Cincuenta y ocho años atrás, el 3 de
febrero de 1957, a la edad de 63 años, fallecía en Morón, el artista plástico y
escritor, José Montero Lacasa, quien
había nacido en el porteño y emblemático barrio de San Telmo cuando el siglo 19
se iba acercando a su ocaso, más precisamente el 9 de mayo de 1893. Fueron sus padres
Fortunata María Elvira Lacasa y José Bonifacio Montero Irigoyen.
Justamente fue su padre, un entrerriano
muy entendido en tareas rurales, quien lo hizo conocer desde niño, todo el
ámbito de la provincia de Buenos Aires, y ese contacto con el ámbito y la gente
paisana, lo enamoró y consustanció, al punto que luego sabría ser un puntual
pintor y escritor de la vida campera de la primera mitad del pasado siglo, al
punto que se lo supo definir diciendo que “pocos
hombre han captado y comprendido la vida del campo bonaerense y su realidad”
como él lo hizo.
Tras la escuela primaria realizó el
bachillerato en colegios religiosos, e inclusive cursó un par de años en la
Facultad de Agronomía y Veterinaria, pero parece que más que nada, para conocer
con precisión la anatomía del caballo, ya que éste ha resultado elemento
imprescindible en su paleta artística.
Ya en la niñez sintió atracción por
llevar al papel representaciones gráficas de motivos criollos, y puede decirse
que fue un intuitivo y empeñoso autodidacta, por eso el crítico Burnet-Merlin
aseveró que “jamás hizo academia y lo que
aprendió lo aprendió dibujando, fuera lo que fuera”; el citado también
refiere que las apreciaciones de color y perspectiva las recibió de un pintor
amigo de su padre, apellidado Lynch, y que más adelante “hizo largos análisis con el pintor animalista francés Magne de la
Crolx”.
Apenas ha traspuesto los 25 años, cuando
comienza como dibujante, a estar vinculado con la revista de primera línea de
entonces, “Caras y Caretas”, a la que luego se irán agregando: “El Hogar”,
“Mundo Argentino” y “Mundo Radial”, entre otras.
Su técnica de dibujo se desarrollaba
sobre un cartón enyesado, al que se pintaba íntegramente con tinta china, y
luego, con puntas y plumas especiales, tras un paciente y meticuloso raspado,
iba logrando los motivos que solo eran coloreados con las variantes de grises
logrados del negro de la tinta y el blanco puro del yeso.
Fue por eso que en la necrológica que el
plástico bonaerense Esteban Semino escribiera en nombre de la Agrupación Nativa
“El Pial”, dijo que Montero Lacasa
supo: “ obscuros
cartones, donde su mano prodigiosa de dibujante, hacía amanecer paisajes
gauchos en función de Patria”.
Dicha técnica, de usanza corriente en los
ámbitos publicitarios de entonces, tenía efectos similares -nos cuentan- a los
del grabado al aguafuerte.
Se animó a medirse con los colegas de su
época, y así resultó Diploma de Honor en el Salón de Arte Decorativo de 1920;
más adelante, en 1948 y 1950 obtuvo la Medalla de Oro en el 3er. y 5to. Salón
de la Asociación de Dibujantes de la Argentina.
Su calidad y prestigio hizo que sus
obras fueran requeridas por diversos museos en los que hoy enriquece sus
colecciones, tal el caso del Museo Municipal de Artes Plásticas “Eduardo
Sívori”, el Complejo Museográfico de Luján, los museos gauchescos de San
Antonio de Areco y de Chascomús, como así también museos de Chivilcoy y San
Rafael.
Creada la “Agrupación Bases” en la
capital de la provincia (entidad que reunía artistas de todas las disciplinas),
rápidamente se vinculó a ella, y el mismo mes que aquella logra la promulgación
del “Día de la Tradición” (9/1939), Montero
Lacasa retira de la imprenta su primer trabajo literario: “El Hombre de a
Caballo”; una carpeta de forma apaisada, de gran tamaño (37 x 28cms.),
profusamente ilustrada, que se distribuía a través de Publicidad “El Cencerro”,
a $ 3 de la época cada ejemplar.
