martes, 20 de diciembre de 2022

¿DÉCIMA ...EN ASONANCIA...? ¿Diánde...?

De un tiempo a esta parte (no mucho tiempo atrás), han aparecido y se están mostrando, unas “nuevas” estrofas de diez versos construidas con rima en asonancia, siguiendo el modelo de la estrofa que perfeccionara el Padre Espinel, allá por el medioevo Español, pleno siglo de Oro, centuria del 1500.

Para tener conciencia del tiempo real, pensemos que Colón llegó a América en 1492.

De aquellos tiempos también es el soneto, y uno y otro, décima y soneto, son las formas estróficas más perfectas, y por eso será que han perdurado y se mantienen vigentes más de 500 años después de su creación.

Centrándonos en la décima que llamamos “espinela”, que lleva cuatro rimas consonantes distintas, cuando está hecha por buenos poetas, tiene ritmo, música y fuerza expresiva; quien educa el oído escuchándolas sigue ese ritmo musical, y detecta instantáneamente cualquier falta en la métrica. ¡Qué así es la décima espinela! Nacida para ser dicha en voz alta o en la voz de un cantor.

Para los no iniciados, digamos que una palabra es consonante de otra, cuando a partir de la última vocal acentuada (con tilde o sin él), coinciden todas las letras. Por ejemplo, son rimas de “querencia”, potencia, paciencia, solvencia, audiencia, experiencia, etc. Son rimas de “esperanza”, alcanza, confianza, templanza, balanza.

En cambio, en las rimas asonantes, a partir de la última vocal acentuada solo coinciden las vocales. Por ejemplo son rimas de “lingote”, asome, controle, goce, robe, ensope, acose, etc. Son rimas de “salto”, santo, zarzo, trapo, caldo, largo, caño, garbanzo.

Pienso que las diferencias de sonido, ya les tiene que llamar la atención. Ya no hay musicalidad,

Si esto lo concentramos en diez rimas que van a sonar de esta manera, es dudoso el resultado final.

Convengamos que en las recopilaciones efectuadas en las primeras décadas del siglo pasado, ni el esbozo realizado anteriormente por Ventura Lynch, aparecen estrofas de este tipo, del mismo modo que no aparece la estrofa que utilizara Hernández, la sextilla.

Para ser claros, esta décima ‘híbrida’, no tiene tradición popular, y no integró el repertorio gaucho.



domingo, 16 de octubre de 2022

JINETES ARGENTINOS PIONEROS EN TIERRAS EXTRANJERAS

 En esos asuntos de tratar de historiar el origen de las jineteadas en el País -que hemos abordado en nuestro libro “Cuestiones Tradicionales” (2022)-, no podemos olvidarnos de intentar enumerar y ordenar para evitar yerros, mezclas y equivocaciones, cómo y cuáles fueron las experiencias de jinetes gauchos en tierras extranjeras.

Hay coincidencias periodísticas y literarias, e incluso una histórica foto, que permiten asegurar que la primera incursión sucedió en 1892, época finisecular en la que inclusive los grupos criollos de carnaval, pusieron su impronta para rescatar y entronizar la figura del gaucho en aquella Buenos Aires que dejaba de ser ‘la gran aldea’ para comenzar a transformarse en la gran ciudad.

El año anterior, el estanciero e inversionista argentino hijo de irlandeses, Don Eduardo Casey (Lobos 1847 / Barracas 1906) había conocido en un viaje a Europa al Cnel. William Cody, el famoso Buffalo Bill (1846 / 1917), quien presentaba un espectáculo ecuestre llamado “Buffalo Bill’s Wild West”, con jinetes de diversas latitudes, y allí fue que se ofreció a aportarle gauchos para que también luzcan sus habilidades. Vale acotar que lo de “coronel” fue un agregado “artístico” a su nombre, ya que en la Guerra de Secesión solo fue soldado.

Ya que hablamos de Casey, bueno sería decir que fue dueño -entre otras- de la “Estancia Curumalán”, que según informe de familiares suyos, constaba de 100 leguas de campo, lo que equivale, si una legua representa 2500 has., a 250.000 has de campo, que en su momento, cuando la adquirió, representó la operación económica más importante en el país, a la que si agregamos otras extensiones por Cnel. Suárez y por Venado Tuerto, Sta. Fe, duplicaba la propiedad anterior. Y que si tan “rico” era en ese momento, murió (…o se suicidó) fundido. Él fue quien seleccionó los jinetes y financió su viaje a Londres.

