domingo, 17 de mayo de 2015

JOSÉ RAFAEL HERNÁNDEZ


 -A 128 años de su partida, algunas curiosidades de su vida y entorno-

Hijo de Isabel Pueyrredón Caamaño y Pedro Pascual Hernández (quienes se habían casado el 20/02/1833), nació en la Chacra de Perdriel, propiedad de la familia Pueyrredón, el 10/11/1834. Dicha finca -y acá la primera curiosidad-, cuando ante los sucesos de las Invasiones Inglesas, Juan Martín de Pueyrredón forma y entrena en la misma a los Húsares con que enfrentaría al invasor, era propiedad del padre de Manuel Belgrano.
El año de su casamiento, los Hernández-Pueyrredón tuvieron su primer hijo: una mujer a la que llamaron Magdalena.

Por otro lado, la de los Pueyrredón y la de los Hernández, eran familias de enfrentadas opiniones políticas: unitarios los primeros, federales los Hernández.
Tiene 5/6 años, cuando los Pueyrredón se exilian en Brasil, quedando entonces al cuidado de su abuelo paterno, José María Gregorio Hernández Plata, en su finca de Barracas. Allí, a partir de 1841 recibe la poca instrucción escolar que tuvo, asistiendo al Liceo Argentino de don Pedro Sánchez, en San Telmo, hasta que en 1846 (cinco años después), al parecer por problemas de salud, el padre lo lleva al campo, por Pila y Laguna de los Padres, donde se desempeñaba en estancias. Conoce allí la vida y el ambiente del gaucho.
En 1840 nace su hermano, quien será su amigo y biógrafo, al que la mayoría de los estudiosos dan como nacido el 1°/09 y bautizado como Rafael José (en forma inversa a su hermano), cuando en realidad su nombre es Rafael del Corazón de Jesús, y fue bautizado el 7/06, por lo que a septiembre ya había nacido.
Tiene 8 años, cuando muere se madre.
Hernández, que fue soldado, periodista y político, tuvo su bautismo de sangre, el 22/01/1853, en la Batalla de San Gregorio, enfrentamiento desarrollado en vecindades del puesto “San Gregorio” de la estancia “Juancho”, de la familia Miguens, en Chascomús. Casi 20 años después, aparece “El Gaucho Martín Fierro” financiado -curiosamente- por D. José Zoilo Miguens, quien había sido el fundador de Ayacucho… curiosamente también, la única localidad citada en las estrofas del libro. En cuanto a éstas, Hernández utilizó una, la sextilla, que no era de uso popular, y que de la manera que él la utilizó, representa a una décima a la que se le ha eliminado la cuarteta inicial, de allí que el primer verso siempre queda libre o “guacho”.
Si poeta es aquel que tiene por hábito hacer poesía, Hernández no era poeta, al menos al escribir la primera parte de su obra, ya que no tenía otros poemas escritos.
Antes, el 5/06/1857, su padre, andando con hacienda en sus tareas de hombre de campo, en momentos de una tormenta, muere fulminado por un rayo.
El 20/08/1878 le escribe una carta al pintor Juan Manuel Blanes, referida a la exposición  en Buenos Aires del cuadro “El Juramento de los 33 orientales”, la que tiene la particularidad de estar escrita en sextillas, las que casualmente suman 33, el número de los personajes que detalla y que componen la obra, número que señala la más alta jerarquía en la masonería, a cuya organización se había incorporado en la “Confraternidad Argentina”, el 28/08/1857. Cuenta 23 años de edad.
Cuando se discute la federalización de la ciudad de Buenos Aires, fue el gran defensor de la postura de que la provincia cediera a la nación a su ciudad cabecera, manteniendo encendidos debates con Leandro Alem, por la opositora. Trabaja entonces al lado de Dardo Rocha, y es quien le sugiere que el nombre de la nueva capital sea La Plata.
Ilustración de Revista "El Fogón" N° 11 (Montevideo 22/01/1899)
Cuando los fastos de la inauguración el 19/11/1882, tuvo a su cargo la realización del asado que debía servirse en una gran carpa ubicada hacia 4 y 51, pero el mismo fue un fracaso.
No vivió nunca en la ciudad por la que tanto bregó, a diferencia de su hermano que si se estableció por la esquina sur de 9 y 48.
En 1886, a pedido de su amigo Rocha, realizó de urgencia un viaje al norte argentino, con la finalidad de pacificar las diferencias políticas habidas entre los dirigentes de Salta y Tucumán, que se alineaban con Rocha para pelear por la presidencia de éste, pero estaban enfrentados. Cumple la misión satisfactoriamente, pero a su regreso, comienzan a manifestársele cuadros de fiebre, falleciendo en su quinta de Belgrano, en brazos de su hermano, el 21/10, hace ya 128 años. Se dice que fueron sus últimas palabras “Buenos Aires, Buenos Aires…”. Si bien los médicos dictaminaron muerte por “miocarditis que derivó en ataque cardíaco”, estudios contemporáneos suponen que había contraído el mal de chagas. Tenía 51 años.
Al día siguiente no faltó el diario que titulara: “Murió el senador Martín Fierro”.

(La Plata, 07/11/2014)
(Publicado en Revista De Mis Pagos Digital N° 53)

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