LR 11 – Radio
Universidad – “CANTO EN AZUL Y BLANCO”
Micro Nº 92– 28/10/2018
Con su licencia,
paisano! Acomodado en la cocina grande, junto a la ventana para tener mejor
luz, mientras gustamos un mate, vamos a ver si compartimos “Decires de la campaña”.
Al
hablar el domingo pasado sobre “los vascos”, hicimos mención de sus aportes a
la cultura criolla, y allí citamos en lo deportivo, el juego de “pelota en
frontón”, que si bien lo comenzaron practicando entre los hombres de esa
comunidad, rápidamente fue adoptado por nuestra gente también.
Se
supone que antes del 1800 se establecieron los primeros “frontones”, pues rudimentariamente era suficiente con una pared
sobre la cual hacer rebotar la pelota a fuerza de precisos paleteos; ahora,
vale aclarar que su éxito y difusión se debe ubicar en las últimas décadas de
esa centuria.
Justamente
esa pared es la que recibe el nombre de “frontón”,
designación que por extensión abarca todo el espacio en el que se desarrolla el
juego, más o menos así lo define la Real Academia de la Lengua.
En
los almacenes de campo, el “frontón”
-la cancha de pelota a paleta- es al aire libre, abierta, y sus medidas están
en los 10 mts. de ancho, por un largo variable que va de los 28 a los 54 mts.
En
los pueblos los “frontones” se
erigen en espacios cerrados.
Esos
almacenes o esquinas de campo, contaban con los “frontones” y la “cancha de bochas” (este otro juego de origen
italiano). como un agregado para atraer clientela, y de la misma manera que las
“cuadreras”, los desafíos entre afamados “pelotaris”, atraían en la fecha
establecida para el partido, inusitada cantidad de curiosos, que dejaban sus
pesos en el mostrador y también en las apuestas, porque “de afuera” se jugaba
por plata.
Entrando
en precisiones que escapan a nuestro saber, copiamos que si se jugaba con
pelota de cuero o de goma maciza, se requería cancha de 36 mts., y de 30 si era
con pelota de goma, en todos los casos en cancha de “frontón” con ‘trinquete’,
también llamado en nuestra campaña ‘tambor’ o ‘tambur’, un ochavado que une el
extremo derecho del frontón con la pared de la derecha.
Por
famoso en este juego no podemos dejar de mencionar al “Manco de Teodelina”, o
sea Oscar Messina, quien pasó la
última parte de su vida radicado en Chascomús, y que en sus épocas de glorias
daba todas las ventajas, jugando con un brazo atado, a veces el derecho para
jugar solo de zurda.
Hoy en día ya no se siente en el campo el
retumbar del “frontón”, y a eso refiere el verso que escribiera Ricardo
Lejarza, que titulara “La Muerte de los Frontones”.
(Se puede leer en el blog “Poesía Gauchesca y Nativista”)
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