Aquellos 9 gauchos que vestían largo chiripa ‘talar’, fueron: Zacarías Martínez y Bernabé Díaz, de Chacabuco; Ismael Palacios, de Curumalán pero nacido en Morón; Celestino Pérez, de Navarro; Valentín Paz, del Salto; Rosario Romero (o Palomero), de Venado; Marciano Gorosito, de Melincué; Manuel Gigena, de Rojas y Juan Pacheco, de Cariló,

Siempre siguiendo a Hogg, dice éste que del lote se destacaban Ismael Palacios, Zacarías Martínez, Bernabé Díaz y Celestino Pérez.

El estanciero y escritor también de origen inglés, Don Ricardo Hogg, en su libro “Yerba Vieja” aporta datos y pone una confusión, pues dice que también formaba parte de ese grupo el domador Abel Rodríguez, de Rojas, cosa que no debe haber ocurrido pues las crónicas de la época hablan de “nueve gauchos”, pero… para ‘empiojar’ más la cosa, la única o quizás la más difundida foto de aquel momento, solo muestra ocho paisanos.

El 05/05/1892 (según referencia de uno de los partícipes), se embarcaron en el Puerto de Buenos Aires en el navío “Magdalena”, con rumbo a Londres, 9 paisanos. Pero parece que no fueron los únicos de estas tierras en ‘rumbiar’ a la ‘vieja Uropa’, pues en el Puerto de Campana se embarcaron también reservados para ejecutar las destrezas.

Ya en Londres se sumaron al Circo Ecuestre de Búffalo Bill, que no era otro que el destacado explorador estadounidense durante la “Conquista del Oeste”, Cnel. Willam Cody, haciendo finalmente su debut el 22/06/1892, en aquellas competencias donde  no había premio alguno ya que eran exhibiciones de destrezas ecuestres.

Por agosto de aquel año el diario inglés “The Standard” informa que “…los domadores argentinos, son objeto de muchas visitas que les hacen las principales personas de la aristocracia londinense”.

La Revista “The River Plate Sport and Pastime” (se editó e/1891 y 1901), editada en inglés en nuestro País para la comunidad británica, publicó en 1893 una foto que muestra a los 9 jinetes de a caballo, y en este caso identificados cada uno de ellos; en 1942 la republicó el diario Noticias Gráficas, y de allí tomamos la noticia y la imagen bastante diluida.

Durante la estadía en Londres, un ciudadano norteamericano que presenció el espectáculo, se interesó en contratarlos para que viajaran a su país, y fue así que durante algunos meses de 1893 y parte de 1894 anduvieron por EE.UU., primero por Chicago con motivo de la Gran Exposición Universal, y luego también por Nueva York y Filadelfia.

Que fue de la vida de aquellos nueve domadores poco se ha conocido, salvo dos de ellos que fueron rescatados por el periodismo. Así podemos decir que Marciano Gorosito había nacido en la provincia de Santa Fe hacia 1844, falleciendo en la localidad de Wheelwgrigth (s. Fe) en 1942, casi centenario, a los 98 años; e Ismael Palacios falleció unos meses antes a la edad de 86 años, en Pontevedra, partido de Merlo donde estaba radicado. Había nacido hacia 1856 en el partido de Morón.

 En 1909 el estanciero también de ascendencia inglesa, Enrique Wagner, organizó en el predio de la Sociedad Sportiva Argentina el “Segundo Concurso de Doma de Potros”, con la idea que formar, con los que más se destacaran, un equipó con el que planeaba realizar una gira por EE.UU. y Europa, pero… no se encuentra documentación ni información que confirme se haya concretado dicho proyecto.

Segundo Viaje

 A principios de 1910, el empresario mejicano Francisco Mujica, que pensaba montar en su país una “Olimpiada Ecuestre”, recorrió la provincia de Buenos Aires seleccionando jinetes; se han rescatado los nombres de Andrés Lazarte, Mauricio Salazar, Julio Pérez y un tal Paniagua, ignorándose si eran todos los contratados o solamente unos pocos.

