LR 11 – Radio Universidad – “CANTO EN AZUL Y
BLANCO”
Micro Nº 54 – 07/01/2018
Con su licencia, paisano! Acomodado en la cocina grande,
junto a la ventana para tener mejor luz, mientras gustamos un mate, vamos a ver
si compartimos “Decires de la campaña”.
La cadena. Recordará el
oyente, que un año atrás, en la charla N° 4 al hablar del “palenque”,
y luego en la N° 35 al referirnos a la “tranquera”, vino a
colación citar a “la cadena”, como
que hubo “palenques” de estancia construidos con gruesas cadenas marineras, y que también, según lo refrenda por 1881 don
José Hernández, “tranqueras” de cadena,
en aquellas entradas de estancias que daban a los caminos principales (los
caminos reales), con lo cual queda acreditado su uso como muy antiguo en la vida
diaria de nuestra campaña porteña.
Trataremos ahora de brindar otra información, otros datos.
Según el diccionario, la “cadena
es una serie de muchos eslabones entrelazados entre sí, normalmente metálicos,
que sirve principalmente para atar o sujetar”.
Dicho de otra manera, el eslabón es cada uno de los anillos
o elementos que forman la cadena.
En la vida gaucha puede que no haya tenido muchos más usos que los dos
recién apuntados, a los que le podemos agregar un tercero, como ser la cadena -más vale fina-, utilizada a
veces en los pozos de agua de brocal, para subir y bajar el balde mediante el
uso de una roldana.
Pero con la proliferación de las chacras y el desarrollo de la
agricultura, la vida de campo a partir del 900 fue sufriendo un cambio considerable,
y a la antes exclusiva vida pastoril, se le fue sumando el trabajo del arado,
de las rastras y cosechadoras, y la cadena
comenzó a tener una presencia más visible.
Suele de ser de cadena la
barbada de un freno, también está presente en los yugüillos que aseguran la
pechera, en los tiros de un carro prendida a los balancines, y muchas veces en
el cierre de una tranquera de alambre, y también reemplazando a la aldaba en
una buena tranquera, donde solía quedar el candado como ñudo de un pañuelo, en
la cadena que se usaba de cierre.
Suele estar entreverada al habla coloquial, como cuando alguien dice “a un amor hecho cadena prendimos los
corazones”, queriendo significar un amor fuerte, indestructible, o como dijo el poeta Pedro Risso con el mismo
significado pero referido a la amistad: "Sos cadena de eslabones, /
pareja y sin una falla; / y un amigo de tu laya / no se encuentra a dos
tirones".
Hablar de la cadena me trae
un recuerdo personal, cuando allá 1961/62, después de una muy fuerte tormenta
que se desató un anochecer, nos encontramos al amanecer siguiente con el monte muy raleado, con muchas acacias
en el suelo, cuyos troncos, después de desgajados, con una fuerte y largada
cadena, a la asidera del recado y con el servicial zaino “Ciruja”, fui sacando
uno por uno hasta una orilla, los que después en un aserraderos se
transformaron en tablas que se volvieron tranqueras.
Agustín López, el poeta con raíces en el Pago de Alsina, partido de
Baradero, le escribió a la cadena,
los versos que vienen a continuación. "La Cadena" de Agustín López.
(Se puede leer en el blog: "Poesía Gauchesca y Nativista")
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