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1520 Radio Chascomús – Audición “CAMPO AFUERA”
Micro Nº 24 – 27/12/2017
Antes de salir
“campo afuera” pa’ poder tender la vista mirando lejos, dende’l banco chueco en
el que estoy sentao, vamos a ver si le arrimamos unas “astillas” al “Fogón de
los Poetas”.
Por julio de 1946 -cuando
ya es hombre de unos 30 años-, aparecen publicados los primeros versos de Pedro
Risso, y para entonces es muy probable que en el ambiente gaucho de Avellaneda,
aquella paisanada ya los conocieran de escucharlos en los fogones, pero habrá
de ser a partir de 1970, cuando Héctor Del Valle lo comienza a difundir a
través de un espacio que desarrollaba en la recordada audición “Amanecer
Argentino”, que el poeta comienza a tomar vuelo y a ser reconocido en toda la
provincia de Buenos Aires y también más allá de sus límites.
“Pedrito” -como los
familiares y más allegado le decían- había nacido en la localidad de Aldo
Bonzi, en el “viejo pago de La Matanza”, el 11/07/1915, y él mismo lo recuerda
en su verso “Desde Lejos” cuando dice: “Como
quien vuelve pa’l nido / y en el
recuerdo se afianza / quiero cantarle a Matanza / mi viejo pago querido. /
Donde nací y he vivido / la mitad de mi existencia,…”, y tendría unos 15
años cuando la familia se muda a la pujante Avellaneda, donde -si no estoy
equivocado- su padre se desempeñó como carnicero.
Por aquel entonces, la
pujanza de los frigoríficos (La Negra, Argentino, El Anglo, La Blanca, entre
otros), instalados en esa ciudad limítrofe con la Capital Federal, habían
convertido a Avellaneda en un emporio de la gauchería, porque a la paisanada
propia se sumaba la cantidad de reseros (gente muy campera), que llegaban con
tropas por tierra, desde distintos puntos de la provincia profunda, en un
continuo ir y venir con las pobladas tropas que la faena requería.
Con el tiempo, el mismo
Risso se conchabó en esas cuestiones, en el “Mercado Nacional de Hacienda de
Lanares”, donde llegó a ser capataz de playa, ya que en los años aquellos de
una pujante Argentina exportadora, no solo había movimientos de vacunos, sino
que lo mismo ocurría con porcinos y lanares, toda hacienda de muy buena
calidad, dicho de otro modo: de exportación.
Tiene el poeta 17 años
cuando en Avellaneda se constituye el Círculo Tradicionalista “Leales y
Pampeanos”, reuniendo en uno solo a dos grupos que eran “Los Leales” y “Los
Pampeanos”; cinco años después (1937), se asocia a dicha entidad, a la que se
mantendrá íntimamente vinculado durante toda su vida, y si bien -aparentemente-
nunca fue directivo, sí integró la Sub-Comisión de Prensa de la Revista “La
Carreta”, que era el órgano de difusión de la dicha entidad, compartiendo
tareas con los también poetas Emilio Frattini (el autor del tema ‘Clarinada’) y
Roberto Roncayoli.
Quizás por esta función
que desarrollaba, como para no comprometer a nadie, comenzó a mandar sus versos
a la Revista, escondiéndose tras el seudónimo de “El Zurdo Nicasio”; justamente
el primero que envía en julio de 1946 (con el que ahora ilustraremos), se titula “El Oscuro
Mentao”, en el que -quizás para mayor disimulo- cita a Pedro Risso, lo que
provoca que un par de números después, ahora firmando con nombre y apellido,
mande unas décimas aclaratorias con respecto al dueño ese pingo mentao.
(El verso se puede leer en "Antología del Verso Campero")
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