Al despuntar mayo llegan a Buenos Aires para embarcarse en el puerto porteño rumbo a Méjico, pero enterada la Comisión organizadora de los Festejos del Centenario, rápidamente se movilizan para incluir sus destrezas criollas en los aludidos fastos, en el espectáculo que se desarrolla en las instalaciones de la Sociedad Sportiva Argentina. En los mismos se luce y destaca Salazar a tal punto, que encontrándose presente la Infanta Isabel que representaba a España, lo hace llamar y tras felicitarlo y mostrarle su admiración, se quita el anillo con el Escudo Real que lucía en su mano, y se lo obsequia.

Arribada la delegación a Méjico, ha trascendido que el empresario Mujica fue estafado no pudiendo llevar adelante su proyectada “Olimpiada”; ante esto, los paisanos regresan a argentina, salvo Salazar que decide acompañar a su patrón. Junto a éste estira su permanencia por varios meses, pensando nosotros que es muy posible que haya participado de los rodeos charros. Finalmente, tras tener que vender sus pertenencias abandona el país azteca y regresa a su tierra.

Mauricio Salazar había nacido por Bolivar en 1883, falleciendo en Capital Federal en 1939. Sus restos descansan en el Cementerio de Coronel Dorrego, donde estaba establecido junto a los suyos.

 Tercer Viaje

 Por la copia mecanografiada que tenemos de un artículo de 01/1981 (que ignoramos en que medio se publicó), nos enteramos que el estanciero y comprador de hacienda Don Fabián Lemos (1872 / 1937), organizó un viaje, ya que allí se lee: “…por los caminos de la vieja Europa, a donde llegó con sus gauchos en un memorable periplo en el año 1928. En esa gira que duró casi ocho meses demostraron sus dotes los criollos seleccionados por don Fabián en las estancias de Entre Ríos y Corrientes, en las más conocidas plazas de toros de España”.

Lamentablemente no hemos podido encontrar otras noticias, ignorando los nombres de los paisanos que recorrieron el viejo continente.

 Cuarto, Quinto y Sexto Viaje

 Según el escritor Abel Gari, hubo hacia 1929 otra delegación, esta vez de 4 paisanos, que compartieron rodeos con los vaqueros yanquis en el país del Norte. Fueron Juan Ángel Rúa, Fausto Guride, Juan Ervity y Felipe Pereyra. No hay otra información.

En 1938, el pintor Florencio Mollina Campos, por entonces viviendo en EE.UU., le pide a su primo y también pintor criollo, Jorge Daniel Campos, que arme una delegación con 4 paisanos jinetes para viajar a competir en los “Wild West Shows” (Feria del Salvaje Oeste). Dicho conjunto se integró con el entrerriano de Gualeguaychú pero radicado en La Plata, Ángel Cardoso; Alberto Gaute, de Pilar, y de Ayacucho, Rogelio Lamenza y Felipe Pereyra. Como se podrá apreciar éste ya había viajado en 1929; según Gari, aparte de ser muy campero, era guitarrero, cantor y malambista.

Debutaron en Chicago bajo la dirección de Tim Mc Coy (1891 / 1978); luego recorrieron muchas ciudades del país del Norte.

Al respecto contó Don Ángel Cardoso, que dicha experiencia se extendió por dos meses, “Nos fuimos en barco desde Buenos Aires y desembarcamos en Nueva York, para luego pasar a Chicago, lugar donde se llevaron a cabo las competencias que fueron muy fructíferas para los argentinos”.

Sabemos que Pablo Olguín fue un habilidoso jinete y apuesto paisano que anduvo cinco años presentándose exitosamente en los más importantes rodeos de EE.UU, pero no tenemos precisión de fecha. De allí que en base a lo que nos contara Don Juan Carlos Díz (el primer bonaerense campeón en un certamen de jineteada), arriesgamos decir que la experiencia de Olguín ocurrió en los últimos años de la década de 1930 y los primeros de la del ’40.

Pablo Olguín y en su tobiano,
un vaquero yanqui


 









EPÍLOGO

 En la segunda mitad del Siglo pasado hubo viajes de jinetes argentinos a distintos países, con la finalidad de concursar como jinetes, y en otros casos para ensillar con las pilchas criollas y participar de algún desfile.

También se dio el caso inverso, o sea jinetes de Brasil, Chile, Méjico y EE.UU. que vinieron a nuestros pagos a mostrar sus habilidades.

