AM 1520 Radio Chascomús – Audición “CAMPO
AFUERA”
Micro Nº 9 –
31/05/2017
Antes de salir “campo afuera” pa’ poder tender la vista
mirando lejos, dende’l banco chueco en el que estoy sentao, vamos a ver si le
arrimamos al fogón de los versos, unas “astillas de Wenceslao”.
“Si nos permite
patrón / vamos a hacer unos tiros / pa’ no estar entre suspiros / gastando
conversación. / Yo soy pa’l naipe, chambón / y a la taba me’jercito. / Es juego
criollo y limpito / que muy poca cencia esije. / Me tiembla, como le dije, / el
brazo roto, un poquito.”.
Esta situación que Varela comienza a relatar en las
décimas de “Taba y Baquianos”, se daba no solo en las pulperías y en las
reuniones de los días de fiesta, sino también en los fogones de los troperos que
llegaban a “la tablada” con arreos de diversos departamentos, o en los que se
armaban en los altos de las tropas de carretas, a los que “como distráidos”,
solían caer aquellos que al juego lo sabían hacer un modo de vida.
En cierta oportunidad le contó a un periodista que lo
entrevistaba: “En torno a los fogones
paisanos tuve mi mejor escuela y allí aprendí lo que es la vida, les debo todas
mis obras, que son un reflejo de sus propias costumbres y expresiones”; y
allí mismo, opinamos nosotros, se hizo baquiano en el manejo del naipe y en
saber revolear con criterio el güesito bayo. Allí, en esa escuela de la vida,
mamó también los devenires del juego, que eso también forma parte de la campera
vida de antaño, y por eso “Guruyense” estampó en un escrito suyo que Wenceslao
era “…una enciclopedia viviente sobre el
devenir campero.”.
Con la misma naturalidad que en sus versos nos habló de
dramas de la vida, de historias trágicas como las de “La Cuenta”, “El Barcino”,
“El Chasqui Feliciano” o “El Lazarillo Gaucho”, también nos habló de las cosas
de la vida cotidiana de trabajo y sustento, como en “La Yerra”, “La Tropa”, “La
Ida del Gaucho”, “Mi Moro”, “Jineteada”, “Mi Rancho” o “Coyunda”, y porque
forman parte de la vida sencilla y sentida del campo de ayer, no pudieron estar
ausente las cuestiones que entretuvieron la vida rústica de aquellos hombre y
aquellos tiempos, y así fue que le cantó con propiedad y conocimiento a “La
Carrera”, “Ni Amor Ni Juego”, “En el Partidero”, “Carreras Muy Por Allá”,
“Monte y Trampas” y justamente “Taba”, tema del que ya puntualmente nos
ocuparemos, porque sí fue devoto del “lazo” para ejercitarse y lucirse en la
puerta de un corral, no le hizo asco con “la bayita” en la mano, ni a la peor
parada, y por eso supo versear: “…en la
taba soy certero y muy cebao a ganar,…”.
En definitiva, puede afirmarse que fue la suya “una literatura de la existencia, de un
reflejo de la dura vida que volcó en el papel a través de la poesía, de la
narrativa, de los brochazos camperos sin tergiversaciones, de auténtico cuño en
la observación y en el manejo del lenguaje con todos los modismos del habla
campesina.”, según supo definir con acierto en el diario “El País”, el
periodista Nelson Domínguez.
Vamos ahora a cumplir con el deseo del creador de este
alero que nos cobija, con los cuartetos de “Taba”:
(El verso se puede leer en el Blog "Antología del Verso Campero")
No hay comentarios:
Publicar un comentario