces citada a la ligeras, como lugar del encuentro.
“La Caledonia” fue famosa por el
mejoramiento de las razas bovinas, ya que allí prestó “servicios” el famoso
toro “Tarquino”, de raza “shorthon”, importado de Gran Bretaña en 1836.
Volviendo a los que nos interesa, el
lugar del encuentro no era una estancia de Rosas, ni un establecimiento que él
explotara, por lo tanto… mal podía haber tenido una negra que lo esperara al
regreso del campo, con la lechada para el mate.
Es muy posible que Lavalle, después de
andar 13 leguas desde Buenos Aires, se echara en un catre a descansar. No tenía
porque caerle mal al futuro Restaurador, ya que estaban en un lugar neutral,
apropiado para firmar un pacto que se conoce como “El Pacto de Cañuelas – 1829”,
firmado apenas pasados los seis meses, del fusilamiento de Dorrego, acaecido no
lejos de allí, en Navarro.
La estancia famosa de Rosas se llamó “Los
Cerrillos”, en jurisdicción de San Miguel del Monte. Fue de ésta de donde se
extrajo el largo rancho de adobe que con mil precauciones se trasladó intacto a
un terreno frente a la Plaza España, donde se encontraba el busto del poeta
local Don Enrique Uzal, que actualmente se encuentra en la Casa de Cultura
Municipal que lleva su nombre.
……………..
No obstante, la siesta de Lavalle, la
llegada de Rosas que pide a su gente no molesten al héroe, y la transformación
de la lechada en dulce de leche, conforman una hermosa leyenda popular.
……………..
Ahora, valga aclarar por último que al
igual que muchas otras cosas (la pólvora, el papel, el compás, las pastas…), al
dulce de leche ya lo habían inventado los chinos, siglos antes. Claro que como
todas las cosas que nos trajo el conquistador, acá se acriollaron tomando
particularidades que las han hecho únicas y “propias”.
La Plata, 11 de octubre de 2019
Carlos Raúl Risso
(Fuentes varias, fundamentalmente: Historia de Cañuelas de Don Lucio García Ledesma -1994)
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