Mientras tanto nuestra intención ha sido ordenar y emprolijar las noticias sobre las aventuras de nuestros hombres en el extranjero, muchas veces mezcladas y distorcionadas.

El presente trabajo es posible de mejorar y enriquecer, de aparecer nuevas fuentes que aporten datos que hoy ignoramos.

La Plata, 16/Octubre/2022

 Bibliografía

 -Nuestros gauchos a Chicago – Diario El Día, 15/05/1892

-Criollos en Europa – Diario El Día, 31/08/1892

-Concurso de domadores – Revista Caras y Caretas, 31/10/1908

-Único Programa Oficial “Doma de Potros” 1909

-Yerba Vieja, de Ricardo Hogg (8/1940)

-Gorosito, el único sobreviviente de los nueve… s/f – Noticias Gráficas, año 1942 (sin día ni mes)

-Don Marciano Gorosito. Casi centenario murió… s/f – Noticias Gráficas, año 1942 (sin día ni

 mes)

-Ismael Palacios, el gaucho que hace 50 años… s/f – Artículo sin data de medio – 1942

-Una fiesta gauchesca en 1909, s/f – Revista El Caballo, 02/1953

-Pablo Olguín, s/f – Revista Criolla Nº 1 (00/0000)

-El domador olvidado, Ángel Cardoso, s/f – Diario Gaceta de La Plata, 28/09/1980

-Se cumplen 50 años de un memorable acontecimiento (art. Mecanografiado, sin cita de medio    

 periodístico) – 01/1981

-Del Plata a Nueva York, por Abel Gari – Revista Pa’l Gauchaje Nº  39 (11/1988)

-Don Mauricio Salazar, por Carlos Funes Derieul – Revista Pa’l Gauchaje Nº 50 (07/1991)

-Vida Trashumante junto a Bufallo Bill, por Gladys Sago – La Nación (15/07/2002)

sábado, 8 de octubre de 2022

MONUMENTO AL GAUCHO DE LA PLATA - Su Historia

 

El Monumento, aún en taller del escultor

Hondamente ligado a la Agrupación Bases y a la Federación Gaucha Bonaerense, está el devenir de las peripecias que llevó a la concreción del Monumento al Gaucho en la Ciudad de La Plata. Instancias que se inician el 11 de noviembre de 1942, cuando a raíz del arribo a La Plata de una delegación de la Sociedad Criolla “Dr. Elías Regules”, de la República Oriental del Uruguay, el Cónsul de ese país en la capital de la provincia, brindó en esa sede diplomática (48 esq. 6), una recepción a sus compatriotas y a los miembros de la Agrupación Bases y la Federación Gaucha Bonaerense, habiendo invitado a esa recepción, al gobernador provincial y otros altos funcionarios del gobierno.

Tocado por los discursos y el emotivo ambiente, hizo uso de la palabra el Sr. Gobernador, D. Rodolfo Moreno, planteando a los presentes “que el país estaba en deuda con el esforzado centauro de las pampas, y que ya era hora de concretar las bases de lo que debía su futuro monumento” (el destacado es nuestro); por supuesto sus palabras no cayeron al vacío, y la Federación Gaucha -virtual delegada de la Agrupación Bases para las cuestiones tradicionales-, puso manos en el asunto.

Así fue que unos cuarenta días después, en el despacho oficial del Sr. Gobernador se firmó un  acta comprometiéndose la erección del respectivo monumento, destacándose que el proyecto “responde a una iniciativa del primer mandatario”, y que la Federación se compromete a gestionar y concretar.

Una semana más tarde, el 30/01/1943, queda constituida la Primera Comisión encargada del proyecto, integrada ¡por 70 personas!, ocupando la presidencia Enrique Arau, vicepresidencia 1° César Díaz Cisneros, vicepresidencia 2° Santiago Rocca; secretarios: Carlos J. Ballbé, Justiniano de la Fuente y Mario Sureda; etc. etc.

Hoy, a muchos años de ese momento nos llama la atención que entre los vocales se encontraba el célebre escritor Benito Lynch.

El 3/03, ante la Asamblea Legislativa se leyó un proyecto de Ley que en su Art. 1° expresaba: “Autorízase al Poder Ejecutivo a invertir hasta la suma de doscientos mil pesos moneda nacional ($ 200.000 moneda nacional) en la erección del MONUMENTO AL GAUCHO en la Ciudad de La Plata”, pero… el devenir de los sucesos políticos hizo que el proyecto naufragase… al menos por el momento.

