Corre 1999:
Recientes lecturas, me
llevaron de la mano de Yupanqui y Calvetti, a introducirme en las altipampas y
los contrafuertes cordilleranos jujeños.
Para quien como yo es
hombre de llanura y encima, no ha tenido la dicha de viajar a esos paisajes, lo
mostrado en la lectura, encierra un sinnúmero de novedades.
En “El Canto del Viento” de Don Ata, topé por primera vez con la expresión yerbiao, pero avancé en la lectura sin detenerme en la palabra;
varias veces se repitió la voz e inclusive por lo menos una vez cuando abordé “Cerro Bayo”.
Poco tiempo después me
enfrascaba en el disfrute grato de la lectura de “Escrito en la Tierra ”,
del notable jujeño Jorge Calvetti, autor que hoy ocupa un sillón en la Academia Argentina
de Letras.
El libro mencionado, de
honda raigambre autobiográfica, llenó de norte puneño mi desconocimiento
paisajístico y de usos y costumbres, y entre esos volví a encontrar el yerbiao.
Picada mi curiosidad, me
aboqué a revisar los libros y artículos periodísticos de mi archivo, y muy poco
encontré. Tan solo en la riquísima “Historia
y Folklore del Mate” del ilustre D. Federico Oberti (1902 /1993), en su
Capítulo “El Hábito del Mate en Bolivia”, inserta -al hablar de cómo se toma
mate en algunas provincias del país vecino- una oración en la que dice: “Se bebe dulce, cómo desayuno, con pan y se
conoce con el nombre de “yerbeado”.
Igual uso tiene en las regiones frías de la provincia argentina de Jujuy,
donde, con el mismo nombre se bebe la sustancia de la yerba, agregándole
determinada cantidad de alcohol”.
No queda
claro lo del modo boliviano, por una lado sería nuestro común mate dulce, pero
por otro lado al mencionar el pan, uno podría pensar en “mate cocido”, pero
ocurre que líneas más adelante dice Oberti que a éste se lo denomina “poreado cuando por la mañana, tarde o
durante las horas de la noche se lo bebe como el té o nuestro rural mate
cocido”.
Sí deja en
claro que el “yerbeado”, en Jujuy es
con alcohol. (Que Oberti diga “yerbeado”, me parece un error por ajustarse a la
prosodia castellana, ya que como voz propia, el paisano, indudablemente ha de
decir “yerbiao”).
Volviendo a
mi primer llamado de atención dado por Yupanqui, buscando un orden cronológico,
tomo la mención de “Cerro Bayo”
(1946) -‘páginas que no aspiran a constituir una novela’, dice antes del
inicio Don Ata-, cuando en el Capítulo “Invierno”, relata, al describir como el
viento se señorea sobre campos, quebradas, cumbres y se oye por momentos, caer
la nieve; “Los hombre coquean mientras
conversan. Las mujeres, calladas y atentas, hacen yerbiao y café. A veces suelen preparar vino caliente, ponche de
los campos, y sabe muy bien este brebaje que hace a los labriegos más templados
y comunicativos”.
Al voltear la
página, y contar las peripecias de unos arqueólogos en una noche de ventisca
helada, cuenta que éstos bebían “alcohol y café”.
No queda en
claro que el yerbiao de Yupanqui fuese
mate con alcohol, pero sí no deja dudas respecto que el frío en la montaña hace
que el hombre tenga como aparcero al alcohol (amén de las bebidas alcohólicas).
En “El Canto del Viento” (1971), en el
Capítulo VIII, al describir algunos aspectos de una yerra en tierras de Mamerto
Mamaní, en un corral del abra de Falda Azul, apunta: “Cerca de la puerta del corral, están las brasas para calentar las
marcas. Buen fuego reparador, que perfuma el aire con olores de carne asada y
ancos rescoldeados a campo abierto. Allí se prepara el yerbiao con alcohol, buen fuego sobre estas alturas, atendido por
kollas floristas y changos comedidos. Eusebio Colque está ahí, junto al fogón,
saboreando el yerbiao”. Y unas
líneas más adelante, planteando el clima, expone: “El aire se pone helado. El nublado se asienta sobre el abra.”
En el
Capítulo XI, “La Laguna Brava ”,
cuando describe el viaje que a lomo de mula iniciara un 20 de mayo de 1940, en La Rioja , hacia la laguna del
título, situada en plena cordillera, próxima al paraje Jagué de Arriba, a 3000
mts. de altura, encontramos otra referencia.
