sábado, 31 de enero de 2015

SILVA VALDÉS: Don Fernán

LR 11 – Radio Universidad – “CANTO EN AZUL Y BLANCO”
Micro Nº 193 – 31/01/2015

Con su licencia, paisano! Acomodado en la cocina grande, junto a la ventana para tener mejor luz, mientras gustamos un mate, vamos a ver si hablamos de “Poetas Criollos… y otras yerbas”.

FERNÁN SILVA VALDÉS – Hijo de doña María Valdés y don Fernando Silva Antuña, nació en
Montevideo, capital de Uruguay, el 15/10/1887, “en la calle Colón”, informa el historiador Horacio Loriente, quien agrega que “su primera infancia transcurre en Sarandí del Yí (Dpto. de Durazno); regresó luego a la Capital, donde realiza sus estudios primarios”.
Según Orlando del Greco el “Fernán” de su nombre, es un apócope del verdadero Fernando, igual que el de pila de su padre.
Él mismo ha contado que apenas abandonada la niñez, a eso de los 14 años, ya escribía versos, “Versos o lo que fueran”, aclaraba socarrón. Este pronto inicio en las letras, lo llevó a ser un joven con libros a temprana edad, como que publica “Ánforas de Barro” a los 25 años, en 1913, y “Humo de Incienso” cuatro años después.
Por ese tiempo, colaboraba con importantes revistas de entonces como “El Trovador de la pampa”, “La canción moderna”, “La Tradición” y la célebre “Caras y Caretas”. Posteriormente será un asiduo y valioso colaborador por muchos años, del Diario “La Prensa” de Buenos Aires, aportando prosas y versos, siempre de valor telúrico.
Como le ha pasado a muchos escritores, andando la vida no valoró mucho su primera yunta de libros, reconociéndose en su obra a partir del tercer trabajo titulado “Agua de Tiempo”, de 1921, y el siguiente bautizado “Poemas Nativos” en 1925, piedras fundantes de lo que él mismo llamó “el nativismo”, y que se abría al sesgo de la poesía comúnmente denominada “gauchesca”, para expresarse por afuera de las estrofas habituales, y depurando el lenguaje, abandonando las expresiones de las voces propiamente gauchas.
Alguien escondido tras el seudónimo “Demos”, en el ejemplar del 4/6/1928 de la Revista “La Canción Modera”, lo describió: “Es un poeta rudo, macho, multánime. Sincero y agrio unas veces, es siempre ajustado y original. Su forma es única. (…) Canta a la ‘mucha gauchada’, vale decir, al gaucho nuevo, al proletario gaucho en forma fiel y sin medias tintas. Sus personajes se ven más que se oyen. Parecen vivos, palpitantes, como si los tuviéramos frente a frente, tomando mate y charlando de cosas corrientes”.
Carlos Gardel le grabó la canción porteña “Clavel del Aire” con música de Filiberto, y la cifra “Querencia” musicalizada por Américo Chirif; también interpretaba “Ponchito de Vicuña”, tango que no alcanzó a llevar al disco. Y Néstor Feria registró la milonga “En Blanco y Negro”.
Editó unos 15 libros, y a los 4 ya citados, por muy valioso agregamos su última publicación, “Lenguaraz” de 1955, encomiable trabajo en prosa.
La Junta Departamental de Montevideo, por Decreto 3562 del 1/12/2005, declaró a su casa de calle Uruguayana 3286 como, “Bien de Interés Municipal”.
A la edad de 87 años, falleció en Montevideo, su suelo natal, el 9/01/1975.

Bibliografía

Albistur, Jorge – “Rumbo al cielo del Mito”, en Opinar, 31/01/1981
Del Greco, Orlando – “Carlos Gardel y los autores de sus canciones”
Demos - “Silva Valdés: el poeta de la originalidad”, en La Canción Moderna, 4/06/1928
García, Serafín – “Panorama de la poesía gauchesca y nativista del Uruguay”, 1941
Loriente, Horacio – “Fernán Silva Valdés”, en Tango y Lunfardo N° 123, 16/12/1996
Sábato, Alberto – “Fernán Silva Valdés”, en Diario El Día, 14/01/1985

sábado, 10 de enero de 2015

DAIREAUX, GODOFREDO - "Un Gaucho Gringo"