Muchas y idas y  venidas amagaron con sepultar el proyecto, hasta que casi veinticinco años después (considerando el momento del discurso del Dr. Moreno), la Federación Gaucha, inclaudicable con su presidente Otero Rossi a la cabeza, logra que el 15/09/1967, el Gobernador Imaz dicte el Decreto 8594, integrándose nuevamente la Comisión del Monumento al Gaucho.

Así las cosas, el 15/01/1968 se llamó a un concurso de maquetas pro monumento, en base a un reglamento de 26 puntos que compuso el Dr. -y buen criollo!- Noel Sbarra. La selección estuvo a cargo de un calificado jurado integrado por: Eleodoro Marenco (por la Federación), Jorge López Anaya (por Bellas Artes de la provincia), Rafael Martínez Pinto (por la Asociación Gremial de Artistas Plásticos), Vicente Carlos Krause (por la Facultad de Arquitectura), y Aurelio Machi (por la Escuela de Bellas Artes de la UNLP).

Las obras distinguidas fueron: 1° Premio, “Tranco Largo”, de Ricardo Dalla Lasta; 2° Premio, “El Centauro” de Luis Perlotti/Juan C. Ferrari, y 3° Premio, “El Bagual”, de Néstor Raúl Picado.

Por el Decreto 1636/63, se había establecido que el emplazamiento del monumento se haría en “la rambla situada en la confluencia de los caminos Gral. Belgrano y Centenario”, sitio también denominado Avda. Antártida Argentina y calle 522, espacio que posteriormente recibió el nombre de “Parque de la Tradición”, y es el acceso norte a la Ciudad de La Plata, y -en ese momento- el más directo con la Capital Federal.

El 8/12/1971 fue emplazado el monumento, dejándose para más adelante, cuando se concluyeran las tareas complementarias, la inauguración del mismo, acto que finalmente se concretó el 7/05/1972.

La ceremonia fue presidida por el Mtro. de Gobierno, Dr. Enrique Roig y el Intendente Municipal Cnel. Francisco Icazzati, y participaron del desfile inaugural las delegaciones gauchas que se detallan: Centro Tradicionalista de Ayacucho, C. T. de Cnel. Brandsen, C. T. “El Fogón” de Chivilcoy, A. T. “La Montonera” de Ensenada, C. T. “La Totora” de Magdalena, Fortín Gaucho Berissense, “Fogón los Amigos” de Gral. Lamadrid, “Fogón de los Gauchos” de  Cnel. Pringles, “Centro de la Tradición” de Pehuajó, Círculo Tradicional Argentino “El Lazo” de San Isidro y “El Cimarrón” de Suipacha, a los que hay que sumar a la representación de la Federación Gaucha.

En ese momento cúlmine, la Comisión Ejecutiva estaba integrada por Dalmiro Otero Rossi, Lázaro Seigel, Víctor Carlaván, Eduardo Rivas, Noel Sbarra, Mario R. de Olano y Héctor Antonetti.

Aproximadamente un lustro después, al agilizarse el ingreso a la ciudad con la construcción del distribuidor de tránsito bautizado “Pedro Benoit”, hubo necesidad de desmontar el monumento, por lo que vivió un momento de incertidumbre, hasta que fue re instalado frente al entonces llamado “Hogar Serventte”, en la intersección de las calles 12 y 524, por lo que perdió el lugar de privilegio que tenía según el proyecto original, ya que ocupaba un lugar central en la entrada de la ciudad, habiendo sido relegado por la mudanza, a un lugar de segundo plano, más vale barrial.

En grandes trazos, quede reseñada la historia del platense Monumento al Gaucho, monumento al que la pluma del poeta inmortaliza en estos versos:

 

CULMINACIÓN

(ante el monumento al Gaucho)

 

Cual semilla constituida

con la sangre de la raza,

y guardada en la coraza

y la esencia de la vida;

ansí se hallaba dormida

la noble y sagrada herencia

golpiando nuestra concencia

dende su lial cautiverio,

y de un projundo misterio

nos gritaba su existencia.

