-A 128 años de su partida, algunas curiosidades de su vida y entorno-
Hijo de Isabel Pueyrredón Caamaño y
Pedro Pascual Hernández (quienes se habían casado el 20/02/1833), nació en la
Chacra de Perdriel, propiedad de la familia Pueyrredón, el 10/11/1834. Dicha
finca -y acá la primera curiosidad-, cuando ante los sucesos de las Invasiones
Inglesas, Juan Martín de Pueyrredón forma y entrena en la misma a los Húsares
con que enfrentaría al invasor, era
propiedad del padre de Manuel Belgrano.
El año de su casamiento, los
Hernández-Pueyrredón tuvieron su primer hijo: una mujer a la que llamaron
Magdalena.
Por otro lado, la de los Pueyrredón y la
de los Hernández, eran familias de enfrentadas opiniones políticas: unitarios
los primeros, federales los Hernández.
Tiene 5/6 años, cuando los Pueyrredón se
exilian en Brasil, quedando entonces al cuidado de su abuelo paterno, José
María Gregorio Hernández Plata, en su finca de Barracas. Allí, a partir de 1841
recibe la poca instrucción escolar que tuvo, asistiendo al Liceo Argentino de
don Pedro Sánchez, en San Telmo, hasta que en 1846 (cinco años después), al
parecer por problemas de salud, el padre lo lleva al campo, por Pila y Laguna
de los Padres, donde se desempeñaba en estancias. Conoce allí la vida y el
ambiente del gaucho.
En 1840 nace su hermano, quien será su
amigo y biógrafo, al que la mayoría de los estudiosos dan como nacido el 1°/09
y bautizado como Rafael José (en forma inversa a su hermano), cuando en
realidad su nombre es Rafael del Corazón de Jesús, y fue bautizado el 7/06, por
lo que a septiembre ya había nacido.
Tiene 8 años, cuando muere se madre.
Hernández, que fue
soldado, periodista y político, tuvo su bautismo de sangre, el 22/01/1853, en
la Batalla de San Gregorio, enfrentamiento desarrollado en vecindades del
puesto “San Gregorio” de la estancia “Juancho”, de la familia Miguens, en
Chascomús. Casi 20 años después, aparece “El Gaucho Martín Fierro” financiado
-curiosamente- por D. José Zoilo Miguens, quien había sido el fundador de
Ayacucho… curiosamente también, la única localidad citada en las estrofas del
libro. En cuanto a éstas, Hernández
utilizó una, la sextilla, que no era de uso popular, y que de la manera que él
la utilizó, representa a una décima a la que se le ha eliminado la cuarteta
inicial, de allí que el primer verso siempre queda libre o “guacho”.
Si poeta es aquel que tiene por hábito
hacer poesía, Hernández no era
poeta, al menos al escribir la primera parte de su obra, ya que no tenía otros
poemas escritos.
Antes, el 5/06/1857, su padre, andando
con hacienda en sus tareas de hombre de campo, en momentos de una tormenta, muere
fulminado por un rayo.
El 20/08/1878 le escribe una carta al
pintor Juan Manuel Blanes, referida a la exposición en Buenos Aires del cuadro “El Juramento de
los 33 orientales”, la que tiene la particularidad de estar escrita en
sextillas, las que casualmente suman 33, el número de los personajes que detalla
y que componen la obra, número que señala la más alta jerarquía en la
masonería, a cuya organización se había incorporado en la “Confraternidad
Argentina”, el 28/08/1857. Cuenta 23 años de edad.
Cuando se discute la federalización de
la ciudad de Buenos Aires, fue el gran defensor de la postura de que la
provincia cediera a la nación a su ciudad cabecera, manteniendo encendidos
debates con Leandro Alem, por la opositora. Trabaja entonces al lado de Dardo
Rocha, y es quien le sugiere que el nombre de la nueva capital sea La Plata.
Ilustración de Revista "El Fogón" N° 11 (Montevideo 22/01/1899) |
Cuando los fastos de la inauguración el
19/11/1882, tuvo a su cargo la realización del asado que debía servirse en una
gran carpa ubicada hacia 4 y 51, pero el mismo fue un fracaso.
No vivió nunca en la ciudad por la que
tanto bregó, a diferencia de su hermano que si se estableció por la esquina sur
de 9 y 48.
En 1886, a pedido de su amigo Rocha,
realizó de urgencia un viaje al norte argentino, con la finalidad de pacificar
las diferencias políticas habidas entre los dirigentes de Salta y Tucumán, que
se alineaban con Rocha para pelear por la presidencia de éste, pero estaban
enfrentados. Cumple la misión satisfactoriamente, pero a su regreso, comienzan
a manifestársele cuadros de fiebre, falleciendo en su quinta de Belgrano, en
brazos de su hermano, el 21/10, hace ya 128 años. Se dice que fueron sus
últimas palabras “Buenos Aires, Buenos Aires…”. Si bien los médicos
dictaminaron muerte por “miocarditis que derivó en ataque cardíaco”, estudios
contemporáneos suponen que había contraído el mal de chagas. Tenía 51 años.
Al día siguiente no faltó el diario que
titulara: “Murió el senador Martín Fierro”.
(La Plata, 07/11/2014)
(Publicado en Revista De Mis Pagos Digital N° 53)
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