Cuenta que
llegar le costó esfuerzos y soportar fríos. Al alcanzar “un refugio cordillerano, construido en formas cónica, al que se
entraba como un caracol hasta dar con una estancia amplia, en la que cabían cómodamente
hasta cinco jinetes con sus cabalgaduras. Allí encendimos un buen fuego con
leña de keñua, leña i toro, y bebimos buen yerbiao”.
Hasta acá lo
contado por Yupanqui. Veamos ahora la referencia de Don Jorge Calvetti en su ya
mencionado libro “Escrito en la Tierra ” (1992), en el
que aborda relatos de sucesos ocurridos a lo largo de 40 años de su vida,
transcurridos en actividades rurales desarrolladas a lomo de caballo y mula, en
sus pagos jujeños.
En el relato
“Como Antes…” (pág. 39), al referir la reunión llevada a cabo un 25 de julio en
el puesto de Doña Damiana, con motivo de honrar al “Tata Santiago” (imagen a la
que vestía un poncho colorado), nos cuenta que después de la ceremonia y los
rituales, “comenzó el mate con alcohol,
porque hacía mucho frío”.
En otro
pasaje de esos recuerdos, enmarcado éste con el título de “La
Finca El Potrero” (pág. 95), que se
desarrolla en los nevados de Castilla, campos de Abra de la Cruz , evoca cuando en una de
sus andanzas: “Quedamos los dueños de
casa, Genaro y yo. Colmó mi capacidad de asombro comprobar que comenzaron a
servir yerbiaos y que como en aquel
pasado remoto que todos secretamente recordaban, Genaro Silva se estaba
emborrachando…”, por lo que deducimos que dicha costumbre matera no es pa’
cualquiera, y como quien dice, hay que ser de buen tomar, ya que sino puede
pasarnos lo que a Genaro.
No es mucho
lo aportado ni parece ser demasiado amplia el área de dispersión, pero las dos
fuentes citadas son confiables. Estaríamos en los inicios de una investigación,
referida a una costumbre matera, vinculada al norte jujeño, a la alta montaña y
el frío.
Sin bien
Yupanqui en el vocabulario de “El Canto
del Viento”, dice: “Yerbiao:
infusión de yerba-mate. Mate cocido.”, no parece el tal la alusión de sus
relatos; en cambio Calvetti deja en claro que es “mate cebado con alcohol y agua”.
Indudablemente,
un nuevo tema para dilucidar… mientras tomamos mate.
(Publicado en Periódico “El Tradicional” de
6/1999)
Hola Carlos, desde que tengo uso de razon conozco la palabra, siempre me la ha dicho mi padre y sus hermanos, y tambien recuerdo a mi abuela refiriendose a lo que conocemos como mate cocido. Mi familia por parte de padre es cordobeza, por otro lado actualmente cuando visito a mis familiares en esa provincia la usan. Pronunciese iiierbiao (en idioma cordobes)
ResponderEliminarUn abrazo
Javier
Un anciano de 90 y pico de años me dijo al preguntarle yo.que es mate cocido y que es iierbiao a lo que me respondio que el mate cocido es la yerba hervida en agua y el iierbiau es cuando ya se le an agegado otros aditamentos al mate cocido.por ejm yuyos cafe extra!!
ResponderEliminarGracias Felipe, por tu aporte
ResponderEliminarPobrecito Carlos, que para conocer al "Yerbiao " tuviste que leer un libro !!!
ResponderEliminarRico el yerbiado!!! SOY JUJEÑO
ResponderEliminarMe alegro!!
ResponderEliminarCarlos viaje a tafi fel valle y ahi encontrara la verdad por lo menos lo que canta atahualpa todo lo q canta del cerro esta ahi saludos
ResponderEliminarCarlos viaje a tafi fel valle y ahi encontrara la verdad por lo menos lo que canta atahualpa todo lo q canta del cerro esta ahi saludos
ResponderEliminarCarlos viaje a tafi fel valle y ahi encontrara la verdad por lo menos lo que canta atahualpa todo lo q canta del cerro esta ahi saludos
ResponderEliminarLa palabra Yerbeado es muy usado en el norte jujeño .. yo crecí escuchando esa palabra .. mi abuela lo usaba ..
ResponderEliminarYerbeado lo decía al mate cocido con alcohol que solía usarlo generalmente en agosto, cuando hacía mucho frío en carnaval en las señaladas. ..