domingo, 25 de junio de 2017

REBENQUE

LR 11 – Radio Universidad – “CANTO EN AZUL Y BLANCO”
Micro Nº 32 – 25/06/2017

Con su licencia, paisano! Acomodado en la cocina grande, junto a la ventana para tener mejor luz, mientras gustamos un mate, vamos a ver si compartimos “Decires de la campaña”.

Artemio Arán, aquel escritor y político “sampedrino” que por largo tiempo vivió radicado en Córdoba y que estuvo muy vinculado a la Agrupación Bases y a los orígenes del Día de la Tradición, dijo del rebenque: “En las pulperías hizo percha del facón y fue el primero en responder al insulto del borracho insolente. Es una adhesión permanente a la hombría y muchas veces evitó una desgracia. En las domas amansó rebeldías y en las cuadreras salvó la fama del parejero a puro chasquido de aliento”.
El rebenque forma parte del apero y está asociado a la ensillada, como que no se sale a caballo sin llevarlo pendiendo de la manija en el dedo pulgar de la mano derecha, o del índice y medio; esto… si la persona es diestra, ya que la zurda se ocupa de llevar las riendas.
Antiguamente, en la centuria del 1800, o sea Siglo 19, fue muy usado el “rebenque de argolla”, y al respecto explica y aclara don Justo Sáenz (h): “El antiguo ‘rebenque porteño’, notable por su gran argolla de hierro o plata, terminado en un cabo hueco a modo de pasador o ‘caño de estribera’, de no más de veinticinco centímetros de largo y lonja ancha y doblando las dimensiones de éste, no es exclusivamente original de la provincia de Buenos Aires, pues antes de 1880 era popular en la Mesopotamia y otras regiones del país. Su azotera se hacía de dos guascas cosidas y a veces enterizas, las que solían abrazar el aro referido a través de dicho ‘caño’ y llevaba manija: de tiento o cadenilla de plata, pasada por la argolla”.
En general y normalmente el rebenque se compone de cuatro partes, a saber: manija, cabo, paletilla y lonja.
El rebenque que reemplazó al “de argolla”, y que es el que actualmente se usa, tiene el cabo más largo que aquel, por lo general de entre 35 y 45 cm. siendo la lonja de la misma medida o un poquito más.
El cabo del rebenque de trabajo, el de todos los días o todo andar, por lo general está retobado con el cuero de una cola de vaca sacada en bolsa y bien lonjeada, que se coloca húmeda sobre el palo elegido, y una vez seca queda firme dando una buena terminación con un frunce en la cabeza del rebenque, y alguna sortija que pone la terminación en la paletilla.
Para la construcción del cabo se suele usar madera de membrillo o naranjo, aunque muchas veces por ser planta típica se ha usado la madera de tala, y si bien no todos los investigadores coinciden, de allí proviene la denominación de “talero” como sinónimo de rebenque rústico.

Del mismo modo que no todos coinciden con el uso correcto de la manija, nos quedamos -porque tenemos esa misma interpretación-, con la opinión de Tito Saubidet y Miguel Etchebarne, que afirman que el rebenque no se cuelga de la muñeca, ni se agarra del cabo para castigar. Por eso mismo, D. Bartolomé. Gutiérrez, cuando evocó al escoses gaucho D. Roberto Cunninghame, dijo: “Mano de hombre de a caballo / la que saluda cordial, / la manija del rebenque / suspendida en el pulgar”.
(Las décimas de "El Rebenque" de Miguel D. Etchebarne, se pueden leer en el blog Antología del Verso Campero)

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