miércoles, 6 de junio de 2018

JULIO MIGNO (Charla 2)


AM 1520 Radio Chascomús – Audición “CAMPO AFUERA”
Micro Nº 46 – 06/06/2018
Antes de salir “campo afuera” pa’ poder tender la vista mirando lejos, dende’l banco chueco en el que estoy sentao, vamos a ver si le arrimamos unas “astillas” al “Fogón de los Poetas”.
Antes de continuar tratando de adentrarnos en la vida y obra de este poeta, digamos algo de su apellido, ese que comúnmente pronunciamos “Miño”, pero que en realidad es “Migno”, como que se escribe M-I-G-N-O.
Supe de Migno por primera vez cuando ya tenía 24 años; lo descubrí en una feria de libros usados y sobrantes editoriales, y con él también descubrí a su ilustrador, Juan Arancio, un magnífico pintor del gaucho islero, del costero, del canoero y también del de a caballo en aquellos bañados y esteros litoraleños.
Aquel libro -el primero para mí-, se llamaba “Yerbagüena – el mielero”, y éste, el del título, era un personaje de aquellos pagos santafecinos que andaba rodeado de pájaros, al que describe: “Yerbagüena el Mielero / tenía azules los ojos como flores de salvia. / ¡Vaya a saber que juerza briyaría en esas nubes / que hacían dormir los pájaros sosegando sus alas!...”. Y leyendo esos versos en más de una página lagrimearon mis ojos inundados de emoción sincera.
Al deflorar el primer verso pintó su lugar: “Timbó, laurel, curupí, / lindos ceibales en flor, / pago de indio mocobí / San Javier donde nací / no hay otra tierra mejor. // Timbó, laurel, curupí…”.
Pero no solo en pájaros y plantas se detiene “El Mielero”, que es también de a caballo, y en un compuesto de 19 estrofas titulado “El Rebencaso…”, nos pinta una punzante cuadrera que comienza diciendo: “-¿A qué tiro son las bravas? / -Dos libres y a igualar peso; / va ver cumpa lo que es eso / en cuanto trencen las tabas. / La forastera se alaba / diciendo que’s pan comido. / -Eso lo dirá el carpido; / no vaya a créir don Rolón / que contra ese charabón / corre en tortuga un dormido”.
Me animaría a afirmar que seis de sus ocho libros fueron editados por la prodigiosa Librería y Editorial Colmegna de la ciudad de Santa Fe, siempre abocada a los autores terruñeros, bien nativistas. Y bien hay que aclarar que sus ediciones no eran de 300 ni 500 ejemplares sino ¡de miles! y que casi siempre necesitaban una 2da., 3ra o 4ta. edición.
El ya citado Tomás Rodríguez, lo define: “Los escritos y poemas de Migno Parera están llenos de un profundo conocimiento del sufrimiento humano, del sentimiento campesino y costero, tienen sentenciosidad y didactismo y planean el eterno drama que provocan los hechos injustos, producidos por la mano del ser humano hacia sus semejantes y la relación con la naturaleza.”
Su obra completa se resume así: “Los Nuestros” (1932), “Amargas Camperas” (1943), “Yerbagüena, el Mielero” (1947), “Chira Molina” (1952), “Cardos y Estrellas – Antología” (1955), “De Palo a Pique – Antología” (1965), “Miquichises” (1972), y “Suma Poética” (1987); aguardan inéditos sus cuentos y obras de teatro.
(Se ilustró con "El Escarmiento", que se puede leer en el blog "Antología del Verso Campero")

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