jueves, 14 de junio de 2012

ORIGEN DEL GANADO VACUNO

-distintas vertientes-

Según se desprende de varios documentos, parece que en 1552 habían salido ciertos españoles de la Asunción, en viaje a San Vicente, en la costa del Brasil, con el fin de traer vacas, inexistentes hasta entonces en el Paraguay. Llevaban para la compra cantidad de piezas labradas de oro y plata tomadas a los indios y provenientes del Perú (...)
Las vacas de San Vicente debían valer un Perú entonces.
Es bien conocido el párrafo de “La Argentina”, de Rui Díaz de Guzmán, en el que relata la introducción al Paraguay de las por él llamadas “siete vacas de Goes” y que ha servido hasta hoy de irremplazable introito a la historia de nuestro ganado bovino.
(ilustración de Manuel Pintos Rosas, ca. 1957)
La segunda introducción al Paraguay fue la efectuada por Felipe Cáceres y sus acompañantes en 1568, desde Santa Cruz de la Sierra, con lo que el vacuno, introducido al Perú por el Pacífico, vino a juntarse en la Asunción con el entrado por el Atlántico. (...)

Garay ha dejado escrito, que al llegar a la Asunción la expedición de Cáceres, valía allí una vaca trescientos pesos, lo que demuestra que la descendencia de las “siete vacas de Goes” no debía ser aún muy numerosa. No hay constancia del número de cabezas que se trajeron de Santa Cruz de la Sierra; pero parece que excedió de varios cientos.

Reforzado el rodeo asunceño con este nuevo aporte, su desarrollo fue rápido (...)

Consta, en efecto, que Garay, al fundar en 1573 la Ciudad de Santa Fe, llevó allí ganado vacuno procedente de la Asunción, y poco después envió a Córdoba al capitán Juan de Espinosa, quien por su orden trajo vacunos a esta ciudad, y posteriormente se trajeron también de Santiago del Estero, con lo que nuevamente se juntaron ambas corrientes, la entrada por la Mar del Sud con la del Mar del Norte. En efecto. El ganado cordobés y santiagueño proviene, según mis investigaciones, de dos entradas: la una efectuada por Coquimbo en 1557/8 por un lugarteniente de García Mendoza, gobernador de Chile, y otras contemporáneas de esa fecha, efectuadas por los propios pobladores, desde Charcas al Tucumán.

Nueve años después de fundada la ciudad (de Buenos Aires, o sea en 1590) viene un fraile pretendiendo las vacas alzadas... (primer indicio de que ya había hacienda cimarrona producto de aquellas primeras pobladoras).

Hasta 1650 el ganado va internándose en la pampa, y se hace muy poco consumo de él (...)

En los comienzos de la segunda mitad del Siglo XVII (centuria 1600) las recogidas de ganado se hacen muy cerca de la ciudad, en Luján, Monte Grande, Magdalena, las Conchas; (...)

El capitán Juan de la Cruz Gaitán (alcalde de la Santa Hermandad al Sud de la ciudad, en los pagos de La Matanza y Magdalena), procedió con minucia, a un censo del ganado vacuno, pues hizo parar rodeo en cada estancia y contó la hacienda él mismo ante dos testigos. El resumen efectuado por mi (Coni) es el siguiente (En el Pago de la Magdalena):

Estancia de José de Arregui........2000 cabezas
Otra idem ..................................4600    “
.Gonzalo Billoldo..........................500    “
Capitán Juan Baez de Alpoin.......1050    “
Antonio Barragán............ ...........3500   “
Alférez Bernardo Lara...................300   “

Total: 11.950 cabezas de ganado vacuno.

Fuente:
"Historia de las Vaquerías de Río de La Plata 1555-1750", de Emilio Coni (1956)
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       (ilustración de Alberto Güiraldes) 


El ganado vacuno del Río de La Plata tuvo su origen en las vacas y el toro que condujo Garay desde Asunción, en 1573 y 1580, a las fundaciones de Santa Fe y Buenos Aires, y en las haciendas que en sucesivos arreos se trajeron desde Córdoba y Santiago del Estero para socorrer a Santa Fe en los primeros años de su existencia. Esos vacunos del Paraguay y del norte argentino reconocían, a su vez, distintas procedencias, pues mientras que los de Asunción, en parte, se derivaban de los animales llevados a esa ciudad desde la colonia portuguesa de San Vicente, entre los años 1555 y 1560, los de Santiago del Estero y Córdoba habían sido traídos desde Chile y Perú, más o menos por esos mismos años, por los conquistadores españoles.

Si se tiene en cuenta que los bovinos del Brasil fueron llevados a Bahía desde las islas de Cabo Verde, y que los del Perú, Chile y otras colonias españolas de América descendían de los conducidos en los primeros tiempos de la conquista desde la península ibérica e Islas Canarias se comprenderá el infinito número de tipos y variedades que se formaron al cruzarse libremente las distintas razas introducidas. No debe sorprender, entonces, que, a poco más de dos siglos de la llegada del vacuno al Río de La Plata, Félix de Azara nos señale la presencia en estas latitudes de haciendas con los pelajes más variados, de toros con grandes cuernos al lado de otros mochos, de vacas “ñatas”, etc.

Es bien conocida la extraordinaria difusión que alcanzaron los vacunos en nuestras pampas al encontrar un medio que por sus fértiles pastos y abundantes aguadas les era ampliamente favorable. Nadie ignora, asimismo, la poderosa influencia que ejercería ese ganado en la formación de la estructura económica y social de la colonia.

Fuente: "Historia de los Saladeros Argentinos", de Alfredo J. Montoya (1970)

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Del ganado vacuno fue centro de población el Paraguay, aunque llegaron a Salta desde Potosí en 1549/50 y desde Chile en 1552. En 1555 llegó a Asunción el portugués Goes, con 7 vacas y un toro de origen holandés. Después de desembarcar en el golfo de Santa Catalina, los hermanos Goes cruzan la selva brasileña, bajan por el Paraná y luego remontan el Paraguay; en pago, según la tradición, reciben una vaca, prueba elocuente del enorme valor que entonces tenían los animales. Dos años más tarde llegan los primeros vacunos a Santiago del Estero, desde La Serena (Chile) arreados por Pérez de Zurita. Posteriores introducciones aumentaron las limitadas existencias ganaderas; mencionaremos por orden cronológico las más importantes. En 1569, Felipe de Cáceres, teniente del Adelantado Ortiz de Zárate, a quien acompaña Garay, llega a Asunción desde Santa Cruz de la Sierra (Bolivia), con abundante ganado vacuno, yeguarizo y ovino. Los vacunos, como todos los traídos por los españoles, eran de la raza denominada ibérica, variedad andaluza y portuguesa; el ganado criollo que luego originaron responde con mucha fidelidad a ese tipo, cuyo representante actual sería el ganado de lidia.

En 1573, Garay funda la ciudad de Santa Fe, a la que dota de ganado vacuno y ovino sacado de Asunción; posteriormente se llevan a esa ciudad vacunos adquiridos en Córdoba y Santiago del Estero. Al repoblar Buenos Aires (1580), Garay trajo también ovinos. Hacia 1587, Alonso de Vera y Aragón introduce vacunos y 4000 ovinos del Perú que se distribuirán luego por Santa Fe, Buenos Aires y Corrientes. Al fundarse esta última ciudad (1588) llegan de Asunción 1500 cabezas, entre vacunos, ovinos y yeguarizos.

Fuente:
"Historia Económica de la Ganadería Argentina", por Horacio Giberti (1985)

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