En su niñez se inició en el aprendizaje
de danzas nativas con un pionero local, Don Ángel Centeno.
Por años, acompañó al trió vocal “Los
Ranquelinos”, como pareja de danza, malambista y presentador, viajando por
distintas localidades de la provincia, enviados por la Secretaría de Cultura
bonaerense.
Joven se vincula a la Agrupación
Tradicionalista “La Montonera” de Ensenada, donde por muchos años será un
abocado secretario, acompañando las presidencias de su amigo Omar Cosme Lacay.
En 1981, al conformarse en la Capital de
la provincia la Comisión Pro Festejos de la Tradición en La Plata, en previsión
de lo que ocurriría al año siguiente con motivo del Centario de la Ciudad,
integra la misma, en representación de “La Montonera”, permaneciendo en ese
cargo por muchos años, conformando una eficiente dupla, nuevamente con Omar
Lacay.
A su influjo, en la década del ’70,
comenzaron a organizarse “pericones” que se bailaban en el campo de destrezas
en el mes de noviembre, donde comenzó a erigirse como “el bastonero”, y lo que
empezó tímidamente con los bailarines de la casa, empezó a crecer, y se sumaron
parejas de Magdalena, Berisso, Ensenada, La Plata, Brandsen, Chascomús,
Quilmes, etc. etc., y el escenario pasó a ser la Plaza Moreno (centro
geográfico de La Plata), o el predio de la Colonia Municipal del Bosque
platense, o el campo del Histórico Fuerte de Barragán de Ensenada (lindante con
las costas del Río de la Plata, allí por donde desembarcaran los ingleses),
donde “bastoneo” uno de los pericones más numerosos, con algo así como 300
parejas, para el 25 de Mayo de 2010, justo en el Bicentenario de la Patria.
Cuando en la década del ’80 Omar Lacay
decidió armar una orquesta criolla que diera respaldo al sonido de su
bandoneón, Raúl González se hizo cargo del bombo, puso su voz para el canto y
también oficio de presentador, no quedando centro tradicionalista o Peña de la
región, donde no se encargaran de animar el baile.
Cuando en la magdalenense localidad de
Payró se conformo el Centro Tradicionalista “La Tropilla”, allí estuvo Raúl
anotando y sorteando lo jinetes, preparando las planillas y también animando la
jineteada.
La Guerra de Malvinas lo golpeó
fuertemente al quedarse con la vida de su hijo Néstor, un par de días antes de
la rendición de Puerto Argentino; y quizás ahora que se produjo la
identificación de sus restos, pudo dormirse tranquilo, seguro ya de que sus
cenizas irán a descansar dentro de poco, a aquel sur insular que sin duda nos
pertenece.
El 18/04/2018, a un mes de cumplir 78
años, Raúl Horacio González se ganó el descanso eterno, tranquilo de que los
tradicionalistas lo seguiremos recordando.
La Plata, 19/04/2018
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