Cuando desaparece un notable de la cultura, una personalidad que ha trascendido por sus investigaciones y sus posturas, como por generación espontánea surgen amigos y muy amigos que el extinto no puede rebatir.
Y hago esta introducción porque el 29/05/06 cerró sus ojos el historiador y escritor Fermín Chávez, y a él me quiero referir sin haber sido su amigo.
Lo respetaba y admiraba como historiador, como experto hernandiano y como conocedor de la poesía gauchesca, temas estos que son mi debilidad.
De su mano, hace 25 años, conocí “Un Nuevo Diálogo Gauchesco” debido a la inspiración del Coronel Bernardo Echevarría, tal cual investigara y dejara establecido en la introducción que realiza al largo diálogo que al estilo de los de Hidalgo, describen en éste caso los festejos en honor a Rosas llevados a cabo en Palermo en 1851.
La lectura del poema me deparó la satisfacción de encontrar la cita del “pago de mis mayores” - La Magdalena - identificado a través de un estilo de espuelas que al protagonista le hace exclamar: “Qué espuelas Magalenistas”, referencia que me resultó útil para incluirla en un trabajo titulado “El Viejo Pago de la Magdalena en la literatura y sus escritores”, que escribí por entonces.
Luego, mi afición e interés por el tema hernandiano me llevó a consultar obras suyas, como “José Hernández” (1959) y “La Vuelta de José Hernández” (1973), convirtiéndose desde entonces en un referente ineludible para conocer y ahondar en una cuestión que aún hoy, sigue siendo tema de actualidad.
Más adelante, en una visita que hiciera a la carnicería-museo “El Resero”, de mi amigo Agustín López, en el barrio de Constitución, me autografió un par de ellos, y me enriqueció uno con varias anotaciones de puño y letra en distintas páginas.
Por entonces -corría 1992- la Subsecretaría de Cultura y Educación de la Municipalidad de Lomas de Zamora, se contactó con la Asociación Argentina de Escritores Tradicionalista (en la que siempre he militado), con la intención de homenajear a un poeta de su distrito que era nuestro Presidente Honorario, me refiero a D. Rodolfo Nicanor Kruzich, proponiéndonos organizar conjuntamente un certamen de poesía gauchesca con su nombre, cuyo primer premio consistiría en la edición del trabajo ganador. Manos a la obra, a la hora de conformar el jurado nos atrevimos en pedirle colaboración a Don Fermín quien no dudó en trabajar con nosotros desinteresadamente para llevar a buen termino esa intención, a la que se debe el primer libro del poeta de Cañuelas, Carlos Loray, “Entre Paisanos”, ya que resultó éste el trabajo elegido por unanimidad .
Y no fue esa la única vez que lo molestamos, ya que en 1995 lo convocamos junto a D. Carlos Antonio Moncaut y Abel Zabala, para que dictaminaran en el certamen de obras éditas “Faja de Honor 25 de Mayo”, y al año siguiente para jurar en el “6º Certamen de Poesía Gauchesca”. Y hago estas citas para destacar su predisposición a colaborar en emprendimientos que poco destacaban su nombre y más vale se engrandecían con su aporte. En ese sentido tenía Don Fermín el sí fácil.
Vale acotar que su actual compañera, la notable escritora platense Aurora Venturini -a la que conocí al expirar la década del 70 en la desaparecida editorial Ramos Americana por el tiempo en que publicaba su “Antología Personal”-, fue quien me indujo a ingresar en SADE La Plata, y a presentar mi primer libro de versos gauchos en sus certámenes.
Estos últimos años, 2003/4/5, conjuntamente con la Dirección de Bibliotecas y Promoción de la Lectura del gobierno provincial, Aurora llevó a cabo, siempre con la colaboración de Don Fermín, certámenes de soneto, cuento y ensayo -respectivamente-, dotándolos con premio en efectivo que aportaba de su propio peculio, y allí, asistiendo a las entregas de premios que siempre se efectuaron en salones de la Biblioteca “Gral. San Martín” (47 Nº 510), tenía la oportunidad de saludarlos y “chancear” con el maestro, respecto de que compartíamos la “categoría” de colaboradores de “De Mis Pagos”. Del último de estos encuentros, el 20/12/2005, guardo el testimonio de la foto que acompaña este emocionado recuerdo.
No dudo que el paso del tiempo nos irá dando la exacta dimensión de la obra y la personalidad de este entrerriano nacido el 13/07/1924 en “El pueblito”, vecindades de Nogoyá, en el modesto hogar de gente de campo que integraban Doña Gregoria Giménez y Don Eleuterio Chávez, y al que Fray Reginaldo de la Cruz puso en el camino de la literatura pensante, que le valió andando el tiempo, el Premio Consagración Nacional (1990) y ser declarado “ciudadano ilustre” de “su” Nogoyá y también de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (2003), en cuya Legislatura fueron velados sus restos.
Una de sus última obras, “Historia y Antología de la Poesía Gauchesca” (2004), hará que lo estemos recordando a cada rato, por eso entonces que le decimos: “Hasta cada rato, Maestro”.
