El Monumento, aún en taller del escultor |
Hondamente ligado a la Agrupación Bases y a la Federación Gaucha Bonaerense, está el devenir de las peripecias que llevó a la concreción del Monumento al Gaucho en la Ciudad de La Plata. Instancias que se inician el 11 de noviembre de 1942, cuando a raíz del arribo a La Plata de una delegación de la Sociedad Criolla “Dr. Elías Regules”, de la República Oriental del Uruguay, el Cónsul de ese país en la capital de la provincia, brindó en esa sede diplomática (48 esq. 6), una recepción a sus compatriotas y a los miembros de la Agrupación Bases y la Federación Gaucha Bonaerense, habiendo invitado a esa recepción, al gobernador provincial y otros altos funcionarios del gobierno.
Tocado por los
discursos y el emotivo ambiente, hizo uso de la palabra el Sr. Gobernador, D.
Rodolfo Moreno, planteando a los presentes “que
el país estaba en deuda con el esforzado centauro de las pampas, y que ya era hora de concretar las bases de
lo que debía su futuro monumento” (el destacado es nuestro); por
supuesto sus palabras no cayeron al vacío, y la Federación Gaucha -virtual delegada de la Agrupación Bases para las
cuestiones tradicionales-, puso manos en el asunto.
Así fue que unos
cuarenta días después, en el despacho oficial del Sr. Gobernador se firmó
un acta comprometiéndose la erección del
respectivo monumento, destacándose que el proyecto “responde a una iniciativa
del primer mandatario”, y que la Federación
se compromete a gestionar y concretar.
Una semana más
tarde, el 30/01/1943, queda constituida la Primera Comisión encargada del
proyecto, integrada ¡por 70 personas!, ocupando la presidencia Enrique Arau, vicepresidencia
1° César Díaz Cisneros, vicepresidencia 2° Santiago Rocca; secretarios: Carlos
J. Ballbé, Justiniano de la Fuente y Mario Sureda; etc. etc.
Hoy, a muchos años de
ese momento nos llama la atención que entre los vocales se encontraba el
célebre escritor Benito Lynch.
El 3/03, ante la
Asamblea Legislativa se leyó un proyecto de Ley que en su Art. 1° expresaba: “Autorízase al Poder Ejecutivo a invertir
hasta la suma de doscientos mil pesos moneda nacional ($ 200.000 moneda
nacional) en la erección del MONUMENTO AL GAUCHO en la Ciudad de La Plata”,
pero… el devenir de los sucesos políticos hizo que el proyecto naufragase… al
menos por el momento.
Muchas y idas
y venidas amagaron con sepultar el
proyecto, hasta que casi veinticinco años después (considerando el momento del
discurso del Dr. Moreno), la Federación
Gaucha, inclaudicable con su presidente Otero Rossi a la cabeza, logra que
el 15/09/1967, el Gobernador Imaz dicte el Decreto 8594, integrándose
nuevamente la Comisión del Monumento al Gaucho.
Así las cosas, el
15/01/1968 se llamó a un concurso de maquetas pro monumento, en base a un
reglamento de 26 puntos que compuso el Dr. -y buen criollo!- Noel Sbarra. La
selección estuvo a cargo de un calificado jurado integrado por: Eleodoro
Marenco (por la Federación), Jorge López Anaya (por Bellas Artes de la
provincia), Rafael Martínez Pinto (por la Asociación Gremial de Artistas
Plásticos), Vicente Carlos Krause (por la Facultad de Arquitectura), y Aurelio
Machi (por la Escuela de Bellas Artes de la UNLP).
Las obras
distinguidas fueron: 1° Premio, “Tranco Largo”, de Ricardo Dalla Lasta; 2° Premio, “El Centauro” de Luis Perlotti/Juan
C. Ferrari, y 3° Premio, “El Bagual”, de Néstor Raúl Picado.
Por el Decreto
1636/63, se había establecido que el emplazamiento del monumento se haría en “la rambla situada en la confluencia de los
caminos Gral. Belgrano y Centenario”, sitio también denominado Avda. Antártida
Argentina y calle 522, espacio que posteriormente recibió el nombre de “Parque
de la Tradición”, y es el acceso norte a la Ciudad de La Plata, y -en ese
momento- el más directo con la Capital Federal.
