domingo, 26 de agosto de 2012

JULIO MARIANO

LR 11 – Radio Universidad – “CANTO EN AZUL Y BLANCO”
Micro Nº 22 – 20/08/2011
 Con su licencia, paisano!
Acomodado en la cocina grande, junto a la ventana para tener mejor luz, mientras gustamos un mate, vamos a ver si hablamos de “Poetas Criollos… y otras yerbas”.


JULIO HÉCTOR MARIANO. Nació el  19/08/1957  (por lo que ayer ha 
           cumplido 54 años), en Verónica (entonces  partido de Magdalena), siendo sus padres Juana Catalina Insausti y Julio Argentino Mariano. Se crió en la localidad de Álvarez Jonte donde los suyos tenían un pedazo de campo.
Terminó la escuela primaria mientras domaba petisos en una estancia vecina a la que inmediatamente entró a trabajar de mensual; en esa ocupación alambra, doma, esquila, en fin, aprende y realiza todo tipo de trabajo rural.
Hacia 1974 se muda a La Plata para dedicarse a la doma de caballos de salto, aprovechando para cursar los dos primeros años del bachillerato.
Como jinete participa activamente en las fiestas de destrezas camperas, llegando a acumular unos cien premios, destacándose el ‘invicto’ que quitó en Florianápolis, Brasil, después de 10 años de trayectoria, al reservado “El Diablo”, en monta a “pelo limpio”.
Integró la “Delegación Gaucha Argentina” que con motivo del Mundial de Fútbol, viajó a México en 1986 con el patrocinio de Cultura de la Nación para hacer todo tipo de exhibiciones junto a los “charros”.
Por dicho año comienza a despuntar el vicio del verso; su decir es profundamente campero; cargado de potables vivencias criollas, tiene la virtud de transmitirlas al verso, y a veces, con notable vuelo. Así como maneja la décima con suficiencia, puede expresarse también con soltura en medidas mayores o en la simpleza de la cuarteta.
Sus composiciones han sido publicadas en “El Pueblo” (Magdalena), “El Cronista” y “El Argentino” (Chascomús), “El Tribuno” (Dolores), Revista “Pa’l Gauchaje” y Boletín de la AAET (La Plata).
Temas de su autoría han grabado Jorge Soccodato y Rómulo Nahuel, debiendo destacarse las producciones hechas íntegramente con temas suyos, como p. ej.: “Arriando Versos” (1994), voz y guitarra: Alberto Durán, “Voy a agrandar el fogón” (1995) y “Resueyo” (1998), ambos, voz y guitarra: Mario Triviño Montiel.
Ha publicado los libros “Puerta Afuera” (1994) y “Por el rastro” (1995), éste con prólogo del ‘oriental’ Don Wenceslao Varela, “el poeta de América”, y también integra la antología “Diagonales. Tilos… y Poetas” (1995) y la  “Antología 25 Aniversario – Versos y Prosas” (2009). Las distinciones literarias más importantes, son: 1º Premio 3º y 4º Certamen de Décimas Gauchas “Miguel A. Castagnino”, Municipalidad de Chascomús, en 1992 y 93, respectivamente y la Faja de Honor “25 de Mayo” de la AAET al libro “Por el rastro” en 1996.
Lemos del poeta sus décimas “Resueyo”, que es como un sentimiento compartido que tenemos con Mariano.
(la poesía se encuentra disponible en el blog "versos-camperos")


Presentando a “Puerta Afuera”


