LR 11 – Radio Universidad – “CANTO EN AZUL Y
BLANCO”
Micros Nº 85 y 183 – 01/12/2012 y 22/11/2014, respectivamente
Micros Nº 85 y 183 – 01/12/2012 y 22/11/2014, respectivamente
Con su
licencia, paisano!
Acomodado
en la cocina grande, junto a la ventana para tener mejor luz, mientras gustamos
un mate, vamos a ver si hablamos de “Poetas Criollos… y otras yerbas”.
FORTINES.
Sin la menor intención de
crear discordia, más bien pretendiendo hacer un aporte, intentaré terciar con algunas opiniones que se han vertido en el
programa.
La denominación de “fortines” dadas a las primeras
agrupaciones o centros tradicionalistas que nacieron a partir del año 40, se
debe exclusivamente a una iniciativa de la Federación Gaucha
Bonaerense. Esta institución, curiosamente nacida como “federación” cuando no
había “centros” que federar, había sido fundada en 04/1940 por la Agrupación Bases ,
entidad ésta que en 1939 había logrado la Ley del Día de la Tradición.
En el acervo militar, “fortín” es
un reducto militar pequeño, satélite o dependiente de uno mayor y más
fortificado llamado “fuerte”. Tanto uno como otro, en la vida de un país, están
montados en sitios determinados de acuerdo a necesidades o estrategias
militares. Sus funciones principales: vigilar y defender.
Un claro ejemplo lo tenemos en esta
zona: el “Fuerte de la
Ensenada de Barragán” y el “Fortín de Atalaya”, y ninguno de
los dos se erigió por la lucha contra el indio, sino para vigilar el estuario
del Plata y defender sus costas en caso de invasión.
Quienes integraban la Agrupación Bases ,
hombres todos de muy alta moral y sentido nacionalista, no hubiesen aceptado
¡jamás! una denominación que denigrase al gaucho, porque justamente a lo que
ellos apuntaban era a su revalorización, de ahí que al crear el Día de la Tradición no pensaron en
un homenaje Hernández, como muchas veces se malinterpreta, sino en un
reconocimiento, un homenaje a las tradiciones gauchas. Por eso cuando delegan
en la Federación Gaucha
todo lo atinente a la nueva fecha, ésta, sale a recorrer la provincia,
valiéndose de amistades y conocidos en distintos pueblos y ciudades, instándolos
a fundar “fortines gauchos”, uno acá, otro más allá, otro hacia el horizonte,
con la finalidad de crear una imaginaria “línea de fortines” capaces de
vigilar, y estar alerta en la defensa de
las tradiciones gauchas.
Por eso no es casual que se denominasen
como por ejemplo “Fortín Gaucho El Cencerro”, “Fortín Gaucho Berissense”,
“Fortín Gaucho Chascomús”, y se desgranan los etc. Cierto es que algunos ya no
existen, como cierto es también que al decaer la tarea y el prestigio de la Federación , la nuevas
instituciones se llamasen Agrupación o Centro Tradicionalista, como acostumbran
denominarse actualmente, lo que no quita que otras hayan decidido usar la vieja
denominación, como “Fortín Dolores” -que es de la década del 70- o “Fortín
Unión” de Gral. Rodríguez, más contemporáneo.
No pretendo con lo dicho arrogarme
el uso de la verdad, en absoluto!,
solo he querido acercar a la mesa de la
discusión que enriquece, una versión o interpretación que no ha sido tenida
en cuenta anteriormente.
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Hoy vamos a referirnos
a otro término que comenzó a sonar “mal”, no hace mucho tiempo, y es la palabra
DESFILE. Y si bien la pobre palabra
no hizo nada malo, lo “malo” para ella, lo trajo la democracia. En ese momento,
después de 7 años de despótico gobierno militar, se comenzó a romper con todo
lo que tenía que ver orden, reglas, normas de respeto, etc., como buscando
distanciarse de todo lo que tuviese que ver con “los uniformes”, y fue allí,
cuando la indefensa palabra DESFILE
empezó a caer en desgracia, porque parece ser que los que desfilaban eran los
soldado. Pero hacer esta observación es mirar la realidad con un solo ojo… y
encima… medio tapado, porque baste recordar que cuando en un pueblo o una
ciudad se festeja su aniversario o las patronales, se organizan desfiles por
las calles principales, y desfilan entonces las fuerzas vivas: los niños de las
escuelas primarias, los adolescentes de la secundaria, los jóvenes de los
distintos clubes, la gente de la tercera edad, los boys scaut, los bomberos,
etc., etc., y desfilan todos orgullosos sin ocurrírseles pensar que “están
haciendo un paseo”.
Y si vale un ejemplo
absurdo, pero que por lo mismo puede ser muy claro, pensemos en esas lindas
mujercitas que recorren con buenas figuras y gracejo, las pasarelas de las
modas, desfilando… y no creo que a
nadie se le ocurra comparar tal situación con un desfile militar…
Hoy se quiere
reemplazar dicha palabra con la expresión “paseo”, cuando resulta casi
imposible encontrar en los libros y artículos escritos 120 o 150 años atrás,
alguna referencia que indique que los gauchos salían a pasear. Si podrá
encontrarse la referencia de que “fulano se endomingó como pa’ dir de paseo”,
“mengano salió de florcita”, pero él solo, no en grupo.
Siempre recuerdo cuando
Roberto Coppari contaba que en su juventud allá en la Estancia “El Mirador” de
Casilda, cuando las Fiestas Mayas o las del pueblo, todos los mensuales juntos
o unos cuantos de ellos, con sus mejores pilchas y aperos, salían rumbo al
pueblo a participar de las corridas de sortija… pero no a pasear.
Por otro lado, estos
seudos paseos de hoy, que raros y ordenados son, los paisanos van de dos en
dos, tratando de conservar la distancia, encabezados por una yunta que va con
bandera y banderín… casi que no parece que andan de paseo, se diría más vale
que van DESFILANDO.
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