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1520 Radio Chascomús – Audición “CAMPO AFUERA”
Micro Nº 38 – 11/04/2018
Antes de salir
“campo afuera” pa’ poder tender la vista mirando lejos, dende’l banco chueco en
el que estoy sentao, vamos a ver si le arrimamos unas “astillas” al “Fogón de
los Poetas”.
Aquel del “El Mirador”
en el que estaba al frente su cuñado, era un tambo de dos ordeñes: el primero a
la 1 de la madrugada, el segundo a las 10 de la mañana, luego de lo cual
Roberto debía cargar las chanchas de 50 lts. en un carro de lanza para hacer
unas dos leguas hasta la Ruta 33, donde trasbordaría sus tarros al camión de
una cremería de Casilda, el destino final.
Por septiembre de 1942,
cuando ya tiene 18 años, su hermana Josefa recibe una carta procedente de la Ciudad
de La Plata, enviada por la esposa de un hermano de su madre Cesira, por la que
les comunicaba el casamiento de la prima Julia, a la que no conocían
personalmente. A Roberto le gustó la idea de viajar, pero un poco por
vergüenza, otro poco por respeto, no se animaba a pedirle premiso ni al patrón
ni al cuñado; si se lo comentó a sus hermanas Josefa y Olga, a sus sobrinas, a
las hijas del patrón… y el rumor comenzó a caminar al punto que en unos día
todo el personal de “El Mirador” estaba enterado.
Cosas de chiquilines
sin la rigidez ni los protocolos de los mayores, las hijas del patrón
-Florentina y Margarita- le pasaron el dato que Antonio había estado con su
padre en el escritorio y que habían arreglado las cuentas.
El 19/09/1942, llegado
el momento de las despedidas, momento de abrazos, saludos y lágrimas, al
enfrentar a su cuñado Antonio -un hombre recto, severo, hecho al rigor del
trabajo rudo-, éste, levantando el ala de su sombrero y disimulando la emoción,
antes de estrecharle fuertemente la mano, le alcanzó “las cuentas” al tiempo
que le decía: “$63.30, no conseguí más...
¡Que te vaya bien!”.
En primera instancia
había pensado: “Por lo menos por dos años
no vuelvo a mis pagos”, pero al desembarcar en La Plata el día 20, se
sintió subyugado por todo lo desconocido que veía y por el movimiento de la
ciudad, y un rato después, al conocer a los parientes (aunque sobre esto nunca
refirió nada), el conocer a Julia la prima casamentera… algo le hizo ruido en
la sesera. Me animo a enunciar esta teoría, porque ya viuda Julia, en noviembre
de 1991, Roberto se casa con su prima. Habían transcurrido casi 50 años de la
vez primera en que la había visto.
Pero volvamos a 1942.
Después del casamiento y cuando se agotaban los días de permiso, aconsejado por
“los nuevos parientes”, echando mano a los elementales conocimientos que tenía
de cuando su padrastro lo hizo trabajar en una panadería, se conchaba en una
prestigiosa empresa platense del rubro, donde ser hará un experto y será bien
aconsejado para que se independice.
A siete años de su llegada,
1949, empieza a cumplir uno de sus sueños al iniciar la escuela primaria en
horario nocturno; cumplido este paso, se inscribe para cursar el secundario del
que hace los dos primeros años, pero… el trabajo en la panadería y las
ocupaciones de albañil para hacerse su propio rancho o haciéndoselo a algún
familiar, lo obligan a abandonarlos.
(Se puede leer en el blog "Poesía Gauchesca y Nativista")
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