Aimé Hellmuth Félix Tschiffely, “el gringo o el gaucho rubio” como se le supo nombrar, fue el artífice de una hazaña que le hizo bajar los ojos, a todos aquellos que lo trataron con indiferencia y menosprecio cuando hizo público su interés en cabalgar las Américas uniendo Buenos Aires con Nueva York.
El 23/04/1925, desde las instalaciones
de la Sociedad Rural Argentina en Palermo, dio el punto inicial de su cabalgata
con rumbo a Rosario, montado en “Gato”
(15 años) al que había ensillado con un cirigote -obsequio del gaucho inglés
Edmundo Griffin, dueño de la Ea. “La Palma” en Paysandú-, con “Mancha” (16 años) de carguero; sus dos
“veteranos” caballos criollos, provenían de los que se trajeron del Chubut,
habituados a climas extremos, a los faldeos cordilleranos y a la poca pastura;
le habían sido facilitado por el “padre” de la recuperación de la raza, Don
Emilio Solanet, dueño de la estancia y cabaña “El Cardal”, de Ayacucho.
El cirigote fue confeccionado por la
firma talabartera “Masseilot Hnos”, de Paysandú, que posteriormente
promocionará su firma con el lema: “Con
aperos de esta marca Raid Bs.Aires – N.York”. El carguero portaba sobre su
lomo, unos 60 kgs. en promedio.
Logró unir las 3 Américas en una marcha
sin precedentes, arribando a Washington, Capital de los Estados Unidos, el
28/08/1928, después de haber viajado durante 3 años y 126 días, recorriendo
4300 leguas, unos 21500 kms., en 504 etapas, a razón de 42 kms. por cada una,
habiendo alcanzado una altura de 5200 mts. sobre el nivel del mar en el Paso
“El Cóndor” entre Potosí y Chaliapata, en Bolivia.
El día 29 lo recibió el presidente
estadounidense, Sr. Calvin Coolidge.
En Nueva York, el 20/09, recorrió toda la Quinta Avda., siendo escoltado por la Policía Montada local, hasta la Casa del Ayuntamiento, donde el Alcalde Jimmy Walker le entregó la Medalla de la Ciudad, y Tschiffely retribuyó con unas boleadoras engarzadas en plata. Ese día “Mancha” lucía un rico apero criollo, y el jinete vestía a la típica usanza criolla, todo gracias a la gentileza de Gustavo Muñiz Barreto que facilitó apero y atuendos para un mayor lucimiento del “gringo gaucho”.
Había atravesado por once naciones
americanas: Argentina, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Panamá, Nicaragua,
Honduras, Guatemala, México y EE.UU.
Cumplida su meta, el 1/12/1928 se
embarcó junto a sus pingos criollos en el paquebote “Pan América”, de la línea
Munson, que en realidad era un barco de pasajeros, pero como excepción por
quienes se trataban, se improvisaron en la bodega dos pequeños boxes para
alojar a “Gato” y “Mancha”, que debieron hacer todo el
viaje, sin poder echarse en ningún momento. Arribaron el día 19, a las 13 hs. a Dársena Norte, siendo
sorprendidos porque “…una frenética
bienvenida los esperaba en Buenos Aires. Tschiffely cuidó de que se mandaran a
sus dos amigos a las campos de pastoreo de que habían salidos 2 años y medios
atrás…”. Recibido por el Pte. Hipólito Yrigoyen, dialogaron por más de una
hora.
Su compatriota y biógrafo Benno Affolter
nos cuenta que había nacido en Zofingen, Cantón de Argobia, Suiza, el
7/05/1895, en el hogar de Amalia Sutermeister y Jorge Federico Alfredo
Tschiffely; en Berna hizo los estudios primarios y secundarios, formándose como
maestro. A los 17 se trasladó a Inglaterra, donde residió cinco años.
En 1917 arribó a Buenos Aires para
ejercer la docencia contratado por el St. George’s College de Quilmes, y más
adelante también por el Buenos Aires High School, donde fue Director de
Estudios.
Aventurero de raza, con posterioridad
encaró otros viajes: en 1934 cabalgó desde Salisbury, sur de Inglaterra, hasta
el condado de Devon, Escocia, casa central de los Cunninghame Graham, la
familia de su gran amigo Don Roberto.
1937 a bordo de un Ford T proporcionado
por la propia automotriz, recorre la Patagonia, viaje que tuvo su inicio en la
Ea. El Cardal, y que es conocido como “Por este camino hacia el sur”; y en
03/1950 recorre durante cuatro meses, unos 8000 kms. por España, en la
península ibérica, en una moto inglesa.
Falleció joven, en Londres -donde
residía- el 5/01/1954; a ésta su patria adoptiva, retornaron sus cenizas el 10
de noviembre de ese año, justamente el “Día de la Tradición”.