La Plata, 12 de julio de 2006(Publicado en el N° 25 de Revista De Mis Pagos)
Y hago esta introducción porque el 29/05/06 cerró sus ojos el historiador y escritor Fermín Chávez, y a él me quiero referir sin haber sido su amigo.
Lo respetaba y admiraba como historiador, como experto hernandiano y como conocedor de la poesía gauchesca, temas estos que son mi debilidad.
De su mano, hace 25 años, conocí “Un Nuevo Diálogo Gauchesco” debido a la inspiración del Coronel Bernardo Echevarría, tal cual investigara y dejara establecido en la introducción que realiza al largo diálogo que al estilo de los de Hidalgo, describen en éste caso los festejos en honor a Rosas llevados a cabo en Palermo en 1851.
La lectura del poema me deparó la satisfacción de encontrar la cita del “pago de mis mayores” - La Magdalena - identificado a través de un estilo de espuelas que al protagonista le hace exclamar: “Qué espuelas Magalenistas”, referencia que me resultó útil para incluirla en un trabajo titulado “El Viejo Pago de la Magdalena en la literatura y sus escritores”, que escribí por entonces.
Luego, mi afición e interés por el tema hernandiano me llevó a consultar obras suyas, como “José Hernández” (1959) y “La Vuelta de José Hernández” (1973), convirtiéndose desde entonces en un referente ineludible para conocer y ahondar en una cuestión que aún hoy, sigue siendo tema de actualidad.
Más adelante, en una visita que hiciera a la carnicería-museo “El Resero”, de mi amigo Agustín López, en el barrio de Constitución, me autografió un par de ellos, y me enriqueció uno con varias anotaciones de puño y letra en distintas páginas.
Por entonces -corría 1992- la Subsecretaría de Cultura y Educación de la Municipalidad de Lomas de Zamora, se contactó con la Asociación Argentina de Escritores Tradicionalista (en la que siempre he militado), con la intención de homenajear a un poeta de su distrito que era nuestro Presidente Honorario, me refiero a D. Rodolfo Nicanor Kruzich, proponiéndonos organizar conjuntamente un certamen de poesía gauchesca con su nombre, cuyo primer premio consistiría en la edición del trabajo ganador. Manos a la obra, a la hora de conformar el jurado nos atrevimos en pedirle colaboración a Don Fermín quien no dudó en trabajar con nosotros desinteresadamente para llevar a buen termino esa intención, a la que se debe el primer libro del poeta de Cañuelas, Carlos Loray, “Entre Paisanos”, ya que resultó éste el trabajo elegido por unanimidad .
Y no fue esa la única vez que lo molestamos, ya que en 1995 lo convocamos junto a D. Carlos Antonio Moncaut y Abel Zabala, para que dictaminaran en el certamen de obras éditas “Faja de Honor 25 de Mayo”, y al año siguiente para jurar en el “6º Certamen de Poesía Gauchesca”. Y hago estas citas para destacar su predisposición a colaborar en emprendimientos que poco destacaban su nombre y más vale se engrandecían con su aporte. En ese sentido tenía Don Fermín el sí fácil.
Vale acotar que su actual compañera, la notable escritora platense Aurora Venturini -a la que conocí al expirar la década del 70 en la desaparecida editorial Ramos Americana por el tiempo en que publicaba su “Antología Personal”-, fue quien me indujo a ingresar en SADE La Plata, y a presentar mi primer libro de versos gauchos en sus certámenes.
Estos últimos años, 2003/4/5, conjuntamente con la Dirección de Bibliotecas y Promoción de la Lectura del gobierno provincial, Aurora llevó a cabo, siempre con la colaboración de Don Fermín, certámenes de soneto, cuento y ensayo -respectivamente-, dotándolos con premio en efectivo que aportaba de su propio peculio, y allí, asistiendo a las entregas de premios que siempre se efectuaron en salones de la Biblioteca “Gral. San Martín” (47 Nº 510), tenía la oportunidad de saludarlos y “chancear” con el maestro, respecto de que compartíamos la “categoría” de colaboradores de “De Mis Pagos”. Del último de estos encuentros, el 20/12/2005, guardo el testimonio de la foto que acompaña este emocionado recuerdo.
No dudo que el paso del tiempo nos irá dando la exacta dimensión de la obra y la personalidad de este entrerriano nacido el 13/07/1924 en “El pueblito”, vecindades de Nogoyá, en el modesto hogar de gente de campo que integraban Doña Gregoria Giménez y Don Eleuterio Chávez, y al que Fray Reginaldo de la Cruz puso en el camino de la literatura pensante, que le valió andando el tiempo, el Premio Consagración Nacional (1990) y ser declarado “ciudadano ilustre” de “su” Nogoyá y también de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (2003), en cuya Legislatura fueron velados sus restos.
Una de sus última obras, “Historia y Antología de la Poesía Gauchesca” (2004), hará que lo estemos recordando a cada rato, por eso entonces que le decimos: “Hasta cada rato, Maestro”.
La Plata, 12 de julio de 2006(Publicado en el N° 25 de Revista De Mis Pagos)
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