AM
1520 Radio Chascomús – Audición “CAMPO AFUERA”
Micro Nº 30 – 21/02/2018
Antes de salir
“campo afuera” pa’ poder tender la vista mirando lejos, dende’l banco chueco en
el que estoy sentao, vamos a ver si le arrimamos unas “astillas” al “Fogón de
los Poetas”.
Habiendo detallado sus
libros y sus grabaciones, vamos ahora por los primeros temas que los cantores
le grabaron.
Él siempre estuvo muy
agradecido con Víctor Velázquez, que allá por
1968, en su disco “Entre el Sur y el Litoral” -editado por Discos
London-, le grabó, logrando muy buena repercusión en su momento, el tema “Las
Dos Aves”, que ocupó el primer lugar en el lado B del larga duración. El mismo
incluyó también temas de Ñusta de Piorno, Víctor Abel Giménez y Roberto
Cambaré, toda gente de Mar del Plata, lo que motivó que en el salón del Hotel
Sindical de Luz y Fuerza se llevará a cabo un acto de presentación, que resultó
un éxito. Esto allá por el mes de julio.
El mismo año, “El
Negro” Argentino Luna le graba las décimas de “Cosas del Tambo” con ritmo de
cifra, y con el nombre de “Tambo” a secas y siendo un fragmento del tema
original ya que no tiene todas sus estrofas. Aquel disco se llamó “Un Cantor de
Soledades”. Desconocemos cual de las dos composiciones se grabó primero.
Al año siguiente, 1969,
en su primer disco grabado para el sello Discomundo con el título de “Así Soy”,
Francisco Chamorro incluye su versión de “La Chata”, tal el título original, que más adelante
volvería a grabar, y ahora al igual que otros intérpretes, con el nombre de “La
Chata de Lobería”. En esta y otras grabaciones no se interpretan la 1° y 5°
estrofa.
“La Chata” y luego
“Estación de Vía Muerta” (también con música de Chamorro), serían dos
verdaderos éxitos en la voz de Alberto Merlo, pero ya serán incontables los
intérpretes que graban temas de Berho: Héctor Del Valle, Beto Ruidíaz, Tito
Ramos, Claudio Agrelo, Eva Cardozo, Triviño Montiel, Daniel Garbizu, Manuel
Rosa, Atilio Payeta, Rómulo Nahuel, etc.
Ya desaparecido Berho,
Alberto ‘Beto’ Ruidíaz de quien puede decirse que era un amigo, edita un disco
compacto titulado “Sentimientos del Corazón – Recordando a Luis Domingo Berho”,
que contiene 17 zambas de su autoría, todas musicalizadas por el intérprete.
Lamentamos desconocer el año.
Su tema “Estación de Vía Muerta”, se
transformó en la representación cabal para aquellos habitantes de pueblos que
se habían quedado sin el tren. Mucho se ha hablado del tema, por eso se hace
importante, dar lectura a la carta que el propio autor escribiera bajo el
título de “Historia de una Canción”: “En
la madrugada de un día de Marzo de 1969 salíamos de la ciudad de Coronel
Dorrego en un camión viejo con un compañero de trabajo. Íbamos a realizar unas
tareas en la chacra del señor Uslenghi. El vehículo en que viajábamos no
desarrollaba mucha velocidad, por lo tanto no se sorprendan si les digo que la
salida del sol nos encontró recién llegando a Faro. Fue entonces que Pedro
Montero, levantando su mano derecha que tenía sobre el volante, me dijo: “esa
es una estación de vía muerta”. Esta metáfora, tan patética como enorme, tocó
mi sensibilidad. El sol, que ya
se elevaba sobre la línea del horizonte, iluminaba todo el andén, sobre el que
se veían algunos gorriones que hicieron caso omiso de nuestra cercanía. Aquella
mañana luminosa era perfecta en su quietud. Las vías estaban cubiertas de
pasto, las puertas estaban cerradas, el molino inmóvil, el embarcadero sin
ningún linyera… El lento avance del camión hizo que todo fuera quedando atrás.
Lo
último que vi fue uno de los letreros, y las cuatro letras de la palabra FARO,
se quedaron en mi retina, acaso, para ponerle nombre a mi emosión. Nos fuimos
mientras mi vista se perdía por los rastrojos de trigo recién cosechado,
volviendo mi espíritu hacia la infancia y llenandome de nostalgia. Sin embargo
la fuerte impresión del espectáculo que acababa de ver acudía a mi mente con insistencia.
Pensé en un gran poema épico, digno de los mas grandes bardos de la poesía
universal, por lo tanto deseché la idea de escribir un solo verso sobre el
asunto. Aquel grandioso motivo no era para mi pobre musa. Aquella “vía muerta”
era un cadáver de muchos kilómetros de largo, con una espléndida y maravillosa
historia, llena de vicisitudes progresistas. Querer darle forma digna a aquella
portentosa epopeya era tarea superior a mis fuerzas. Descartándo todo propocito
al respecto me quedé tranquilo y nuestro viaje continuó hasta llegar a destino.
Pasaron
7 años desde aquel día, y la vida me llevó por otros caminos, pero aquella
imagen de desolación siguió apareciendo en mi memoria con cierta persistencia,
como pidiéndome que le diera algún tipo de vida, para estar de alguna manera en
el recuerdo de alguien. Así fue que un buen día me dispuse hacer lo único de
que soy capaz: plasmar en versos sencillos y populares el bosquejo idealizado
de aquella estación avandonada. Me limité a recordar y decir. Lo demás es
historia conocida. Don Alberto Merlo llevó a disco mi trabajo y desde entonces
su éxito no ha decaído y su vigencia es permanente”.
Luis
Domingo Berho
(Textual. Se ha respetado la grafía y
puntuación original)
Cerramos la evocación con la lectura de su verso 'mas gaucho': "Historia de un Relincho", que se puede leer en el blog "Antología del Verso Campero".
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