Vista aérea - Del libro de Luis A. Cerrudo |
Con el afán de
conocer cosas que nos enriquezcan el espíritu, en septiembre de 2013, en un
viaje familiar llegamos al legendario palacio que mandara construir Don Justo
José de Urquiza, y que representa en sí, todo un símbolo de una época y una Argentina
incipiente, y que para “el caudillo” era fundamental: “su casa debía impactar, sugerir a todos que allí residía la concentración del poder”. (Toller – Londero, Clarín).
La construcción
se encuentra sobre la Ruta Provincial 39 (desvío al norte 3 km por acceso
Dubini, según rezan las gacetillas), en Caseros, Dpto. de Uruguay, provincia de
Entre Ríos, a unos 30/35 km de la ciudad de Concepción del Uruguay y en
vecindades del río Gualeguaychú, enmarcada en un parque de 40 hectáreas,
Originalmente,
en 1848 cuando los inicios de la construcción (que sería la casa particular y
casco del establecimiento agrícola-ganadero), la estancia contaba con 78000
hectáreas, y es menester ubicarse en tiempo y espacio para razonar que esa
monumental edificación para la época, se levantó en medio del monte cerrado y
con muy escasa vías de comunicación. Toda una demostración de empeño y tenacidad.
Planta del complejo edilicio |
Trazó los planos
y ejerció la dirección de obra en los comienzos -desde los cimientos, como
quien dice-, el constructor Jacinto
Dellepiane, que abordó la primera etapa, o sea el cuerpo de la casa familiar;
la segunda etapa corrió a cargo del arquitecto italiano Pedro Fossati, quien en
primera instancia había estado encargado del diseño y construcción de la
capilla.
A diez años de
iniciada la construcción del Palacio, Urquiza “…lo inauguró con fasto y orgullo en 1858” (Luis Nuñez – Rev. La Nación).
La primera construcción,
cuyo frente -coronado por dos miradores- da al este, hacia el camino que
comunica con Concepción del Uruguay, y se compone de siete (7) grandes arcadas,
se desarrolla en torno del llamado “Patio de Honor”, al que dan quince (15) de
las diecinueve (19) habitaciones que la componen, las que a su vez se comunican
todas internamente, y este cuerpo, que puede ser llamado el principal,
corresponde a la vida de la familia.
El segundo
cuerpo, que se desarrolla en torno del llamado “Patio del Parral” y se compone
de diecinueve (19) habitaciones, está destinado al personal de servicio,
despensa, cocina, habitación para la máquina productora de gas de carburo que
iluminaba la casa; letrinas, y la sala dedicada a la administración de la
estancia.
Los muros del
primer cuerpo se construyeron con grandes ladrillos asentados en barro,
en cambio para la mampostería del
segundo cuerpo se utilizó la cal. En los lados del patio de este cuerpo se
desarrolla el rico enrejado que sostiene el parral que da nombre al sitio;
dicho trabajo de herrería, al igual que las pajareras del Parque Exótico (al
frente del Palacio) fueron obra del herrero Tomás Benvenuto.
En los jardines
de la parte posterior (por donde actualmente se inicia el recorrido de la casa),
sobre el costado norte se encuentra la Capilla u Oratorio de San José, para la
cual Urquiza, en 1851, obtuvo una licencia del Vaticano; su edificación comenzó
en 1857 y en marzo de 1859 fue bendecida por Monseñor Marini. Su planta es de
forma octogonal y las pinturas murales de las paredes y la bóveda central, son
obra del pintor uruguayo Juan Manuel Blanes. La obra edilicia lleva el sello de
Pedro Fossati.
Sala de Recepción - del libro de Luis A. Cerrudo |
No podemos pasar
por alto que en la parte inferior del altar mayor, el ojo avispado, puede
reconocer fácilmente varios símbolos masónicos, y esto no es de extrañar, ya
que Don Justo se había incorporado en 1847 en Concepción del Uruguay, a la
Logia Jorge Washington, “orientada a
favor de los movimientos independentistas americanos” (Hugo Bauzá – ADN Cultura). Del mismo modo,
en el frente del Palacio, sobre la galería de las siete arcadas, se desarrolla
un friso (cuyo autor se ignora), el que según el investigador Héctor Ciocchini,
constituye “un discurso susceptible de ser leído como un jeroglífico…”, con un mensaje íntimamente vinculado con la
masonería y la concepción de la política y el Estado, tal lo entendía Urquiza.
Entrada posterior - Del libro de L. A. Cerrudo |
Culminando la
fastuosa empresa edilicia, manteniendo un eje central con las edificaciones, a
relativa distancia del Patio Posterior que flanquean las cocheras y la Capilla,
se construyó un lago artificial de 180 x 120 metros con 5 de profundidad, con
un paredón de 80 cms. de ancho que lo circundaba dando consistencia a sus
lados, y que tenía dos muelles, contaba con un sistema de bombeo que extraía agua
de una laguna vecina, que por medio de cañerías subterráneas se volcaba al lago
para mantener un nivel acorde, que permitiera al pequeño barco a vapor llamado
San Cipriano, navegar paseando a los visitantes del Palacio.
Al lugar se lo
conocía como Parque del Lago, y es actualmente, único sitio del complejo, que
no se encuentra restaurado.
En esta casa
vivió el primer presidente constitucional de los argentinos durante dos
décadas, hasta su asesinato el 11/04/1870, en su dormitorio, mientras que al
mismo tiempo, en Concordia, eran muertos dos hijos, los coroneles Carmelo y
Waldino.
Urquiza fue
velado en Concepción del Uruguay, en la casa de su hija Ana, casada con
Benjamín Victorica.
Viene a cuento
mencionar que por Ley 12261 del 30/08/1935 se lo declaró Monumento Histórico
Nacional, ordenándose en dicho acto la creación del Museo que hoy existe, y que
fuera inaugurado el 13/08/1936.
Patio Posterior |
Mucho habría
para hablar, de su sistema de agua corriente, de las técnicas utilizadas para
pintar frisos y columnas, de su cocina octogonal, del jardín exótico y del
francés, de las pajareras y del palomar, de los muebles, de las pinturas de
Blanes, etc. etc., pero por hoy acá cortamos.
A lo que vieron
nuestros ojos y lo que oímos de boca del guía, hemos sumado las lecturas de “El
día que fue muerto Urquiza”, por González Arrili en La Prensa (4/1970); “La
mansión del patriarca”, por Luis Nuñez en Revista La Nación (9/08/1993);
“Polémica por un Monumento Histórico”, por Verónica Toller y Oscar Londero en
Clarín (11/10/2000); “El Asesinato de Urquiza”, por Araceli Bellota en El
Federal (21/04/2005); “El Palacio San José” de Luis Á. Cerrudo (11/2010); “Los
mensajes ocultos del Palacio San José”, por Hugo Bauzá en ADN Cultura
(21/12/2012), y “El Palacio San José”, en Argentina, de Editorial Abril.
Para quienes se
interesen en conocerlo puede comunicarse al TE (03442) 43-2620 o a palaciosanjose@infovia.com.ar,
o bien escribien a CC 14 (CP. 3260) Concepción del Uruguay.
La denominación
oficial es: Palacio San José – Museo y Monumento Histórico Nacional “Justo José
de Urquiza”.
Realmente, un
lugar para conocer y disfrutar.
Los primos Aldo Castagnasso y Carlos Raúl Risso, en la entrada principal, en visita al Palacio el 28/09/2013 |
La Plata, 1º de
Febrero de 2014
(Publicado en Revista "De Mis Pagos" -digital- N° 50)
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