domingo, 9 de septiembre de 2018

PINGO


LR 11 – Radio Universidad – “CANTO EN AZUL Y BLANCO”
Micro Nº 87 – 09/09/2018
Con su licencia, paisano! Acomodado en la cocina grande, junto a la ventana para tener mejor luz, mientras gustamos un mate, vamos a ver si compartimos “Decires de la campaña”.

“Siempre un gaucho necesita / un pingo pa’ fiarle un pucho”, dice Fierro en ‘su libro’.
Y es que el caballo ha sido un elemento fundacional en la existencia del gaucho, y éste, a un buen animal, solía distinguirlo con esa expresión: “pingo”.
La palabra existe en el habla de la “madre patria”, pero con significados muy dispares al que le damos nosotros, por ej.: harapos, jirones que cuelgan, una vestimenta fea o que queda mal, una mujer promiscua…, recién en una 5ta. acepción agrega la expresión ‘flete’, y define “caballo de muy buenas cualidades”
Indudablemente en los países del sur de esta parte de América (Uruguay, Paraguay, Chile y Bolivia), “pingo” pasó a ser sinónimo de “caballo”. Curiosamente en el libro santafesino “El Caballo y el Recado”,  se trae la referencia que da Rafael Schiaffino en su trabajo “Guaranísmos. Ensayo Etimológico”, quién da a la voz “pingo” origen guaraní, derivándola de la palabra “pinu o ngo”, que él define como “caballo vivo, ligero”.
Lo cierto que en nuestra campaña, el solo decir “pingo” es señal que se está hablando de un caballo, pero éste no es un caballo cualquiera, sino, un animal superior que hace se lo defina con la voz “pingo”.
El ya citado en otras oportunidades “Diccionario del Lenguaje Argentino”, del año 1875, plena época del “Gaucho Martín Fierro”, recoge la palabra y la define: “Pingo: Caballo brioso, bueno para todo trabajo, caballo de paseo (…) y agrega: el caballo bueno y brioso, de linda forma y presencia”, y más o menos ese es el sentido que se le da en nuestro campo.
Quince años después, Daniel Granada, quien compilara el “Diccionario Rioplatense Razonado”, prácticamente coincide porque también dice: “Caballo vivo, ligero, de buenas cualidades”, y al mismo tiempo aclara que en Chile se refiere a un caballo ruín, todo lo opuesto a nuestro decir.
En nuestra campaña, aún hoy es una palabra vigente, y si entre dos paisanos actuales, conversando, uno dice “Qué pingo, hermano!”, sin más explicación el otro sabe que está hablando de un buen caballo, porque es una palabra elogiosa, ponderativa, que resalta cualidades y destaca.
De allí que al analizar las palabras y frases utilizadas en el “Martín Fierro”, Francisco Castro explica: “Caballo de muy buenas condiciones generales: de líneas armoniosas, ligero, guapo, fijo, de buena boca y buen andar”, justo lo que “siempre un gaucho necesita / un pingo pa’ fiarle un pucho”, como dijimos al principio.
Ilustramos con esta breve composición elogiando a un caballo en plena faena campera, que me pertenece y he titulado “Qué Pingazo!”, (Se puede leer en el blog "Poeta Gaucho")

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