La Ciudad de La Plata no tiene tras de
sí una historia y tradición como sí pueden mostrar Cañuelas, Mercedes, Luján,
Navarro o Areco.
La capital provinciana nace cuando ya el
país, como se decía entonces: se había pacificado. Atrás habían quedado las luchas
por la independencia, las cruentas guerras intestinas, la tristemente célebre
guerra de la triple alianza, y la conquista del desierto.
En el sitio que se elije para fundar la
ciudad no había siquiera un cruce de caminos que albergara alguna pulpería como
para dar nombre a un paraje; su nominación entonces era la de “lomas de
Ensenada”, población ésta fundada en 1801 junto al estuario del Plata que
además contenía un puerto. Y en ese punto en que a fuerza de tranco y teodolito
se empieza a dar forma a lo que los ingenieros habían diseñado en el papel, se
cuenta que eran campos, allá por 1882, sembrados de maíz. Vale aclarar que las
tierras que conformaban a Ensenada y Berisso pasaron a integrar la creación del
partido de La Plata, y recién recuperarán su autonomía en 1957.
Al norte del nuevo trazado existía el
pueblo de Tolosa, fundado por Martín José Iraola once años antes, por lo que
tampoco tenía historia y tradición.
Lo más destacado que existía, en lo que
hoy es el Bosque Platense, era el casco de la quinta que tenía Iraola, el que
estaba ubicado al lado sur del actual Observatorio Astronómico, y los galpones
y dependencias de trabajo y del personal, estaban en lo que hoy es el campo de
juego del Club Gimnasia. Por causas de esas mentes brillantes que nunca faltan,
aquel hermoso edificio para vivienda, fue demolido, no dejándose rastros del
mismo.
Con esta introducción quiero significar
que la nueva ciudad no tiene una tradición gaucha. Más vale nace como una
población cosmopolita: la ciudad más moderna de América en aquel momento, como
que nació con servicio de luz, de teléfono, agua corriente, cloacas y
ferrocarril. Este último era tan eficiente, que tardaba entre La Plata y la
Capital Federal, el mismo tiempo que demoran los viajes actuales. Lo que facilitaba
al Colegio Nacional y a las aulas universitarias, se trasladaran los mismo
profesionales que hacían docencia en Buenos Aires. El viaje era un paseo, no un
contratiempo.
Curiosamente su fundador, el Dr. Dardo
Rocha, nunca vivió en la nueva ciudad a pesar de tener una casa propia, y la
residencia del gobernador, adyacente a la Casa de Gobierno.
Tampoco residió en ella quien mucho
vibrara para su concreción y la bautizó, Don José Hernández; si lo hizo con su
familia su hermano Rafael, el verdadero fundador de la Universidad, que en ese
momento tenía carácter de provincial, y cuyo nombre engalana al Colegio
Nacional.
El 28/03/1928, antes del cincuentenario,
se suscita un hecho fundamental en la Ciudad Capital: la fundación de la
Agrupación Bases, nombre éste inspirado en las “Bases” de Alberdi. La
integraban poetas, conferencistas, narradores, pintores, músicos, escultores,
periodistas…, mentes lucidas dispuestas a trabajar en aras de la cultura
nacional. Su vida será relativamente corta, 17 años, pero su obra grande e
imperecedera: p. ej. el Museo Almafuerte instalado en la casa del poeta, previa
recuperación edilicia del lugar que estaba abandonado, la nominación de lugar
histórico por parte de la provincia (1936); la creación de la Biblioteca
Municipal que llevaba su nombre aunque hoy lo ha perdido. Publicaron su propia
revista de difusión, editaron libros de sus asociados, organizaron la Primera
Feria del Libro en La Plata; presentaron ciclos de conferencias con expositores
de diferentes ideologías. Y eso no fue todo.
El 13/12/1937, siete hombre de la
Agrupación, reunidos en lo que llamaban “el rancho criollo” de Justiniano de la
Fuente, en Punta Lara, en vecindades de las playas del Plata, se proponen bregar por una fecha que resalte y evoque
las tradiciones gauchas, atento al afianzamiento de las costumbres de las
culturas inmigrantes establecidas en el país, que habían fijado la norma no
escrita de fundar en las poblaciones importantes, asociaciones, mutuales y teatros -mayoritariamente- de las
comunidades españolas e italianas.
Aquellos siete iluminados fueron, además
del dueño de casa ya citado: Juan Carlos Dellatorre (periodista), Arturo Schianca
(concertista/pianista), Mario Sureda (periodista), Víctor Carlaván (escritor),
Francisco Carbonell y Francisco Timpone,
poeta este de Ayacucho que fue quien expuso dicha idea, que fue aceptada por
todos.
Finalmente por Ley 4756 de 09/1939
coronan sus esfuerzos con la institucionalización por ley, del Día de la
Tradición.
Unos 6 meses antes de concretarse el
proyecto, los ‘hombres básicos’ recapacitaron que no había un lugar apropiado
donde realizar la celebración. ¿Qué es lo que pasaba? Muy simple: el
tradicionalismo no existía. Lo que hoy conocemos como ‘tradicionalismo’, no
existía.
En Buenos Aires se les llamaba
‘tradicionalistas’ a hombres como Domingo Lombardi y Martiniano Leguizamón, que
eran defensores y difusores acérrimos de la vida y la cultura gaucha;
estudiaban su música, sus indumentarias, sus danzas, acopiaban elementos y
enseres que sirvieran para conformar un Museo. En Avellaneda, como muestra
quizás de un último coletazo de los grupos criollos de carnaval, existía desde
1932, el Círculo Tradicionalista “Leales y Pampeanos”, unión de “Los Leales” y
“Los Pampeanos”, agrupaciones creadas en la primera década del S. XX; y en
Valentín Alsina, Lanús, se encontraba “Glorías de mi Raza”. Instituciones que
no actuaban de la misma manera que las que hoy conocemos.
Por eso fue que como paso siguiente se
comprometieron en abordar ese asunto, y en 04/1942, para que se encargue de los
festejos por el Día de la Tradición, y para que se difunda la idea de organizar
el tradicionalismo, crea la Federación Gaucha Bonaerense.
Entre los nombres de paisanos de la
región que aportaron su entusiasmo y conocimiento, podemos citar a José
Ortelli, Dionisio Gutiérrez, Saturnino Montiel, Raúl Smith, Miguel González, Segundo
Migues, Ramón Carnagui, Antonio Raffo, Pablo González, etc. Recordemos que
Ensenada y Berisso, eran entonces, parte del Partido de La Plata, que apenas
tenía 60 años de vida.
Aclaremos que en 12/1939, ajeno a este
movimiento platense, había nacido El Círculo Criollo El Rodeo (hoy de Moreno),
y en 05/1940 La Agrupación Tradicionalista La Montonera (Ensenada).
Luego a instancias de la Federación irán
apareciendo la Agrupación Cruz del Sur, en los Hornos (La Plata), de efímera
vida; El Fortín Gaucho El Cencerro (La Plata), el Fortín Gaucho Berissense
(Berisso), por solo nombrar las instituciones más antiguas.
La Plata, 10/03/2022
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