Con las últimas luces del Siglo 19 o los
primeros albores del 20, llegaron a lo que hoy es Bartolomé Bavio, en el
partido de Magdalena, dos mujeres de color de apellido Padroniz: madre e hija. Esta última se llamaba Ceferina y se decía “hija de esclavos libertos”. O sea que sus
padres habían ganado la libertad, o bien porque la compraron o bien porque sus
“amos” se la dieron.Ceferina, con "Cuca" Espinel en brazos.
como "Cuca" había nacido en 9/1926
estimo que la foto puede ser de 1927
Su destino primario era la Estancia “La
Esperanza” de Cajaraville, pero vaya hoy a saberse por qué… (no les gustó el
lugar o las condiciones de trabajo), no se quedaron allí, terminando por
conchabarse en “Santa Ana” de Cepeda (de mi bisabuelo Epifanio Rufino Cepeda,
nacido en 1869). Según comentarios orales pertenecían a la comunidad caboverdeana.
La negra madre, finalmente optó por regresar
a Buenos Aires, de donde habían llegado.
En cambio Ceferina vivió hasta el final de sus días con la familia Cepeda, siempre
a ordenes de Don Epífanio por más de 50 años, habiendo jugado un papel muy
importante en la crianza de sus hijos, entre ellos mi abuela Ana Isabel Cepeda (Chicha), quien siempre le tuvo un gran cariño.
Allá por 1953/4, ya nonagenaria y con
avanzadas cataratas, viviendo en “Santa Ana” pero sin la presencia de su
querido patrón (Don Epifanio falleció en 06/1952), los hijos de éste decidieron
cuidarla un tiempo cada uno, y así fue la viuda de “Nato” Cepeda, tía Yolanda,
la primera en tenerla un tiempo; luego volvió a “Santa Ana” al cuidado de tía
“Petisa” Antolín; a continuación Ana Isabel (Chicha) decidió llevarla con ella
a “Los Ombúes” de Espinel, en el paraje “Zapata”, donde pasó atendida y querida
(inclusive por los de mi generación, que éramos niños), el resto de sus días,
sin haber dejado nunca el hábito de fumar cigarros de hoja.
Al producirse su fallecimiento el 15/01/1959,
se la veló en aquella casa de campo, siendo luego sus restos depositados en la
bóveda de la Familia Cepeda, en el Cementerio de Magdalena.
Creo recordar (en mi niñez no tuve la
precaución de anotar la referencia), que falleció a los 96 años. De ser así, una
simple cuenta nos daría el dato que había nacido hacia 1863.
…………………..
Como referencias podemos agregar según
se contaba en la familia, que de tanto en tanto solía viajar en tren a Buenos
Aires, donde tenía sobrinas, a las que visitaba y a veces éstas le devolvían la
atención llegando a “Santa Ana”.
También se recordaba que tuvo un novio,
que tenía por profesión la de ‘viajante de comercio’, que con permiso de su patrón la visitaba en la estancia.
Imposible contar las travesuras que le
hacían los hijos del patrón, aquellos niños que ayudara a criar.
La Plata, 29/Noviembre/2021
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