Las más de las veces no alcanza con “sentirse tradicionalista”, ¡hay que serlo y saber transmitirlo!.
Y en esa definición encaja con perfecto encastre, Agustín Alberto López.Ser hombre gaucho, para él no es pose afectada ni actitud de simulación; y no lo es, simplemente porque un espíritu gaucho late en su ser.
Hombre con claro sentido de la nacionalidad cultural, roba abusivamente tiempo, a su escaso tiempo libre, para ponerlo a disposición de difundir todos aquellos aspectos de la actividad cultural, que como atraídos por invisible imán, llegan al mostrador de su carnicería “El Resero”, buscando quizás, el impulso multiplicador que allí toman las ideas y las propuestas.
Agustín nació hace 65 años en Alsina, partido de Baradero, criándose hasta los 12 años en la chacra de sus tíos Barreiro, cursando sus estudios primarios en la Escuela Rural 18, a la que -como orgullosamente evoca- concurría de a caballo.
Los otros estudios, los superiores, los cursó en la escuela de la vida, allí donde con títulos y honores se diplomó de señor gaucho.
El devenir del destino que un día lo acercó a San Isidro y luego a la Capital, le cruzó en su camino a Ana María para que con ella conformara un nido, nido en el que emplumaron tres pichones maravillosos -hoy hombres-, criados a imagen y semejanza de su espíritu altruista.
Todos los aconteceres de la vida, hasta los más insignificantes, Agustín los vuelca en versos; versos que muchas veces, en primorosos sobres y portados por modernos “chasques”, cruzan las distancias del país para llevar en su calidez paisana, sentidas rimas que emocionarán a su receptor.
Su espíritu de poeta lo arrimó hace casi 20 años, a la recién creada Asociación Argentina de Escritores Tradicionalistas, donde despuntó y consolidó sus condiciones de dirigente, ayudando a que la institución crezca y trascienda, desempeñando por dos períodos, durante cuatro años, el cargo de presidente.
Es, a pesar de su modestia, conocido en distintos pagos de la provincia donde el tradicionalismo iza sus banderas engalanadas de celeste y blanco.
Su fina galanura paisana lo distingue; su amor por la Argentina, lo destaca. Que así es Agustín López, un paisano como muchos más, aunque mirándolo bien, a veces... algo más que muchos paisanos.Simplemente ocurre que es buen tradicionalista y sabe transmitirlo fielmente.
(1º/04/2004)
Y en esa definición encaja con perfecto encastre, Agustín Alberto López.Ser hombre gaucho, para él no es pose afectada ni actitud de simulación; y no lo es, simplemente porque un espíritu gaucho late en su ser.
Hombre con claro sentido de la nacionalidad cultural, roba abusivamente tiempo, a su escaso tiempo libre, para ponerlo a disposición de difundir todos aquellos aspectos de la actividad cultural, que como atraídos por invisible imán, llegan al mostrador de su carnicería “El Resero”, buscando quizás, el impulso multiplicador que allí toman las ideas y las propuestas.
Agustín nació hace 65 años en Alsina, partido de Baradero, criándose hasta los 12 años en la chacra de sus tíos Barreiro, cursando sus estudios primarios en la Escuela Rural 18, a la que -como orgullosamente evoca- concurría de a caballo.
Los otros estudios, los superiores, los cursó en la escuela de la vida, allí donde con títulos y honores se diplomó de señor gaucho.
El devenir del destino que un día lo acercó a San Isidro y luego a la Capital, le cruzó en su camino a Ana María para que con ella conformara un nido, nido en el que emplumaron tres pichones maravillosos -hoy hombres-, criados a imagen y semejanza de su espíritu altruista.
Todos los aconteceres de la vida, hasta los más insignificantes, Agustín los vuelca en versos; versos que muchas veces, en primorosos sobres y portados por modernos “chasques”, cruzan las distancias del país para llevar en su calidez paisana, sentidas rimas que emocionarán a su receptor.
Su espíritu de poeta lo arrimó hace casi 20 años, a la recién creada Asociación Argentina de Escritores Tradicionalistas, donde despuntó y consolidó sus condiciones de dirigente, ayudando a que la institución crezca y trascienda, desempeñando por dos períodos, durante cuatro años, el cargo de presidente.
Es, a pesar de su modestia, conocido en distintos pagos de la provincia donde el tradicionalismo iza sus banderas engalanadas de celeste y blanco.
Su fina galanura paisana lo distingue; su amor por la Argentina, lo destaca. Que así es Agustín López, un paisano como muchos más, aunque mirándolo bien, a veces... algo más que muchos paisanos.Simplemente ocurre que es buen tradicionalista y sabe transmitirlo fielmente.
(1º/04/2004)
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