jueves, 10 de marzo de 2022

NACIMIENTO DEL TRADICIONALISMO PLATENSE

La Ciudad de La Plata no tiene tras de sí una historia y tradición como sí pueden mostrar Cañuelas, Mercedes, Luján, Navarro o Areco.

La capital provinciana nace cuando ya el país, como se decía entonces: se había pacificado. Atrás habían quedado las luchas por la independencia, las cruentas guerras intestinas, la tristemente célebre guerra de la triple alianza, y la conquista del desierto.

En el sitio que se elije para fundar la ciudad no había siquiera un cruce de caminos que albergara alguna pulpería como para dar nombre a un paraje; su nominación entonces era la de “lomas de Ensenada”, población ésta fundada en 1801 junto al estuario del Plata que además contenía un puerto. Y en ese punto en que a fuerza de tranco y teodolito se empieza a dar forma a lo que los ingenieros habían diseñado en el papel, se cuenta que eran campos, allá por 1882, sembrados de maíz. Vale aclarar que las tierras que conformaban a Ensenada y Berisso pasaron a integrar la creación del partido de La Plata, y recién recuperarán su autonomía en 1957.

Al norte del nuevo trazado existía el pueblo de Tolosa, fundado por Martín José Iraola once años antes, por lo que tampoco tenía historia y tradición.

Lo más destacado que existía, en lo que hoy es el Bosque Platense, era el casco de la quinta que tenía Iraola, el que estaba ubicado al lado sur del actual Observatorio Astronómico, y los galpones y dependencias de trabajo y del personal, estaban en lo que hoy es el campo de juego del Club Gimnasia. Por causas de esas mentes brillantes que nunca faltan, aquel hermoso edificio para vivienda, fue demolido, no dejándose rastros del mismo.

Con esta introducción quiero significar que la nueva ciudad no tiene una tradición gaucha. Más vale nace como una población cosmopolita: la ciudad más moderna de América en aquel momento, como que nació con servicio de luz, de teléfono, agua corriente, cloacas y ferrocarril. Este último era tan eficiente, que tardaba entre La Plata y la Capital Federal, el mismo tiempo que demoran los viajes actuales. Lo que facilitaba al Colegio Nacional y a las aulas universitarias, se trasladaran los mismo profesionales que hacían docencia en Buenos Aires. El viaje era un paseo, no un contratiempo.

Curiosamente su fundador, el Dr. Dardo Rocha, nunca vivió en la nueva ciudad a pesar de tener una casa propia, y la residencia del gobernador, adyacente a la Casa de Gobierno.

Tampoco residió en ella quien mucho vibrara para su concreción y la bautizó, Don José Hernández; si lo hizo con su familia su hermano Rafael, el verdadero fundador de la Universidad, que en ese momento tenía carácter de provincial, y cuyo nombre engalana al Colegio Nacional.

El 28/03/1928, antes del cincuentenario, se suscita un hecho fundamental en la Ciudad Capital: la fundación de la Agrupación Bases, nombre éste inspirado en las “Bases” de Alberdi. La integraban poetas, conferencistas, narradores, pintores, músicos, escultores, periodistas…, mentes lucidas dispuestas a trabajar en aras de la cultura nacional. Su vida será relativamente corta, 17 años, pero su obra grande e imperecedera: p. ej. el Museo Almafuerte instalado en la casa del poeta, previa recuperación edilicia del lugar que estaba abandonado, la nominación de lugar histórico por parte de la provincia (1936); la creación de la Biblioteca Municipal que llevaba su nombre aunque hoy lo ha perdido. Publicaron su propia revista de difusión, editaron libros de sus asociados, organizaron la Primera Feria del Libro en La Plata; presentaron ciclos de conferencias con expositores de diferentes ideologías. Y eso no fue todo.

El 13/12/1937, siete hombre de la Agrupación, reunidos en lo que llamaban “el rancho criollo” de Justiniano de la Fuente, en Punta Lara, en vecindades de las playas del Plata, se proponen bregar por una fecha que resalte y evoque las tradiciones gauchas, atento al afianzamiento de las costumbres de las culturas inmigrantes establecidas en el país, que habían fijado la norma no escrita de fundar en las poblaciones importantes, asociaciones,  mutuales y teatros -mayoritariamente- de las comunidades españolas e italianas.

Aquellos siete iluminados fueron, además del dueño de casa ya citado: Juan Carlos Dellatorre (periodista), Arturo Schianca (concertista/pianista), Mario Sureda (periodista), Víctor Carlaván (escritor), Francisco Carbonell  y Francisco Timpone, poeta este de Ayacucho que fue quien expuso dicha idea, que fue aceptada por todos.

Finalmente por Ley 4756 de 09/1939 coronan sus esfuerzos con la institucionalización por ley, del Día de la Tradición.

Unos 6 meses antes de concretarse el proyecto, los ‘hombres básicos’ recapacitaron que no había un lugar apropiado donde realizar la celebración. ¿Qué es lo que pasaba? Muy simple: el tradicionalismo no existía. Lo que hoy conocemos como ‘tradicionalismo’, no existía.

En Buenos Aires se les llamaba ‘tradicionalistas’ a hombres como Domingo Lombardi y Martiniano Leguizamón, que eran defensores y difusores acérrimos de la vida y la cultura gaucha; estudiaban su música, sus indumentarias, sus danzas, acopiaban elementos y enseres que sirvieran para conformar un Museo. En Avellaneda, como muestra quizás de un último coletazo de los grupos criollos de carnaval, existía desde 1932, el Círculo Tradicionalista “Leales y Pampeanos”, unión de “Los Leales” y “Los Pampeanos”, agrupaciones creadas en la primera década del S. XX; y en Valentín Alsina, Lanús, se encontraba “Glorías de mi Raza”. Instituciones que no actuaban de la misma manera que las que hoy conocemos.

Por eso fue que como paso siguiente se comprometieron en abordar ese asunto, y en 04/1942, para que se encargue de los festejos por el Día de la Tradición, y para que se difunda la idea de organizar el tradicionalismo, crea la Federación Gaucha Bonaerense.

Entre los nombres de paisanos de la región que aportaron su entusiasmo y conocimiento, podemos citar a José Ortelli, Dionisio Gutiérrez, Saturnino Montiel, Raúl Smith, Miguel González, Segundo Migues, Ramón Carnagui, Antonio Raffo, Pablo González, etc. Recordemos que Ensenada y Berisso, eran entonces, parte del Partido de La Plata, que apenas tenía 60 años de vida.

Aclaremos que en 12/1939, ajeno a este movimiento platense, había nacido El Círculo Criollo El Rodeo (hoy de Moreno), y en 05/1940 La Agrupación Tradicionalista La Montonera (Ensenada).

Luego a instancias de la Federación irán apareciendo la Agrupación Cruz del Sur, en los Hornos (La Plata), de efímera vida; El Fortín Gaucho El Cencerro (La Plata), el Fortín Gaucho Berissense (Berisso), por solo nombrar las instituciones más antiguas.

La Plata, 10/03/2022


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