 

Cual tibia, amorosa entraña,

mantuvo el fruto la tierra;

madre conciente que encierra

el ser que nadie le daña,

y con fervor que no extraña

negaba su nacimiento;

tal vez no hallaba el aliento

que tuito viviente espera,

rara y humana manera

de temer un falso intento.

 

Pero el secular abono

de honradez, de sentir puro,

su confianza en el futuro

porque él no engendró el encono;

vislumbrando el abandono

del patriotismo, la trampa

que en sus retoños acampa

multiplicando el perjuicio,

jundao en su sano juicio

pa’ brotar rompió la pampa.

 

Y aflora irradiando a mares

ejemplos incomparables,

virtudes inagotables

(las menos pa’ sus cantares),

quizá callando pesares

pa’ restañar las heridas;

no piensa en juerzas vencidas

si no en ofrecer aliento,

y gambetiar el momento

de malgastarse en partidas.

 

Pa’ soportar los embates

hoy ya no basta templanza;

ni manotear la esperanza

que habrá fáciles combates;

paso que dés, los remates

deben ser marcas de juego;

pa’ que no vea más luego

con error, el que te escucha.

Consustanciao con tu lucha

ansí te rezo mi ruego:

 

¡Metal frío! permitime

que arrodille el alma mía,

con humildá, con hombría

que de justo orgullo gime,

ante la visión sublime

de la figura querida;

con voz simple, conmovida

el pecho abierto te muestro…

¡Sos de bronce, gaucho nuestro,

de bronce, pero con vida!

                               (6/05/1972)

Versos de Roberto Coppari  (1924 / 2007)

El autor, hablando ante el
Monumento al Gaucho,
el Día de la Tradición de 2021

Nota: Lo que antecede corresponde a las páginas 64 a 68 del libro "Día de la Tradición y Agrupación Bases" (2016), del autor



                               

jueves, 6 de octubre de 2022

ORLANDO MARIO PUNZI

Orlando Mario Roque PUNZI, o simplemente Mario Punzi, nació en el porteño Barrio de Villa Crespo, por calle Dorrego 831, el 14/08/1914, por lo que hace dos meses fue el 108 aniversario de su natalicio. Vino a la vida en el hogar de inmigrantes conformado por Raquel Dominga Frattini (una italiana de Lombardía),  y el napolitano Francisco José Punzi. Tuvo un hermano mayor muy querido llamado Juan Armando.

Hacia 1977, el escritor y comentarista César Tiempo contó que “…mientras estaba naciendo unos forajidos mataban a su padre en un pueblito de provincia donde era Jefe de Estación”; por esa razón, huérfano de padre, fue su madre quien tomó las riendas y la manutención de la casa familiar, teniendo una dura infancia que lo obligó a trabajar desde niño, y es así que en los años de primaria fue diarero en la esquina de Triunvirato y Dorrego, para a portar a la economía familiar.

Hablando de los inicios escolares, supo recordar que comenzó la primaria “en una escuela que se caía de vieja, y que solo tenía hasta cuarto grado”; más tarde su madre inscribió en la Escuela Normal “Mariano Acosta”, de donde egresó como maestro.

Hacia los 15/16 años intentó ingresar en la Escuela Naval, donde fue bochado por ser sordo del oído izquierdo. Pero no conforme con ese resultado, insistió en el Colegio Militar, al que pudo ingresar hacia 1930 aproximadamente, graduándose como Subteniente. Siguiendo al ya citado César Tiempo: “…fue el primero de su promoción en todos los cursos, repetidas veces abanderado y acaparador de todos los premios que se propuso ganar…”.

Como si el tiempo le sobrase también cursó en la Facultad de Ingeniería graduándose en 1945, y ambicionando aún más, se inscribió en Ciencias Jurídicas recibiéndose de abogado.

Al producirse la Revolución Libertadora, con grado de Teniente, se mantuvo fiel al gobierno, por lo que resultó cesanteado, hasta que 20 años después, durante el gobierno democrático de 1975 fue reincorporado y ascendido a Coronel.

En consecuencia podemos afirmar que fue un personaje multifacético: militar, ingeniero, abogado, periodista, historiador, lunfardista de mérito, maestro, profesor, escritor y poeta. Acá podemos decir que si bien no fue un poeta gauchesco, si abordó la poesía épica sobre temas vinculados a los hechos fundacionales de la Patria, a los que reunió en el libro “La Tierra Encendida”. Sobre el mismo, un crítico que se mantiene anónimo, destaca su imparcialidad, porque “…hay poemas dedicados a caudillos unitarios, como Lavalle, y a caudillo federales como Quiroga”.