El 8/12/1971 fue
emplazado el monumento, dejándose para más adelante, cuando se concluyeran las
tareas complementarias, la inauguración del mismo, acto que finalmente se
concretó el 7/05/1972.
La ceremonia fue
presidida por el Mtro. de Gobierno, Dr. Enrique Roig y el Intendente Municipal
Cnel. Francisco Icazzati, y participaron del desfile inaugural las delegaciones
gauchas que se detallan: Centro Tradicionalista de Ayacucho, C. T. de Cnel.
Brandsen, C. T. “El Fogón” de Chivilcoy, A. T. “La Montonera” de Ensenada, C.
T. “La Totora” de Magdalena, Fortín Gaucho Berissense, “Fogón los Amigos” de
Gral. Lamadrid, “Fogón de los Gauchos” de
Cnel. Pringles, “Centro de la Tradición” de Pehuajó, Círculo Tradicional
Argentino “El Lazo” de San Isidro y “El Cimarrón” de Suipacha, a los que hay
que sumar a la representación de la Federación
Gaucha.
En ese momento cúlmine, la Comisión Ejecutiva estaba integrada por Dalmiro Otero Rossi, Lázaro Seigel, Víctor Carlaván, Eduardo Rivas, Noel Sbarra, Mario R. de Olano y Héctor Antonetti.
Aproximadamente un
lustro después, al agilizarse el ingreso a la ciudad con la construcción del
distribuidor de tránsito bautizado “Pedro Benoit”, hubo necesidad de desmontar
el monumento, por lo que vivió un momento de incertidumbre, hasta que fue re
instalado frente al entonces llamado “Hogar Serventte”, en la intersección de
las calles 12 y 524, por lo que perdió el lugar de privilegio que tenía según
el proyecto original, ya que ocupaba un lugar central en la entrada de la
ciudad, habiendo sido relegado por la mudanza, a un lugar de segundo plano, más
vale barrial.
En grandes trazos,
quede reseñada la historia del platense Monumento
al Gaucho, monumento al que la pluma del poeta inmortaliza en estos versos:
CULMINACIÓN
(ante el
monumento al Gaucho)
Cual semilla constituida
con la sangre de la
raza,
y guardada en la coraza
y la esencia de la vida;
ansí se hallaba dormida
la noble y sagrada
herencia
golpiando nuestra
concencia
dende su lial
cautiverio,
y de un projundo
misterio
nos gritaba su
existencia.
Cual tibia, amorosa
entraña,
mantuvo el fruto la
tierra;
madre conciente que
encierra
el ser que nadie le
daña,
y con fervor que no
extraña
negaba su nacimiento;
tal vez no hallaba el
aliento
que tuito viviente
espera,
rara y humana manera
de temer un falso
intento.
Pero el secular abono
de honradez, de sentir
puro,
su confianza en el
futuro
porque él no engendró el
encono;
vislumbrando el abandono
del patriotismo, la
trampa
que en sus retoños
acampa
multiplicando el
perjuicio,
jundao en su sano juicio
pa’ brotar rompió la
pampa.
Y aflora irradiando a
mares
ejemplos incomparables,
virtudes inagotables
(las menos pa’ sus
cantares),
quizá callando pesares
pa’ restañar las
heridas;
no piensa en juerzas
vencidas
si no en ofrecer aliento,
y gambetiar el momento
de malgastarse en
partidas.
Pa’ soportar los embates
hoy ya no basta
templanza;
ni manotear la esperanza
que habrá fáciles
combates;
paso que dés, los
remates
deben ser marcas de
juego;
pa’ que no vea más luego
con error, el que te
escucha.
Consustanciao con tu lucha
ansí te rezo mi ruego:
¡Metal frío! permitime
que arrodille el alma
mía,
con humildá, con hombría
que de justo orgullo
gime,
ante la visión sublime
de la figura querida;
con voz simple,
conmovida
el pecho abierto te
muestro…
¡Sos de bronce, gaucho
nuestro,
de bronce, pero con
vida!
(6/05/1972)
Versos de Roberto Coppari (1924 / 2007)
El autor, hablando ante el Monumento al Gaucho, el Día de la Tradición de 2021 |
Nota: Lo que antecede corresponde a las páginas 64 a 68 del libro "Día de la Tradición y Agrupación Bases" (2016), del autor
No hay comentarios:
Publicar un comentario