Con seguridad existirán en Bartolomé Bavio quienes sepan de la historia de “la carreta” más que el que esto escribe, pero también estimo que existirán los que poco conocen; por eso nos animamos con una simple y breve reseña.
Y para buscarle la punta a la historia, debemos comenzar diciendo que la iniciativa parte de quien fuera “el boticario gaucho” del pueblo, me refiero al farmacéutico Eduardo Pizarro, un amante de las tradiciones quien enterado que en la Estancia “La Teodora”, de la familia Massini Ezcurra (allá sobre El Samborombón, proximidades de La Viruta), existía abandonada en el monte una antigua carreta que antaño se utilizara en la estancia para trasladar los frutos del país al puerto de la Ensenada, se propuso concretar su rescate, simbolizando en la misma, un espejo del pasado laborioso y sufrido de nuestra campaña.
Bueno es acotar acá, que es Horacio Curone quien anoticia a Pizarro sobre la existencia del antiguo transporte abandonado.
En carta que el desaparecido escribano y amigo, Don Lito De Olano dirigiera al historiador Carlos A. Moncaut y que éste reprodujera en su “Pampas y Estancias” (1978), cuenta del viaje a caballo que realizaran en marzo de 1949, hasta la estancia de marras, con Pizarro y el Dr. Noel Sbarra, describiendo, como dato anecdótico que vale destacar, que una de las ruedas de la carreta se hallaba aprisionada por el raigón de un eucalipto que tendría 40 cms., lo que habla a las claras del tiempo de inmóvil permanencia del carruaje en ese monte.
Hechas las gestiones y cedida por sus dueños, había que organizar su recuperación y el traslado, y allí jugó un papel importante Juan Moriondo quien se encargó de dirigir el desarme del viejo carruaje, en el que colaboraron soldados del Regimiento de Magdalena a las órdenes del Mayor Hoskin, los que en un camión militar puesto a disposición, cargaron y trasladaron todas las partes, al pueblo de Bavio, más precisamente a la herrería de los Hnos. Moriondo, donde con paciencia y entusiasmo se reemplazaron las partes más dañadas y se reconstruyeron otras faltantes, como el yugo.
Puesto a punto el carruaje, otra buena voluntad, en este caso del señor Luís Gorrasi, puso a disposición el terreno en el que desde entonces se exhibe como un monumento vivo de la historia laboriosa de nuestros campos.
El 10 de octubre de 1949 se inauguró su emplazamiento, acto en el que hablara “el patriarca de los gauchos”, Don Santiago H. Rocca; por eso mismo, el 10 de octubre pasado (1999), cientos de personas se reunieron para celebrar los 50 años de tal acontecimiento, en homenaje que organizaran quienes hoy son responsables de su guarda, la gente de la “Agrupación Tradicionalista y Campo de Pato La Carreta”, reunión a la que -pese a estar invitado- debí “perderme” por compromisos anteriormente contraídos.
No podemos dejar de mencionar que hace unos 15 años (año más, año menos), la carreta tirada por sus fuertes bueyes, realizó un exitoso periplo por las escuelas del viejo partido de Magdalena, siendo una verdadera fiesta su arribo a cada una de ellas. Y también merece una mención, destacar su presencia en las fiestas tradicionalistas de 1981 en La Plata, cuando no solo participó del numerosísimo desfile, sino que hizo presencia “de gala” en la entrada del Ex Hotel Provincial (8 e/50 y 51), epicentro de los actos, donde se concretaba “La Feria de la Cultura”.
Se sabe que hacia 1860 prestaba servicios en la estancia; desconocemos desde cuando. No obstante, casi un siglo y medio es mucho tiempo, y deseamos que por siempre permanezca en su actual emplazamiento, como un humilde símbolo de la Patria.
La Plata, 17 de marzo de 2000
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