Otros títulos de su amplia y rica obra, son: “Historia del Aconcagua” (1953), “Historia de la Xª Brigada de Infantería” (1967), “San Martín, el primer montañés de América” (1978), “Las Campañas del Desierto” (1979), “Historia del Desierto” (1983), y siguen muchos otros.

 En 1992, con motivo del 4º Certamen de Poesía Gauchesca de la AAET, que ese año se llamó “Alberto Danza”, se acercó hasta la Sede institucional para dejar un sobre con un trabajo, y al momento de retirarse dijo algo así como “Ah! Tengan presente que les traje el Primer Premio”; y efectivamente, el Jurado que integraron José Curbelo, Aldo Crubellier y Guillermo Villaverde, le otorgó el primer premio a su versos titulados “Canción para la muerte gaucha” o “Güemes”, que ahora compartiremos.

Mario Punzi falleció a la edad de 101 años, el 1º/09/2015, hace 7 años.

La Plata, 05/10/2022

 

Fuentes principales:

-“Un soldado que canta”, por César Tiempo – Clarín Cultura y Nación, 6/10/1977

-“Orlando Mario Punzi” -autobiográfico-, La Campaña de Chivilcoy, 17/11/1985

-Su libro “La tierra encendida”

jueves, 10 de marzo de 2022

NACIMIENTO DEL TRADICIONALISMO PLATENSE

La Ciudad de La Plata no tiene tras de sí una historia y tradición como sí pueden mostrar Cañuelas, Mercedes, Luján, Navarro o Areco.

La capital provinciana nace cuando ya el país, como se decía entonces: se había pacificado. Atrás habían quedado las luchas por la independencia, las cruentas guerras intestinas, la tristemente célebre guerra de la triple alianza, y la conquista del desierto.

En el sitio que se elije para fundar la ciudad no había siquiera un cruce de caminos que albergara alguna pulpería como para dar nombre a un paraje; su nominación entonces era la de “lomas de Ensenada”, población ésta fundada en 1801 junto al estuario del Plata que además contenía un puerto. Y en ese punto en que a fuerza de tranco y teodolito se empieza a dar forma a lo que los ingenieros habían diseñado en el papel, se cuenta que eran campos, allá por 1882, sembrados de maíz. Vale aclarar que las tierras que conformaban a Ensenada y Berisso pasaron a integrar la creación del partido de La Plata, y recién recuperarán su autonomía en 1957.

Al norte del nuevo trazado existía el pueblo de Tolosa, fundado por Martín José Iraola once años antes, por lo que tampoco tenía historia y tradición.

Lo más destacado que existía, en lo que hoy es el Bosque Platense, era el casco de la quinta que tenía Iraola, el que estaba ubicado al lado sur del actual Observatorio Astronómico, y los galpones y dependencias de trabajo y del personal, estaban en lo que hoy es el campo de juego del Club Gimnasia. Por causas de esas mentes brillantes que nunca faltan, aquel hermoso edificio para vivienda, fue demolido, no dejándose rastros del mismo.

Con esta introducción quiero significar que la nueva ciudad no tiene una tradición gaucha. Más vale nace como una población cosmopolita: la ciudad más moderna de América en aquel momento, como que nació con servicio de luz, de teléfono, agua corriente, cloacas y ferrocarril. Este último era tan eficiente, que tardaba entre La Plata y la Capital Federal, el mismo tiempo que demoran los viajes actuales. Lo que facilitaba al Colegio Nacional y a las aulas universitarias, se trasladaran los mismo profesionales que hacían docencia en Buenos Aires. El viaje era un paseo, no un contratiempo.

Curiosamente su fundador, el Dr. Dardo Rocha, nunca vivió en la nueva ciudad a pesar de tener una casa propia, y la residencia del gobernador, adyacente a la Casa de Gobierno.

Tampoco residió en ella quien mucho vibrara para su concreción y la bautizó, Don José Hernández; si lo hizo con su familia su hermano Rafael, el verdadero fundador de la Universidad, que en ese momento tenía carácter de provincial, y cuyo nombre engalana al Colegio Nacional.

