miércoles, 31 de enero de 2018

LUIS DOMINGO BERHO (Charla 1)


AM 1520 Radio Chascomús – Audición “CAMPO AFUERA”
Micro Nº 29 – 31/01/2018

Antes de salir “campo afuera” pa’ poder tender la vista mirando lejos, dende’l banco chueco en el que estoy sentao, vamos a ver si le arrimamos unas “astillas” al “Fogón de los Poetas”.

Hemos de abocarnos ahora, a un poetas que resultó de los más importantes de la segunda mitad del Siglo 20, fundamentalmente en las décadas del 70 y 80, y pongo ese límite porque falleció al despuntar los ’90.
Su nombre: Don Luis Domingo Berho. Vino a la vida el 4 de agosto de 1925, y según reza un Decreto de la Municipalidad de Lobería, que lo homenajea: “Nació en San Manuel, partido de Lobería, y se crió en el Cerro la Guitarra…”.
Fueron sus padres María Rochford y Juan Berho (de origen vasco, este), tocándole ser el menor de doce hermanos. Poco o nada conoció a su padre que murió tempranamente.
Ante el fallecimiento de su padre, las riendas en la vida de la chacra familiar las tomó su hermano mayor, y en un momento dado cuando manifestó sus deseos de estudiar (sabemos que por lo menos curso hasta el 4to. Grado en la Escuela N° 6 de Lobería), aquel planteó que lo que allí hacía falta era trabajar. Así las cosas, a eso de los 14 años, un día que la familia se acercó al pueblo en busca de provisiones, vaya a saber con qué excusa “quedó solo en las casas”, y al regresar aquella una vez con concluida la razón del viaje, se encontró con la novedad que Luis Domingo… “había cuadrao el mono”… y ya no estaba en la chacra.
Y nunca más en la vida volvería a ese sitio.
Hicimos la cita en la “jerga crotil”, porque por algunos años abrazó la vida de los “linyes”, y fue “croto” de los que viajaban gratis en tren. Entonces era fácil encontrar el pique o la changa en los trabajos de cosecha, dando para estar todo el año con algún cobre en “el bolsico”, ya sea con la cosecha fina, o bien con la gruesa, y esa vida le daba suficiente libertad y la posibilidad de elegir al ocasional patrón.
En este rumbo, supo acercarse y prestarle oído a los “crotos socialistas y anarquistas”, quienes le enseñaron la importancia de la lectura y lo orientaron en la misma.
Parece que tras aquella huida apurada buscando poner distancia con las decisiones y el rigor de su hermano, se estableció por San Miguel del Monte, y es muy probable que para entonces ya borroneara sus primeros versos, porque hay algunos indicios como que entre los 13 y 15 años acoyaró sus primeras rimas.
En una muy interesante nota que le hiciera el periodista Rubén Benitez y que “La Nueva Provincia” de Bahía Blanca diera a luz el 18/11/1990, no sabemos por qué, da una referencia distinta en cuanto a la que recuerda la familia sobre el alejamiento. Dice: “A los 17 años me fui de mi casa y anduve por ahí de linyera. Entonces le llamaban crotos. Y me encontré con uno que puso en mis manos un libro que aún yo no podía comprender: ”.
Esta pintura inicial de su rica vida, la cerramos ahora con la lectura de su poesía: “Mañanita sureña" (cuyos versos se pueden leer en el blog "Antología del verso campero"

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