Con el objeto de la repatriación, se había conformado una Comisión de Homenaje que era presidida por el Ing. Felipe Ballester, acompañado por Emilio Solanet, Antonio Vaquer, Darío Anasagasti, Antonio Benitez, Raúl Freire, Máximo Aguirre, Juan B. Tapia, Raúl Rodríguez Corti, Justo P. Sáenz (h) y Luis J. Lacey, contando siempre con el apoyo de la Asociación de Criadores de Caballos Criollos.
Expresó un medio de la época: “Encarado con decisión y unánimemente
apoyado el proyecto se llevó pronto a cabo. Fue así como el 13 de noviembre, en
una ceremonia no menos solemne que
conmovedora, un cortejo de jinetes auténticos, concebido y realizado con
evidente dignidad, acompañó en su último viaje a quien tanto amó a la Argentina
y a sus caballos.”
Ese día el marchero Jorge Molina Salas,
criollamente vestido y gauchamente aperado su
caballo gateado, llevando de tiro un overo criollo ensillado, que sobre
el recado portaba las cenizas del “gringo rubio”, encabezó la columna que se
dirigió al Cementerio de la Recoleta, procesión silenciosa y emotiva de la que
además de las columnas gauchas, contó con la presencia de clubes hípicos y el
escuadrón de la Policía Montada en parada de gala, sobre caballos blancos y
tordillos, poniendo un marcial toque de solemnidad.
A
mediados de la década del ’90, en el Archivo de “El Cardal”, se encontró una
carta de la esposa de Tschiffely,
donde expresaba que su última voluntad era descansar junto a los dos caballos
criollos. Así las cosas, con la organización de la Flia. Solanet y la
Asociación de Criadores de Caballos Criollos, el 21/02/1998 se realizó el
traslado de las cenizas desde el Cementerio de la Recoleta hasta el monumento
erigido en el parque del casco de la Ea. “El Cardal” en Ayacucho, donde desde
entonces descansan junto a los compañeros de su hazaña, muertos, “Gato” el 18/02/1944 -a los 36 años- y “Mancha” en 1947 -a los 40-, los
caballos criollos que le había facilitado Don Emilio Solanet, quien los había
adquirido al Cacique tehuelche Juan Lienpichuin, de Sierra Kepi, al sudoeste de
Chubut.
La placa que hace 59 se años colocó en
la Sociedad Rural, la Comisión de Homenaje y que hoy está en “El Cardal”, reza:
“Amó a nuestra Patria y le ofrendó
generosamente el triunfo de su hazaña memorable, llevando sobre el lomo de
“Mancha” y “Gato” el mensaje fraternal de la Argentina a través del continente
americano”.
Fue su esposa la cante de opera
anglo-argentina, Violeta Teodora Hume, quien le fue presentada por don Roberto
Cunninghame, casándose el 21/12/1933, matrimonio que no tuvo descendencia. Lo
sobrevivió cerca de 30 años.
Oooooooo000oooooooO
El sentó un precedente para todos los
marcheros posteriores: ¡El viaje era
posible!, por el camino que eligieran, él ya les dijo ¡Se Puede!, y a decir verdad: ¡qué
gran ayuda fue esa!, les abrió la tranquera a los que venían detrás…
La Plata, 23/08/2020
“Gato” ha dejado en la
historia
del yeguarizo argentino
un capítulo divino
tras una estela de gloria;
con “Mancha”, en la
trayectoria
que les tocó recorrer,
se supieron imponer
contra obstáculos y escollos,
mostrando así que los criollos
guapean hasta vencer.
Llevaron en su embajada
a los Estados Unidos,
méritos reconocidos
de nuestra gran caballada
y así en la inmensa cruzada
de dura realización,
fue su crin el pabellón
que de la patria pasearon,
y allí un relincho grabaron
para siempre en la extensión.
Bibliografía
-“Los
restos de Aime Tschiffely descansarán en la Argentina” – Revista
Raza Criolla – 08/1954
-“Descansan
ya en nuestro país los restos de A. Tschiffely” – Revista El
Caballo N° 131 – 12/1954
-“Homenaje
a Tschiffely”, por Máximo Aguirre – Revista Raza Criolla
N° 50 – 06/1961
-“Homenaje
a Tschiffely – Revista El Caballo N° 200 – 03/1961
-“El
viaje a caballo más largo de la historia”, por Scott Soegers –
Selecciones del Reader’s Digest – 5/1970
-“Mancha
y Gato”, de Aimé Tschiffely – Emecé, 11/1989
-“Cascos
de Acero”, por Constantino Sobrino – Revista Camping N° 10 –
05/19701998
-“Un
jinete que dejó huella”, por Analía Testa – Diario La Nación,
28/02/1998
-“El
jinete de las Américas descansa con sus amigos”, por Analía Testa –
Diario La Nación, 22/02/1998
-“Recuerda
a Prof. Suizo”, por Carlos R. Risso – Diario El Día de La
Plata, 29/01/2004
-“En
la huella de Mancha y Gato”, por Susana Pereyra Iraola – Diario La
Nación, 09/10/2004
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