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1520 Radio Chascomús – Audición “CAMPO AFUERA”
Micro Nº 21 – 13/12/2017
Antes de salir
“campo afuera” pa’ poder tender la vista mirando lejos, dende’l banco chueco en
el que estoy sentao, vamos a ver si le arrimamos unas “astillas” al “Fogón de
los Poetas”.
Don Omar Menvielle
eligió para sus versos, expresarse en un lenguaje bastante teñido del habla
gaucha; esto hizo que su prologuista Justo P. Sáenz (h), opinara: “El lenguaje empleado es también real,
aunque deforme quizás con exceso el idioma castellano.”, cosa con la que
personalmente no coincido. Pero en la segunda edición de “Relinchos”, González
del Solar afirma que el lenguaje y los modismos camperos del poeta “son reales y comunes a la semántica del
campo y que su uso no es recurso, sino propósito de dar fuerza a la frase y
calor de clima”.
Siguiendo en el tema de
su lenguaje, en una nota aparecida en el diario La Nación el domingo
28/10/1962, se puede leer: “Usa una
adjetivación agrestemente punzante y su léxico, en general, de veracidad
indiscutible, patentiza una sobresaliente captación del habla paisana vigente
en la zona. Canta -y en ello radica posiblemente el adentramiento de su poesía
en la esfera de la peonada porteña- más por boca del pobre que del rico.”
Como pasó con Charrúa y
también lo veremos en Risso, en los versos de Menvielle es indiscutible que el
que habla, cuenta o relata es un paisano cabal, un paisano parejo.
Me refirió su hijo que
su casa, casi en forma diaria, era centro de reuniones donde el tema de las
tradiciones, la gente campera y las cosas de la vida de la campaña, era el tema
principal, e incluso que había un día especial (digamos el viernes), para esas
citas, a las que concurrían su íntimo amigo Charrúa, Justo P. Sáenz (h), Eleodoro
Marenco, Enrique Uzal, los estancieros Federico Gándara y Julio Casares (este
último, considerado un hombre muy gaucho, de mucho conocimiento), entre varios
más.
Me destacaba su hijo,
la paciencia de su madre de recibir y atender a todos estos hombres, para los
que en ocasiones preparaba empanadas para hacer aún más amenas las reuniones
En la ciudad de Buenos
Aires, seguramente acercado por Charrúa, frecuentaba habitualmente el Centro
Tradicionalista “El Ceibo”, que funcionaba en el subsuelo de la Confitería
América, en Avda. Santa Fe y Pueyrredón.
Menvielle estuvo casado
con Raquel Inés Garralda, matrimonio que fructificó en un hijo, con los mismos
nombres que el padre, apodado Moro, quien fuera médico veterinario.
El poeta falleció el
15/04/1966 siendo sepultado en el Cementerio de la Chacarita. Tenía 69 años de
edad.
Para agregar a lo dicho
una habilidad criolla, me contó “Moro” que su padre era “parador”, es decir que
de una rodada salía corriendo con el cabresto en la mano, y que a veces
“provocaba” la rodada encarando un campo arado.
(En el blog "Antología del Verso Campero" se puede leer "Vecindario", poesía con que ilustramos el texto)
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