LR 11 – Radio Universidad – “CANTO EN AZUL Y
BLANCO”
Micro Nº 87 –
15/12/2012
Con su
licencia, paisano!
Acomodado
en la cocina grande, junto a la ventana para tener mejor luz, mientras gustamos
un mate, vamos a ver si hablamos de “Poetas Criollos… y otras yerbas”.
La página de hoy está dedicada a un
poeta que no es conocido por el público general, en virtud de que su obra solo
se difundió en reuniones familiares o en campereadas con amigos; la escasa
difusión pública es producto de lo hecho por el cantor de Rauch, “Pacho”
Duhalde, que por su condición de amigo personal, disponía de temas que cantaba
y que tras su fallecimiento, grabó a modo de homenaje. No obstante, convencido,
afirmamos que estamos ante un gran poeta al que es necesario hacer conocer.
Su nombre: JUAN ANTONIO BÉHÈRAN. Nació el 18/03/1951 en la ciudad de Bs. As.,
en el hogar conformado por Olga Dora Del Potro y Juan Bautista Béhèran Sarciat.
Pasó su infancia en el establecimiento paterno “El Porvenir”, en Udaquiola,
partido de Ayacucho, cursando la primaria en la Escuela N º 19 “La Blanqueada ”.
Ya con edad de estudios
secundarios, la familia se estableció en la Capital , donde cursó en el Colegio Champagnat, y
luego los universitarios en la
Facultad de Agronomía de la UBA , donde le faltó una materia para recibirse de
Ing. Agrónomo.
Tras este período se afincó
definitivamente en Rauch, dedicándose a las actividades rurales en campos de la
familia, donde supo desarrollar las tareas camperas, domando sus propios
montados, trabajando con el lazo en el corral o a campo, oficiando de soguero
cuando las necesidades así lo requerían, etc.
En su etapa universitaria conoció a
Rosario Seminario con quien se casó en la Capilla de la Estancia “Cinco Lomas”, en Langeyú, el
29/12/1984.
Su inclinación por la poesía le viene
“de siempre”, si así entendemos que a la edad de 9 años compuso “Canción de
Cuna de la Luna Lunita ”,
que cuarenta y algo de años después Duhalde incluyó en su grabación “Del Mismo
Pelaje”.
La práctica de la vida criolla le
dio el material necesario que su inspirada moyera supo concretar en acabados
versos de un sentir muy paisano, como que es muy campera su forma de expresar,
a través de distintas formas estróficas, las cuestiones criollas.
Y no satisfecho con lo que en
versos creaba, dedicó tiempo también a expresarse en prosa, manifestando su
imaginación por medio de cuentos criollos.
Estamos seguros, como ya dijimos,
que de haberse manifestado en vida sería hoy un reconocido poeta, pero aún
estamos a tiempo de conocerlo, y nos alegra saber que su familia -su esposa y
sus cuatro hijos-, están abocados a compendiar en un libro la obra que lo
sobrevive, y allí destacamos a su hijo Martín, quien ha tenido la generosidad
de facilitarnos la información que ahora compartimos con los oyentes.
A la edad de 50 años, falleció el
poeta en Rauch, el 7/12/2001, hace ya 11 años.
La Plata, diciembre/2012
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