Es esta una expresión que ha sabido arrastrar sus discusiones, las que no habremos de aclarar nosotros, pero vamos a aportar algunos datos como para enriquecer las mismas.
Comencemos por decir
que la voz “recado” o “recao”, deviene de la antigua voz
castellana ‘recabdo’, que vocalizada ‘recaudo’ adquiere el sentido de ‘conjuntos de cosas’, y que entre
nosotros por ingenio del gaucho llegó a significar ‘conjunto de piezas para ensillar’, esto a estar por el bien
informado Diego Abad de Santillán, en su Diccionario de Argentinismos.
Sabemos que en la
segunda mitad del Siglo 19 ya era usada, pues por ejemplo en el libro “Buenos
Aires desde 70 años atrás”, su autor José Antonio Wilde, hace una rápida pero
precisa afirmación respecto de los aperos: “Los
había para todos los gustos y todos los posibles; desde el ‘recadito cantor’ hasta el que contaba miles de pesos”,
diferencia que podemos interpretar como rico y pobre: el “recadito cantor” es prenda de un gaucho pobre.
Por ese entonces estaba
tan difundido su uso, que el mismo Hernández lo plantea en su “Martín Fierro”,
y precisamente para presentar en la historia al hijo del Sargento Cruz, a
‘Picardía’, mozo muy pícaro y muy pobre, al que describe: “(…) pero andaba despilchado, / no tráia una prenda buena, / un recadito cantor / daba
fe de su pobreza- / le pidió la
bendición / al que causaba la fiesta,…”. Nuevamente se coincide en que es
un “recao” mínimo, despilchado y pobre.
Francisco I. Castro,
enjundioso comentarista y analista del “Martín Fierro”, y gran estudioso de las
palabras usadas en la obra, sostiene: “Cantor:
califica algo que es pobre, reducido, corto, gastado, pero que se esfuerza
por llenar las necesidades para que se lo requiere. Esta palabra sigue siempre
a un diminutivo, que achica, apoca la cosa de que se trata. Posiblemente se
dice “cantor” porque al exhibirse “canta” su pobreza”. Ahora, prestemos
atención a algo de lo que opinó: “se
esfuerza por llenar las necesidades para que se lo requiere” y reflexionemos:
es pobre pero está empeñado en cumplir como un recado, quien lo usa, no es un
desecho. Y ahora veamos la conclusión del ya citado Abad de Santillán cuando
opina “Recao cantor, significa figuradamente, apero muy pobre o de piezas más cortas de lo corriente.”
Y acá comienza otra
historia, porque ya en el transcurso del Siglo 20, la expresión “recao cantor”, no habla de cosa mínima
ni de pobreza, sino de un estilo: un recado bien puesto, con sus matras y
mandil, pero más corto que el recado habitual; podría decirse que fue una moda,
pero que ha perdurado en el tiempo. Así conocí la expresión aproximadamente 60
años atrás; nunca vislumbré en quien la usaba, referirse en forma despectiva o
de menosprecio hacía quien había ensillado de ese modo, por el contrario, era
un elogio: ¡lindo el “recadito cantor”!
No podemos desconocer
algo que se ha dicho y publicado, porque parecería que ocultamos lo que no
conviene a nuestros fines.
El paisano don Sengo Balladares, de Tapalque (de 90 años, allá por el 2000), informante al que recurrió reiteradas veces don Rafael Darío Capdevila para la confección del libro “El Habla Paisana”, lo describe como un recado muy pobre, lastimoso, propio de crotos y de los cantores que peregrinaban de estancia en estancia: “Cuando era muchachos si los habré visto a estos cantores yegar a las estancias con la guitarra pa’ rebuscarse!”. Lo de la pobreza es coincidente con todos los testimonios precedentes, pero el hecho de atribuir la denominación a una particularidad de los cantores peregrinos, nos parece un despropósito, porque hemos visto que en el Siglo 19 se lo usaba y no se lo vinculaba a los cantores, sino al hecho de que al ser observados, solitos cantaban su pobreza.
Poéticamente el artista de San Pedro, Don Artemio Arán escribió: “Compendio de pilchas, que al encimarse se plasman en una sola. Blandura de cojinillo donde somos horqueta afirmada en los estribos”.
La Plata, 06/09/2020
Coincidimos en que no se sabe a ciencia cierta el origen de este giro gauchesco , de todas maneras, la tradición desde antiguo hasta hoy que todavía lo usamos, se refiere en primer tèrmino a un recadito de rejunte con las cacharpas que se encuentren y que para el caso puedan todavía servir
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