LR 11 – Radio Universidad – “CANTO EN AZUL Y
BLANCO”
Micro Nº 31 – 18/06/2017
Con su licencia, paisano! Acomodado en la cocina grande,
junto a la ventana para tener mejor luz, mientras gustamos un mate, vamos a ver
si compartimos “Decires de la campaña”.
FACON
“Remotas huellas de
llama / y de martillo lo azulan / con brillos que confabulan / los cruces de la
amalgama; / con reverberos de escama / el resplandor lo sonroja / y si en el
mango se moja / la luz en candor de
plata, / entre hielos se amorata / la línea cruel de la hoja.”, así comienza a describir el cuchillo la excelentísima poesía de Don Miguel
Etchebarne.
Tenemos por costumbre denominar “facón”, a todo aquel
cuchillo de cintura que usamos atravesado en la espalda, pero en realidad
aquellos que son de forma triangular, por más que sean largos, siguen siendo
“cuchillos de cintura” con la característica de que nunca llevan ningún tipo de
defensa para la mano; en cambio el “facón”,
según el saber de Don Mario Aníbal López Osornio, tuvo su origen al ser
construido con restos de sables; esto hace que su espiga coincida con el centro
de la hoja, siendo ésta angosta y muy fuerte a pesar de su extensión,
caracterizándose por tener filo de un solo lado (aunque a veces los primeros 10
cms. del lomo, pueden estar rebajados), muchas veces con sangrador (la canaleta
central), y generalmente con defensa contra la empuñadura, siendo ésta en forma
de “S”, de “U”, o un simple “crucero” recto.
Dijimos que para la construcción, en sus orígenes se usaron
hojas de sables, agregamos entonces bayonetas, espadas y hasta aún de limas
chatas y gastadas. Posteriormente las fábricas comenzaron con la provisión de
hojas ya construidas de exprofeso y a estrenar, las que hoy son buscadas por
coleccionistas, ya que hay registros de marcas y procedencia.
La voz “facón”
deriva y es aumentativo de la palabra “faca”, que significa “cuchillo corvo”, y
ésta a su vez viene del árabe “farhah”, palabra que designaba al “hierro
de la lanza”, y que pasó al español en el largo dominio de 8 siglos que los
moros tuvieron sobre media península ibérica a partir -aproximadamente- del año
700.
Citamos “cuchillo corvo”, y esto nos trae al recuerdo una
palabra caída en desuso, con la que el gaucho designaba al cuchillo largo o al
facón, y ésta es la voz “alfajor”, curiosa porque parece que remite a un
postre, pero que en cambio era la transformación amañada que se le dio a la voz
árabe que designaba un largo cuchillo corvo, “el alfanje”, de allí pues:
“alfajor”.
Si bien puede decirse que el “facón” es arma de pelea, en
las manos ingeniosas del gaucho también fue herramienta de trabajo, con la que
supo hachar un gajo, cortar pasto o paja, hacer un pozo, cuerear, etc.
En cambio el “facón caronero”, prácticamente una espada,
fue arma de defensa y pelea, que nunca se portaba en la cintura, sino entre las
caronas del recado, fundamentalmente en la vida del siglo 19, cuyo uso
desaparece cuando la estancia se expande, los campos se alambran y los recados
largos se acortan.
Evocamos ahora al “facón”
con los versos de Carlos López Terra: "Viejo Facón"
(Los versos se pueden leer en el blog "Antología de Versos Camperos")
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