jueves, 11 de mayo de 2017

ASTILLAS DE WENCESLAO (Charla 6)

AM 1520 Radio Chascomús – Audición “CAMPO AFUERA”
Micro N° 6 – 10/05/2017

Antes de salir “campo afuera” pa’ poder tender la vista mirando lejos, dende’l banco chueco en el que estoy sentao, vamos a ver si le arrimamos al fogón de los versos, unas “astillas de Wenceslao”.

“El Rastreador” ha sido sin duda una de las letras que lo ha trascendido a Wenceslao, y es que hay allí un dechado de conocimientos, aunque… para decir la verdad, en algunos puntos nos quedamos pensando, o como se dice “en ayunas” al no saber interpretar alguno de esos decires. No sé si a otros les pasará lo mismo. Pero siendo el poeta un hombre al que admiramos por sus vastos conocimientos, le damos la derecha, razonando que lo que dijo, ¡por algo será que lo dijo! Puede que haya algunos regionalismos orientales que no manejamos nosotros, como que también algunas cosas se remontan a un tiempo viejo que no hemos conocido, y por falta de práctica o de necesidad, esos menesteres han ido cayendo en el olvido.
De los escritores argentinos Wenceslao siempre destacaba a Hernández, autor de “la obra mayor que leemos y leemos y volvemos a leer, el enorme Martín Fierro”, pero en prosa no retaceaba decir “me gusta Sarmiento, muy cáustico…”.
Casualmente Sarmiento, que no dudó en negar al gaucho, en su libro “Facundo”  hace un encendido retrato del “rastreador” y, vaya contradicción: ¿qué no fue un rastreador sino un gaucho?
No lo sabemos en la República Oriental, pero en nuestro país, se ha hecho hincapié que los mejores rastreadores están en las provincias andinas; en este punto vale citar que el Gral. Lucio Mansilla aseguraba que los mejores rastreadores están en las provincias de San Juan y La Rioja.
El personaje central del relato de Sarmiento, se llama Calíbar, y es sanjuanino como quien lo pinta; hace dos o tres descripciones de sus logros sobre trilladas huellas, y cierra con ésta interrogación que magnifica al personaje: “¿Qué misterio es este del rastreador? ¿Qué poder microscópico se desenvuelve en el órgano de la vista de estos hombres? ¡Cuán sublime criatura es la que hizo Dios a su imagen y semejanza!”.
Con seguridad que Wenceslao se detuvo  y releyó esta página.

Prestémosle ahora atención a todos y cada uno de los detalles que plantea y describe el poeta al ir desandando su verso. Y ya que éste es un poco largo -12 décimas-, hagamos más corta la charla habitual, y centrémonos en la lectura de “El Rastreador”, obra con la que se abre el libro “Vinchas”, y que dedica: “A nuestro gran poeta nativista don Fernán Silva Valdés”.
(Las décimas de "El Rastreador" se pueden leer en el blog "Antología del Verso Campero")

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