Para mi, que -mal, bien… o más o menos- hace ya un cuarto de siglo que vengo borroneando versos de pretendido sabor campero, es un gusto muy grande encontrar que en este quehacer de defender las tradiciones gauchas a través de la palabra escrita, hay un “lote” de hombres jóvenes de valiosas condiciones, bien dispuestos para tomar la posta, y en ese “lote” viene abriéndose paso a tranco firme y seguro, Julio Mariano.
No es el suyo un nombre nuevo o desconocido dentro del movimiento tradicionalista, pues que ya tiene bien ganado un prestigioso lugar en los campos de las destrezas criollas, como jinete que ha sabido del halago del premio y el aplauso, no solo en nuestra tierra, sino también en la “Orientala” y en la zona gaucha del Brasil, amén de haber llevado las habilidades camperas hasta las comarcas del charro mejicano.
Hombre criado y curtido en la dura vida rural, enamorado desde siempre del arte payadoril, se animó no hace mucho -hacia 1986- a borronear sus primeros compuestos criollos, y ha decir verdad que entró pisando con toda la pata, ya que animado a participar en el Primer Certamen de Poesía Gauchesca organizado por la Asociación Argentina de Escritores Tradicionalistas, supo alzarse con un “premio estímulo”.
De allí en más, su superación no ha sabido de flaquezas, y hoy, a tan solo ocho años de aquel comienzo, ya conoce el halago de un  par de primeros premios, entre otras distinciones, como así también de la satisfacción de que sus temas anden en la expresión de los cantores criollos, habiendo inclusive, llegado varios de ellos al registro grabado.
Y si en tan corto trecho ha habido tanta cosecha, por algo será, verdad?
¿Qué como es la poesía de Mariano? Profundamente campera. Hombre cargado de potables vivencias criollas desde la niñez, ha tenido la bendición de poder expresar todo ese caudal mediante la palabra rimada, y por si fuera poco, con un notable vuelo lírico.
Mariano maneja los vaivenes de la décima con eficiente soltura, gustando de adentrarse en los vericuetos del diálogo rimado, como así también en las expresiones de giros admirativos y exclamativos, revistiendo a su poesía con el rico ropaje que confiere la suma de los elementos citados.
Y por si esto fuera poco, suele abandonar la décima para encaramarse, confiado y seguro, a un cuarteto mayor, como descender de allí a la simpleza popular de una cuarteta, para florearse luego en una sextina o una octavilla, o jugarse confiado a trabar el pie de alguna estrofa.
Observador por naturaleza, con la ávida curiosidad del que quiere aprender, no satisfecho con los conocimientos adquiridos en su propia experiencia, busca el poeta la consulta oportuna en aquellas fuentes -vivientes o bibliográficas- que él cree capaces de transferirle o develarle ya un nuevo conocimiento, ya una punzante duda.
Pero claro, justo es decir que el hombre se viene puliendo, limando asperezas, delineándose a sí mismo como escritor. Y si por allí pudiese encontrarse un decir ripioso, como el hombre bien nacido aprende de sus propios yerros, damos por seguro que el autor ha de sacar un nuevo aprendizaje.
Sin duda que hay Julio Mariano para más, es decir que el poeta ha de seguir creciendo, y si nos ha sorprendido el nivel alcanzado en tan corto trecho, no debe sorprendernos de ahora en más, hasta donde pueden llegar sus camperas expresiones, sus pensamientos rimados, sus sueños líricos.
Su pago, ¡la Vieja Magdalena!, ha de tener en este joven valor, un motivo más de orgullo y un positivo elemento para reverdecer los merecidos lauros de sus otros hijos: Pedro C. De María, Delfor B. Méndez, Alberto S. Mederos, y por qué no, también Miguel D. Etchebarne.
¡Bienvenido este “Puerta Afuera”! nacido para andar las huellas del criollo decir, y por derecho propio dispuesto a trascender el nombre de su autor, ese, a quien con la confianza que el trato nos dispensa, le decimos:
-¡Adelante hermano, que un gaucho sol te alumbra la huella y te entibia el futuro!
La Plata, 8 de marzo de 1994

Palabras de Wenceslao Varela, para “Por El Rastro”, segundo libro del poeta Mariano:

MI ADMIRACIÓN POR JULIO Y SUS VERSOS
Florecido noviembre del ‘95

Conocí a Julio Mariano, al leer el prólogo que sobre su clara y doblemente prometedora expresión 
poética escribiera Carlos Risso.
Así era yo, sentía tanta satisfacción al sentarme sobre el lomo de un potro como al floriarme en una guitarra, echar un pial en la puerta de un corral, que darle un beso a mi madre, tirarme sin ninguna necesidad a un río crecido que sentarme junto al fuego con el mate entre las manos.
Se me hace que Julio Mariano tiene ese sisagueante rumbear elegido ya.
El verso bien logrado no le da trabajo, y no le cuesta redondear una estrofa, porque necesita un adjetivo y le sobran tres, puede probar suerte en el difícil e ingrato campo de la poesía.
Julio Mariano le canta a lo que conoce plenamente, no se sale de lo suyo, de galopear en campos con vizcacheras, tucutucos, hormigueros o tacuruces criollos, no entra “ande” no sabe andar.
Quien así se comporta, puede ensillar… y desensillar muy lejos.
                                                                                                         Wenceslao 

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