LR 11 – Radio
Universidad – “CANTO EN AZUL Y BLANCO”
Micro Nº 17 – 05/03/2017
Con su licencia, paisano! Acomodado en la cocina grande,
junto a la ventana para tener mejor luz, mientras gustamos un mate, vamos a ver
si compartimos “Decires de la campaña”.
CHASQUE
Quien más quien menos, sabe que decir “chasque” es referirse a aquella persona encargada de llevar una
noticia de un punto a otro sin importar la distancia. Dicho en otras palabras
es un correo. Y a diferencia de algunas voces de los micros anteriores, ésta no
tiene antecedentes europeos, ya que es una voz americana. La fonética, el
sonido correcto de la palabra sería “chasqui” y es palabra “quechua”, y éste era
oficio desempeñado en el Imperio Inca, por atléticos jóvenes que trotando
recorrían las andinas sendas reales portando, generalmente, noticias y disposiciones
políticas o de gobierno, en verdaderas carreras de postas, ya que tras un
determinado tramo se entregaba la información a otro “chasque”, y así sucesivamente -de acuerdo a la distancia- hasta
llegar a destino.
En el litoral y la región pampeana, al castellanizarse, su
pronunciación se inclinó por “chasque”.
Siendo originalmente el nuestro, un pueblo eminentemente
ecuestre, el “chasque” pasó a ser un
gaucho de a caballo por supuesto, transportando noticias, noticias que fueron
fundamentales en los primeros pasos de la patria y durante la guerra de la
independencia.
Si bien la idea es que el “chasque” se movilizaba en un caballo, si prestamos atención a lo
que dice Rosas en sus famosas “Instrucciones…”, deben haberlo hecho también con
caballo de tiro, pues él escribe: “Los caballos que deje un chasque deben de atarse en lugar
seguro y darles agua diariamente. Esto si el chasque va a volver pronto, y si
no, deben acollararse bien con colleras
seguras y buenas. Al regreso entregará los caballos prestados y tomará los
suyos”.
En la historia de la Independencia Americana, es famoso el
suceso que tras el triunfo de Chacabuco (Chile), el 12/02/1817, hace ahora 200
años, San Martín designa a su cuñado Manuel Escalada, para que en función de “chasque”, lleve la noticia de la buena
nueva a Buenos Aires, misión que cumple galopando durante 14 días, y unos dos
meses después, tras la victoria de Maipú y con Chile ya liberado, vuelve
Escalada a repetir la marcha, logrando ahora hacer el recorrido en 12 días.
Otro “chasque” notable
de la historia es el militar salteño Calixto Ruiz de Gauna, que en julio de
1810, al insubordinarse el gobierno salteño contra la Revolución de Mayo, une
al galope Salta y Buenos Aires en ocho jornadas, portando el alerta de aquel
suceso, siendo ya en aquel momento un hombre de 62 años, edad avanzada para los
promedios de la época.
Tras las guerras independentistas y civiles, el “chasque” siguió cumpliendo con las
funciones de transportar noticias, y ateniéndonos a lo escrito por el sabio
entrerriano Martiano Leguizamón, allá por 1896, decimos con él: “…En las postas se sabía la hora precisa de
su llegada y ya lo esperaban con el caballo listo para proseguir el camino a galope
tendido, con
su inseparable valija de
correspondencia en la grupa. Los habitantes del campo le reconocían desde lejos
por los remolinos de polvo que alzaba en su precipitada marcha; y cuando tenían necesidad de sus servicios le
salían al encuentro; satisfecha la curiosidad o anotado el pedido en la tela
maravillosa del cerebro (…) volvía a emprender el viaje”.
(Ver en el blog "Poesía Gauchesca y Nativista", "El Chasqui Feliciano", de Wenceslao Varela)
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