En 1954, en la reputada imprenta de
Francisco Colombo, con el sello editorial de Carlos y Roberto Nale, ve la luz
su bello libro “Prototipos Bonaerenses”, que curiosamente también responde al
formato apaisado, indudablemente, por el lucimiento de sus ilustraciones.
Cuando a partir de 11/1940 la Capital
bonaerense concentra los festejos del Día de la Tradición, Montero Lacasa participa activamente, y según referencias de la
época, solía encabezar la delegación que representaba a Morón, y todos los años
sus trabajos artísticos enriquecían las páginas de la publicación oficial que
relataba los sucesos acontecidos durante esos días de plena efusividad gaucha.
Tan íntima era su relación con la gente
de Bases, que al crearse en 04/1940 la Federación Gaucha Bonaerense (primer
intento de dar vida y organizar un movimiento tradicionalista), de su “rasguñar obscuros cartones”, nacerá el
motivo que oficiará de “logo” de la naciente institución.
Más adelante, en 1948, sobre una idea de
Edmundo Vanini, pintará el Escudo Municipal del Partido de Morón (‘montecillo
de la tierra’).
Desaparecida la Agrupación Bases, el
2/10/1954 fundará junto a otros artistas la agrupación cultural “La Paleta
Decimal”, la que estaba integrada por diez (10) artistas de las distintas ramas
de la plástica: ni nueve (9) ni once (11), siempre diez artistas.
Al cumplirse un lustro de su
desaparición, dicha agrupación inaugurará el 11/11/1961, en la Plaza “20 de Febrero”
de la ciudad de Ituzaingó, una escultura en bronce (su busto), obra del artista
compoblano Juan Bautista Superville, miembro también de “La Paleta…”.
Por referencias actuales estamos en
condiciones de comentar que dicha obra ya no se encuentra emplazada en dicho
espacio público, donde sí hay otro busto que refiere a los fundadores de la
localidad.
José
Montero Lacasa,
es un plástico y escritor que debemos rescatar del olvido en el que las
circunstancias de la vida lo han sumido; por todo lo bueno hecho que enaltece
el valor de lo terruñero, merece lo pongamos en la primera plana de la cultura
criolla, dando valor a aquello aseverado, hace sesenta años, por sus editores: “pocos hombres han captado y comprendido la
vida del campo bonaerense y su realidad como Montero Lacasa”, quien “al
darnos con sinceridad la figura tal cual del hombre que trabaja, goza y sufre
bajo el cielo pampeano, nos muestra el verdadero rostro de la tradición
criolla”. (*)
La Plata, 23 de agosto de 2015
PD:
en su homenaje, nuestro próximo libro “Del Mesmo Pelo – versos camperos”, llevará en tapa un pequeño motivo
de su creación.
Bibliografía
(*)
expresiones del escritor Diego Newbery
-
El Hombre a Caballo (1939)
-
Prototipos Bonaerenses (1954)
-
Montero Lacasa abandonó la vida para galopar la pampa de su merecida gloria.
(s/firma. posiblemente diario La Nación, 2/1957)
-
Montero Lacasa, por Burnet-Merlin. Revista El Caballo de 4/1957
-
Gran Enciclopedia Argentina, de Diego Abad de Santillán, 1959
-
Y el artista en el bronce, por Burnet-Merlin. Revista El Caballo de 12/1961
-
Prototipo Bonaerenses, por Sinivaldo Gómez. Revista El Chasque surero de 6/1999
-
Enciclopedia Visual Argentina, de Clarín, 2002
-
verdeysol (página en Internet)
-
lapaletadecimal.blogspot.com.ar
-
genealogiafamiliar.net
-
Referencias brindada por Jorge Marí
Una maravilla, y una enorme emoción, encontrarme con este artículo referido al hermano de mi viejo.
ResponderEliminarBueno q sorpresa para mí q ase unos 40 años atrás. Dibujé cómo aficionada. Cómo soy y sobre papel enyesado. Y con tinta china este dibujo y otro no sabía q fuera de este señor. Lo copié si mal no recuerdo de un intervalo. El toni u otro parecido d la época
EliminarGracias por esas palabras, son un aliento importante, y más viniendo de un sobrino.
ResponderEliminarDe nuevo, ¡gracias!
a quien el 6/11 dejó su mensaje, le digo que es una alegría haber sido ese puente que le acercó el nombre del artista.
ResponderEliminarGracias por visitar el sitio