domingo, 30 de julio de 2017

CINA CINA

LR 11 – Radio Universidad – “CANTO EN AZUL Y BLANCO”
Micro Nº 37 – 30/07/2017
Con su licencia, paisano! Acomodado en la cocina grande, junto a la ventana para tener mejor luz, mientras gustamos un mate, vamos a ver si compartimos “Decires de la campaña”.

En este ciclo, en cuanto a la vegetación de la campaña, ya nos hemos referido al ‘tala’ y al ‘cardo’, hoy agregamos a la “Cina cina”, tan presente en la zona rural, y que antaño fuera tan útil para formar los llamados ‘cercos vivos’.
A esta especie propia de la flora nativa, se la puede definir como un arbusto o arbolito, que en buenas tierras y mejores condiciones puede llegar a una altura de 5 mts., aunque no es lo común. En botánica integra la familia de las plantas leguminosas. Nace en forma espontanea en amplias zona de Sudamérica, Méjico y sudoeste de EE.UU.
Es una espinosa de hojas muy delgadas y menudas, que da una florcita amarilla manchada de rojo, con un suave perfume, siendo el período de floración los meses de diciembre y enero. Fructifica en chauchas finas y largas que tienen marcadas las semillas, su color verduzco opaco es parduzco al madurar, de las que generalmente salen de 1 a 3 semillas.
Desde EE.UU a nuestra región, recibe diversos nombres populares, como -entre otros- ‘palo verde’, ‘espinillo’, ‘espina de Jerusalén’, ‘bacaporo’, ‘huacaporo’, ‘parkinsonia’, ‘retama’,’ azote de Cristo’ y simplemente ‘cina’.
Ya citamos al principio que antiguamente fue muy usada para la formación de cercos vivos para dividir potreros e inclusive para conformar precarios corrales, ya que creciendo muy cercas una de otra, se vuelven infranqueables. Y pasó que al extenderse el uso del alambrado, muchas veces se la usó para reforzar el mismo, plantándolas a su vera.
Si bien su madera no es útil para extraer postes ni para trabajos de carpintería, su leña, bien sazonada, brinda muy buena brasa, que en aquellas épocas de las ‘planchas de carbón’, sirvió también para calentar las mismas.
En cuanto a la medicina campera, el saber popular le ha encontrado utilidad contra la fiebre intermitente y también el paludismo, preparando una tisana con sus hojas, flores y semillas, usando unos 20 grs. de éstas en un litro de agua, infusión que se tomará fría y con azúcar. Vale aclarar que se llama ‘tisana’, al proceso de calentar el agua y en el momento que suelta el hervor recién se echan dichos insumos que se dejan cocer durante 5 minutos.
Se le ha encontrado valor para parquización y así emigró hacia Europa y Oceanía. Casualmente en Australia se transformó en una planta invasora, una plaga, que se extendió “en densísimos matorrales, inaccesibles para el ganado y para la fauna salvaje”.
A pesar de eso, para nosotros sigue siendo el simpático arbusto siempre presente en nuestra campaña.

Ilustramos ahora -y me tomo el atrevimiento-, con unos versos que me pertenecen, titulados, simplemente “Cina cina”:
(El verso se puede leer en el blog "Poeta Gaucho")

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