En los últimos años han aparecido en varios medios, comentarios ilustrativos sobre la vida y obra de Godofredo Daireaux, y ¡bienvenidos sean!, pero esto nos ha hecho pensar, que hace 27 años ya nos habíamos ocupado del tema. Algo similar ocurrió cuando en el 89 nos ocupamos de Florencio Molina Campos, artista que con posterioridad fue abordado desde muchos medios.
Mucho antes, por 1981 aproximadamente, cuando hacíamos las primeras piruetas en el quehacer periodístico, le dedicamos un artículo a Miguel Etchebarne, y más que el conocimientos nos guiaban las ganas de saber y difundir. Y pronto nos llegó un comentario: "¡Por fin alguien se acordó de Etchebarne!"
Sin falsa modestia, situaciones como las enumeradas, nos hacen sentir orgullos por hacer lo que hacemos, y que si Dios quiere, ¡seguiremos haciendo!
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"UN GAUCHO GRINGO"

Cuando nos detenemos a meditar en Las Letras Gauchas, es indudable que pensamos en una persona vinculada a la cultura rural de nuestro extenso país, o del Uruguay (mucho de común tenemos argentinos y uruguayos en lo atinente al gaucho), y así es en el 98% de los casos -por decir unas cifra- quedando un estrechísimo espacio ara inserción de las excepciones, esas que “por h o por b”, siempre existen. Y para demostrar la regla, hemos de ocuparnos en la ocasión, de un escritor francés, así como suena: “¡de la distinguida Francia!”.
Y si por nacimiento ese es su origen, bien podemos decir que por identidad fue argentino, y un argentino progresista. Se llamó Godofredo Francisco Daireaux (vale acotar que la pronunciación del apellido es “Deró”).
Había nacido en París en 1849, arribando a estas costas hacia 1868, cuando contaba con 18/19 años de edad, dedicándose a la enseñanza, por lo que fue profesor del Colegio Nacional de Buenos Aires, y por un corto tiempo, Inspector de Enseñanza Secundaria y Normal. También se dedicó al comercio y a las actividades rurales, tarea que a poco de estar en nuestro suelo (aproximadamente 1872), lo llevaron a cruzar una y otra vez, las llanuras dilatadas, donde a más de confraternizar con los hijos del suelo, fue consustanciándose con las particularidades de un paisaje único; y así, sin quererlo ni proponérselo, se transformó en un agudo observador de la vida de la campaña (fundamentalmente porteña, como se llamaba entonces a los llanos bonaerenses), acertando en volcar sus vivencias y experiencias en sabroso cuentos, relatos y fábulas.
Al decir del destacado Roberto J. Payró, Daireaux “…no es un francés que pinta lo que ha visto en tierras extrañas (como hicieron muchos viajeros del siglo 19, acotamos nosotros); es un compatriota que, educado lejos del país,  ha podido hacer comparaciones y ver mejor sus cualidades, sus defectos, su hermosura y su fealdad, su originalidad en fin”.
Producto de su educación europea y de su procedencia de una nación en muchos años adelantada -técnica y culturalmente- a las tierras que él ahora pisaba y que recién por entonces se comenzaban a poblar (no olvidar que corría la década del ’70), es que su trazo literario encierra, casi siempre, un trasfondo moralista o una apreciación de moraleja, como intentando corregir o mejor dicho, superar realidades que él, por su experiencia europea sabía que eran factibles de mejorar.
Fruto de esa concepción es que en casi todos sus cuentos hay una observación sobre costumbres y modalidades de la gente de nuestra campaña, la que si bien podía ir en desmedro de alguna expresión criolla, era exclusivamente guiada por su afán de superación -ya habíamos dicho que era un progresista-, y no por desprecio al gaucho.
A diferencia de algunos connacionales nuestros que quisieron suprimir al gaucho y  reemplazarlo con la inmigración, él pretendía educarlo y prepararlo para un futuro mejor; al decir del ya citado Payró: “…en sus páginas vaga una sonrisa de crítica benévola…”; y quizás allí residía la justa definición.
Su expresión, carente de retórica artificial, fue a través de un fluido lenguaje argentinista, mechado de expresiones “gauchas” al hacer hablar a sus personajes. De allí que hay una anécdota que lo pinta fiel. Se dice que cierto día al conversar con un amigo, éste le pregunta: “-¿Dónde ha aprendido Usted a emplear un lenguaje tan propio de nuestro medio?-En el campo… con los gauchos” fue la sencilla respuesta.
Y es así, porque la pampa lo había atrapado a primera vista, reconociéndole carta de ciudadanía criolla.
Su pluma fecunda ofrendó al lector abundantes títulos, a saber: “El Fortín”, “Las Dos Patrias” (1908), “Los Milagros de la Argentina” (1910), “Recuerdos de un Hacendado” (1910), “Fábulas Argentinas”, “Tipos y Paisajes Criollos”, “Las 100 Hectáreas de Don Pedro Villegas”, “Cada Mate… un cuento”, “Los Dioses de la pampa”, y “Las Veladas del Tropero”. Todos estos títulos rondan las modalidad del cuento, con algún esbozo de novela, como en “Las 100 Hectáreas de…” (por otro lado, una insinuación a la explotación intensiva, en lugar de la extensiva, tan apegada a la forma de la gran estancia), o la expresión de la fábula, en las que hace hablar, mediante 163 breves relatos, a todos los seres del reino animal que pueblan la pampa. (¡Qué importante sería llevar este libro a los primeros grados de la escuela!).
Hay dos libros más: “La cría del ganado en la estancia moderna”, y “Manual de agricultura”, ambos decididamente técnicos.
Dos últimas acotaciones. La primera, que en la década del ’40, varias de sus obras fueron publicadas en una cuidada colección ilustrada por Don Jorge Daniel Campo, por “Ediciones Agro”. La segunda, que el partido bonaerense que hoy lleva por nombre su mismo apellido, no es en su homenaje, sino, en el de Emilio Daireaux, escritor también, pero de origen brasileño.
Don Godofredo Daireaux, falleció en Buenos Aires el 18/03/1916.
Desde estas páginas en varias oportunidades hemos publicado muestras de creación, como por ejemplo: “La tapera” (N° 11), “La Perdiz y la Gaviota” (N° 13), “Las Dos Platas”, y “El Recado” (N° 14), y “El Chajá” (N° 17).


