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1520 Radio Chascomús – Audición “CAMPO AFUERA”
Micro Nº 30 – 07/02/2018
Antes de salir
“campo afuera” pa’ poder tender la vista mirando lejos, dende’l banco chueco en
el que estoy sentao, vamos a ver si le arrimamos unas “astillas” al “Fogón de
los Poetas”.
Tras aquellos primeros
pasos en la vida relatados en la charla anterior, sabemos gracias a Roberto
Cambaré (quién cuenta que mantuvieron: “una amistad muy apoyada en lo
literario”), que el llamado al servicio militar -esto debió ocurrir hacia 1945-
los llevó a presentarse en la Guarnición Militar Mar del Plata; allí, en un
gran playón, formados bajo ardiente sol estuvieron los aspirantes a soldados
durante horas, lo que provocó que algún cayeran agotados y otros pidieran ayuda
por sentirse mal. Así fue que los afectados (el problema general era
insolación), iban siendo derivados al Sector Enfermería, y en un momento dado
el propio Cambaré debió ser enviado a dicho sitio; realizadas las primeras
atenciones y viendo que su estado no era delicado, lo pusieron a barrer la sala
donde estaban las camas en las que reposaban siendo atendidos aquellos
aspirantes más delicados. Cuenta el autor de “Angélica” que mientras barría sintió ganas de decir el
poema “El Temulento”, y como curiosamente estaba prohibido recitar y no así
cantar, inventó una melodía y cuando comenzó con el primer verso (“Ya van tres noches de festín, en ellas”),
escucha que desde una de las camas alguien entona el segundo verso -“ávido el corazón de un algo inmenso”-,
y continuó Cambaré y continuó el enfermo, y así, cantando bajo hasta el final
del poema, donde recién supo que ese otro joven se apellidaba Berho, naciendo a
la edad de 20 años y por una casualidad poética, una “amistad en lo personal y en lo afectivo, que fue muy grande”.
Hoy podemos compartir
esta anécdota, pues el periodista y poeta Pedro Leguizamón, lo hizo público en
un interesante artículo publicado en la sección “Cultura” de “La Capital” de
Mar del Plata, un mes de febrero de hace 17 años. Los méritos, para quienes los
merecen.
Cumplen ambos el
servicio militar en la ciudad de Bariloche aunque en distintos regimientos, y
al recibir la baja será Mar del Plata el lugar que los reunirá, pues Berho ya
tenía allí “su piecita”, y Cambaré abandonará su Balcarce natal para mudarse a la ciudad costera.
Mar del Plata vivía un
importante movimiento de raíz telúrica, y allí se suma a las reuniones de
“Vasco” Giménez, de los hermanos Gromaz, de Ñusta de Piorno por citar a los que
más trascendieron.
Ignoramos cual fue su
medio de vida en esa época, pero si sabemos que la literatura lo tenía muy ocupado,
al punto que a los 28 años, o sea por 1954, da a conocer su primer libro de
versos “chacareros” que bautiza “Cortando Campo”, casualmente el titulo de un
largo verso en décimas de tono más vale de humor criollo.
Pero lo que
generalmente denominamos “gauchesco” no era por cierto su obsesión, y así, una
Cooperativa de Autores marplatenses le publica un pequeño volumen llamado “14
Sonetos y medio” que nada tiene que ver con lo que de él aplaudimos, al que
años después, ya en Buenos Aires, sumará otro raro ejemplar que denomina
“Antiprosas”, esto por 1975.
Buscando entre sus obras menos difundidas, ilustramos con "Domingo" (el verso se puede leer en el blog "Poesía Gauchesca y Nativista")
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