A pesar de que no nació en el país puede considerárselo un argentino cabal, pues habiéndose radicado de joven, todo lo que encaró lo coronó con éxito; aquí se casó formando familia, se consagró como pintor, realizó grandes obras civiles, fue estanciero, pionero en los movimientos culturales, y además, por si lo expuesto fuese poco, el primer inmigrante que tuvo un hijo que alcanzó la primera magistratura de la República. ¿Alguien puede dudar que fue argentino?
Nos estamos refiriendo a Charles Henri Pellegrini o para decirlo en criollo Carlos Enrique Pellegrini.
Nació en el
hogar conformado por el arquitecto italiano Bernardo Bartolomeo Pellegrini, y la francesa Marguerite
Berthet, siendo su lugar de nacimiento la ciudad de Chambéry, capital del Ducado
de Saboya, donde vio la luz el 28/07/1800, siendo el 8vo. hijo del matrimonio.
Comenzó su
formación educativa en el colegio de su ciudad natal. En 1819 inicia sus
estudios superiores en la Universidad de Turín, los que finalizará en la École
Polytechnique de París, donde en 1825 obtiene su diploma de ingeniero.
Las gestiones que por entonces
realizaba en Europa el gobierno de Rivadavia, con el objetivo de atraer
profesionales para desempeñarse en nuestra tierra, lo acercan al país, y así, a
mediados de 1828 llega al Río del Plata, pero a raíz del bloqueo naval que
Brasil imponía a causa de la guerra que se libraba en ese momento, se ve
obligado a permanecer durante seis meses en Montevideo.
Arriba definitivamente a Buenos Aires
en noviembre de ese año, siendo designado en el Departamento de Ingenieros
Hidráulicos, donde se planeaban ambiciosas obras públicas como la construcción
de un muelle de desembarco, la clarificación y distribución de las aguas del
Plata, el establecimiento de baños públicos -proyectos rivadavianos, podría
decirse-, pero a ese momento -según informe del Centro Virtual de Arte
Argentino- Don Bernardino ya había abandonado el gobierno y el Gral Viamonte,
que lo sucedió, disolvió el Departamento y canceló todos los planes de obras
públicas. Había transcurrido un año de su arribo al Plata.
Necesitando trabajar para mantenerse,
recurre a su afición por el dibujo y el retrato; y en aquellos años en que en
la primitiva aldea la fotografía no se había aún hecho presente, y los buenos
pintores, escaseaban, se le abrió un campo inexplorado con un auspicioso futuro
económico, ya que según todos sus biógrafos, entre octubre de 1830 y septiembre
de 1831, a raíz de 25 retratos por mes, confeccionó un total de 200, lo que le
reportó la nada despreciable suma de $17.000 fuertes de esa época.Cielito. Baile Nacional
Trabaja en sociedad o colaboración con
el litógrafo César Hipólito Bacle quien ya estaba establecido con local propio,
y al parecer la demanda era muy grande, encargándosele obras que plasmaban las
reuniones sociales del patriciado porteño de entonces.
Para fines de esa fructífera década del
‘30 ya cuenta con local propio, y era como si todo el patriciado de aquella
sociedad deseara quedar registrado por Pellegrini. Acapara la clientela.
Esos años fructíferos le han permitido
agenciarse de un capital con el que en 1837, quizás queriendo tomar distancia
de la política rosista, compra en Cañuelas -según algunos investigadores- la
Ea. “La Figura”, haciendo una pausa con el arte y dedicándose a las tareas
rurales.
1841 será un año significativo, ya que
el 18 de mayo se casa con María Bevans Bright, hija del ingeniero inglés James
Bevans, a quien había conocido en su breve paso por el Departamento de
Ingenieros. De este matrimonio nacerán Julia y Carlos, éste, el futuro
presidente de la República.
Julio E. Payró nos agrega que “en el mismo año de su boda, el
ingeniero-artista fundó con Luis Aldao la ‘Litografía de las Artes’, que
publicó gran número de estampas. Después de Caseros vendió su estancia y volvió
a Buenos Aires, fundó la ‘Revista del Plata’ (1853) y desplegó actividad como
ingeniero y arquitecto”. La citada revista, que se abocó a asuntos económicos,
agropecuarios y culturales, tendrá una corta vida, como que en 1855 cesa su
publicación.
En dicho taller y en el año de su
fundación, se publican dos ediciones de su álbum ‘Recuerdos del Río de la
Plata’, compuesto de 20 láminas que reproducen vistas de la ciudad,
iglesias, bailes y también escenas gauchescas.Pellegrini y Flía. - Aproximadamente 1863 - AGN
Ya cuando su arribo a Buenos Aires a
fines de 1828, principio del 29, había hecho a la acuarela, varias vistas de la
Plaza de la Victoria y de otros espacios que llamaron su atención, como por
ejemplo, El Fuerte.
Es importante resaltar -y en esto
copiamos al CVAA- que conjuntamente con Mitre, Vélez Sarsfield, Alsina, Mármol,
Duteil y Tejedor, fundan el Instituto
Histórico y Geográfico del Río de la Plata.
En la última etapa de su vida retoma la
profesión de ingeniero/arquitecto, y de esa época se destaca la edificación del
primitivo Teatro Colón, su obra edilicia más importante, que se inaugurara en
1857.
Volvemos a copiar a Payró para una
definición final: “Espíritu culto e inquieto, también se dedicó en
cierta época a la composición poética. Son, sin embargo, sus dibujos, sus
acuarelas y sus litografías los que inmortalizaron a Pellegrini…”.
El prolífico artista y profesional,
falleció en la ciudad que lo acogió, el 12 de octubre de 1875, a la edad de 75
años.
Del valor de su obra en retrospectiva,
nos habla la subasta de ‘arte argentino’ llevada a cabo por la casa “Hijos de
Martín Saráchaga”, el lunes 9 de mayo de 2005, cuando su obra “El Fuerte de
Buenos Aires”, fue vendida en la suma de $ 120.000, unos U$S 41.700 de la
época.
Una ‘bicoca’… como quien dice.
La Plata, 15 de Noviembre de 2020
Bibliografía mínima
+ Payró, Julio E. – 23 Pintores de la Argentina 1810 – 1900 (EUDEBA, 1962)
+ Centro Virtual de Arte Argentino – Centro Cultural
Recoleta
+ https://artedelaargentina.com.ar/disciplinas/artistapintura
+ Clarín, 09/05/2005 – Los precursores
+ La Nación, 1/05/2005 – De Palliére a Warhol
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