El 28/03/1928, antes del cincuentenario, se suscita un hecho fundamental en la Ciudad Capital: la fundación de la Agrupación Bases, nombre éste inspirado en las “Bases” de Alberdi. La integraban poetas, conferencistas, narradores, pintores, músicos, escultores, periodistas…, mentes lucidas dispuestas a trabajar en aras de la cultura nacional. Su vida será relativamente corta, 17 años, pero su obra grande e imperecedera: p. ej. el Museo Almafuerte instalado en la casa del poeta, previa recuperación edilicia del lugar que estaba abandonado, la nominación de lugar histórico por parte de la provincia (1936); la creación de la Biblioteca Municipal que llevaba su nombre aunque hoy lo ha perdido. Publicaron su propia revista de difusión, editaron libros de sus asociados, organizaron la Primera Feria del Libro en La Plata; presentaron ciclos de conferencias con expositores de diferentes ideologías. Y eso no fue todo.

El 13/12/1937, siete hombre de la Agrupación, reunidos en lo que llamaban “el rancho criollo” de Justiniano de la Fuente, en Punta Lara, en vecindades de las playas del Plata, se proponen bregar por una fecha que resalte y evoque las tradiciones gauchas, atento al afianzamiento de las costumbres de las culturas inmigrantes establecidas en el país, que habían fijado la norma no escrita de fundar en las poblaciones importantes, asociaciones,  mutuales y teatros -mayoritariamente- de las comunidades españolas e italianas.

Aquellos siete iluminados fueron, además del dueño de casa ya citado: Juan Carlos Dellatorre (periodista), Arturo Schianca (concertista/pianista), Mario Sureda (periodista), Víctor Carlaván (escritor), Francisco Carbonell  y Francisco Timpone, poeta este de Ayacucho que fue quien expuso dicha idea, que fue aceptada por todos.

Finalmente por Ley 4756 de 09/1939 coronan sus esfuerzos con la institucionalización por ley, del Día de la Tradición.

Unos 6 meses antes de concretarse el proyecto, los ‘hombres básicos’ recapacitaron que no había un lugar apropiado donde realizar la celebración. ¿Qué es lo que pasaba? Muy simple: el tradicionalismo no existía. Lo que hoy conocemos como ‘tradicionalismo’, no existía.

En Buenos Aires se les llamaba ‘tradicionalistas’ a hombres como Domingo Lombardi y Martiniano Leguizamón, que eran defensores y difusores acérrimos de la vida y la cultura gaucha; estudiaban su música, sus indumentarias, sus danzas, acopiaban elementos y enseres que sirvieran para conformar un Museo. En Avellaneda, como muestra quizás de un último coletazo de los grupos criollos de carnaval, existía desde 1932, el Círculo Tradicionalista “Leales y Pampeanos”, unión de “Los Leales” y “Los Pampeanos”, agrupaciones creadas en la primera década del S. XX; y en Valentín Alsina, Lanús, se encontraba “Glorías de mi Raza”. Instituciones que no actuaban de la misma manera que las que hoy conocemos.

Por eso fue que como paso siguiente se comprometieron en abordar ese asunto, y en 04/1942, para que se encargue de los festejos por el Día de la Tradición, y para que se difunda la idea de organizar el tradicionalismo, crea la Federación Gaucha Bonaerense.

Entre los nombres de paisanos de la región que aportaron su entusiasmo y conocimiento, podemos citar a José Ortelli, Dionisio Gutiérrez, Saturnino Montiel, Raúl Smith, Miguel González, Segundo Migues, Ramón Carnagui, Antonio Raffo, Pablo González, etc. Recordemos que Ensenada y Berisso, eran entonces, parte del Partido de La Plata, que apenas tenía 60 años de vida.

Aclaremos que en 12/1939, ajeno a este movimiento platense, había nacido El Círculo Criollo El Rodeo (hoy de Moreno), y en 05/1940 La Agrupación Tradicionalista La Montonera (Ensenada).

Luego a instancias de la Federación irán apareciendo la Agrupación Cruz del Sur, en los Hornos (La Plata), de efímera vida; El Fortín Gaucho El Cencerro (La Plata), el Fortín Gaucho Berissense (Berisso), por solo nombrar las instituciones más antiguas.

La Plata, 10/03/2022