(Publicado en Revista de Temática Costumbrista “Pa’l Gauchaje” N° 20, de 04/1987)

sábado, 3 de enero de 2015

MERCEDES BARRANCOS

LR 11 – Radio Universidad – “CANTO EN AZUL Y BLANCO”
Micro Nº 189 – 03/01/2015
Con su licencia, paisano! Acomodado en la cocina grande, junto a la ventana para tener mejor luz,mientras gustamos un mate, vamos a ver si hablamos de “Poetas Criollos… y otras yerbas”.
Los gustadores de la poesía criolla, vivimos atento a todo lo que podamos encontrar en el género, y a veces descubrimos nombres que nos provocarán búsquedas que pueden prolongarse en el tiempo. Así es, que en 1999 nos topamos con un nombre que nos ha llamado la atención, y que nos hizo pensar en un seudónimo escondedor, pero que hoy descartamos por haberle encontrado antecedentes a ese apellido. Nos referimos a Mercedes Barrancos, argentina por lo que sabemos, y vinculada a la región pampeana por lo que dicen sus versos.
Sabemos que publicó “Rastriando el Pasao – poemas gauchos”, editado en 1935, y “Llanura” en febrero de 1953. Éste último con prólogo fechado en 1951 en Montevideo, con la firma de Elisa A. Menéndez.
Por su segundo libro nos enteramos que estaba enraizada al suelo por la sangre de 7 generaciones argentinas, muy posiblemente “los Barrancos” que desde muy antiguo poblaron campos con estancia por el actual partido de Suipacha y alrededores.
A través de sus versos, Barrancos nos demuestra el conocimiento y manejo de las métricas de arte mayor y menor, como así también de las distintas formas estróficas.Pero lo que más nos llamó la atención es la utilización del lenguaje: la autora escribe dando suma importancia al sonido fonético de la palabra y en esta, a la expresión criolla o campera, por lo que deducimos: o bien es una persona de amplia formación cultural, o bien una persona que ha vivido en íntimo contacto con la vida rural. A este respecto -apoyando la segunda opción-,  informa el prólogo de su segundo libro: “El pintoresco lenguaje gauchesco le da sabor autóctono y fuerte colorido local. Porque su léxico no es libresco ni estudiado. Lo aprendió sin pensarlo en el propio teatro pampeano donde pasó sus años infantiles”. Más adelante agrega: “Su propio físico conserva rasgos característicos de su ascendencia criolla: delicada tez morena, ojos negros y hermosas trenzas de azabache”.
Al igual que la poesía, la autora también desgranaba prosas, y tenía preparado un libro de narraciones criollas que pensaba titular “Cuentos del Pago”, algunos de los cuales habían sido premiados en distintos certámenes. Desconocemos si llegó a publicarse, como así también cualquier otro dato de su filiación, pero como nos parece una autora interesante, es que hemos decidió mostrarla.

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Se agradecerá cualquier información biográfica que sobre esta autora se nos pueda brindar.